jueves, 19 de noviembre de 2009

PORQUÉ PODEMOS CONFIAR EN EL DON PROFETICO HOY?

Crónicas 20:20 – “Cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Mientras ellos salían, Josafat, puesto en pie, dijo: ‘Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén. Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados’”. (NRV)

INTRODUCCIÓN
Josafat vivió durante el reinado de Acab, como rey de Judá, el reino del norte de Israel. Llevó al pueblo de Judá a hacer reformas que significaron su retorno a la adoración genuina a Dios. A Satanás jamás le agradan tales esfuerzos, siendo así, un gran ejército de los pueblos vecinos de Judá unió fuerzas para atacarlos por el sur.

La Biblia nos dice que “Josafat tuvo miedo y humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá” (2 Crónicas 20:3). La Biblia registra su oración sincera y conmovedora ante el pueblo y añade que todos los de Judá – hombres, mujeres y niños – “se pusieron en pie ante el Señor” (v 13) con sus necesidades y angustias.

Entonces por el Espíritu de Profecía, el Señor habló por medio de un levita llamado Jahaziel. ¿Cuál fue su mensaje? "No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios” (versículo 15). Y añadió: “…salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros” (versículo 17). Con este mensaje profético alentador, Josafat reunió al pueblo al día siguiente exhortándolos con las palabras que leemos hoy en las Escrituras, “Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados” (versículo 20). Salieron alabando a Dios, y Dios peleó la batalla en su lugar, dándoles una gran victoria. También es importante para nosotros seguir el consejo de Josafat – de creer en Jehová nuestro Dios, y creer en sus profetas. Principalmente, este llamado nos hace creer no solo en Dios, sino en su Palabra, la Biblia, donde muchos de sus profetas dejaron registrados sus mensajes. Pero también nos llama a creer en todo profeta genuino que Dios ha enviado. La Biblia nos dice que la profecía es uno de los dones espirituales que Dios otorgó a la iglesia, “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13). Ya que no hemos llegado a este punto, seguimos necesitando los dones, incluyendo el don de profecía. Apocalipsis 12:17 nos dice que la iglesia de Dios de los últimos días en la tierra no solamente será un pueblo que "guardará los mandamientos de Dios", sino que "tendrá el testimonio de Jesucristo”. Apocalipsis 19:10 dice que “el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía”, el Espíritu Santo en su papel de traer la profecía al pueblo de Dios. Siendo así, es de esperarse que el verdadero don de profecía sea encontrado entre el pueblo de Dios de los últimos días.

Los Adventistas del Séptimo Día creen que Dios les dio ese don por medio del ministerio profético de Elena de White. Como adventistas también creemos que Dios no está restringido a una sola voz profética. Si él lo desea, puede levantar a otros.

Necesitamos “creer en sus profetas”, pero ¿cómo podemos saber que esa persona que dice tener el don profético es una mensajera verdadera de Dios? Después de todo, Jesús nos aconsejó “Guardaos de los falsos profetas” (Mateo 7:15).

La Biblia nos ofrece ciertas pruebas o test para evaluar a los que declaran que Dios habla por medio de ellos. Nosotros ya le aplicamos estas pruebas a Elena de White, y debemos aplicarlas en otros que afirman tener el don de profecía.

Hoy daremos una mirada a algunas de las formas en las cuales Elena de White es probada con la Biblia como un profeta verdadero, y esto nos ayudará a ilustrar lo que deberíamos buscar cuando surjan otros con clamor similar. ¿Qué pruebas tenemos en la Biblia para un Profeta Verdadero? En la Biblia se describen cuatro grandes pruebas.


I. De acuerdo con las Escrituras
Isaías 8:20 “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Dentro de este contexto, esto se refiere a recibir comunicación de un área sobrenatural. El mensaje de los profetas verdaderos de Dios hoy, que afirman estar hablando en su nombre, debe estar de acuerdo con la ley de Dios y con el testimonio profético de toda la Biblia. Esta es una de las cosas que más impresiona sobre los escritos de Elena de White. Ellos exaltan la Biblia y confirman sus enseñanzas, incluyendo aquellas más ignoradas o rechazadas por el mundo cristiano. Ellos llaman a las personas a obedecer la ley de Dios, y enseñan que es Cristo y no el guardar la Ley lo que los salva. Esos escritos están llenos de referencias sobre la Palabra de Dios y desarrollan el respeto y el amor del lector por la Biblia. Superan la primera prueba – están de acuerdo con la Escritura.


II. Predicciones Cumplidas.
Deuteronomio 18: 21, 22. “Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él”. Esto nos dice que las predicciones del verdadero profeta se cumplirán. La Biblia también nos indica que algunas profecías de Dios dadas a través de sus profetas son condicionales y no se cumplirán si las personas o las condiciones cambian (ver Jeremías 18:7-10 y el libro de Jonás). Sin embargo una predicción cumplida es una prueba, y deberíamos esperar ver el cumplimiento de las predicciones en el trabajo de un profeta verdadero, aunque predecir el futuro no sea necesariamente su función principal. Elena de White no es conocida esencialmente por predecir el futuro, aunque lo haya hecho con increíble precisión. Su ministerio estuvo centrado en orientar y ayudar a la iglesia remanente a cumplir su misión. Sin embargo, hay algunas de sus predicciones que han sido cumplidas y otras que están en el proceso de ser una realidad, mientras otras permanecen esperando su cumplimiento. Aunque un amplio número de sus predicciones cumplidas esté relacionado con el movimiento Adventista del Séptimo Día y su obra, algunos de esos eventos son a nivel mundial. Por ejemplo, en 1890, cuando los teólogos de la época estaban enseñando que el mundo estaba mejorando y que el milenio de paz se estaba acercando, cuando profesores que defendían la evolución afirmaban que el hombre estaba evolucionando para mejor, Elena de White escribió que “La tempestad se avecina”, y que, entre otras cosas, “Miles de barcos serán arrojados a las profundidades del mar. Armadas enteras se hundirán, y las vidas humanas serán sacrificadas por millones. Estallarán incendios inesperadamente y no habrá esfuerzo humano capaz de extinguirlos” (Mensaje para los Jóvenes, pág. 87). Estos y otros terribles eventos que ella mencionó comenzaron a suceder cerca de 25 años más tarde, en la Primera Guerra Mundial, y tuvieron cumplimiento mayor en la Segunda Guerra Mundial. Otro cumplimiento de la profecía en nuestra época puede ser visto en el hecho de que el protestantismo en Estados Unidos tomó la iniciativa de reparar la brecha entre los dos grupos religiosos – católicos y protestantes. En el siglo 19, Elena de White escribió: “Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en tender las manos a través de un doble abismo al espiritismo y al poder romano; y bajo la influencia de esta triple alianza ese país marchará en las huellas de Roma, pisoteando los derechos de la conciencia”. (El Conflicto de los Siglos, pág. 645). Hace 50 o 60 años, eso sería algo impensable y absurdo, sin embargo, el 12 de noviembre de 1997, sucedió algo inesperado. Según lo relatado en la revista Cristianity Today (El Cristianismo Hoy), por primera vez en 450 años, protestantes evangélicos y católicos romanos llegaron a un acuerdo mutuo sobre su comprensión con respecto a la salvación. Fue publicado un documento denominado “El Don de la Salvación”, en el cual era expresado el acuerdo teológico entre católicos y protestantes en relación a ese tema fundamental que los había dividido por tanto tiempo. Ese documento fue firmado por dieciséis líderes católicos y diecinueve importantes líderes protestantes de varias iglesias e instituciones[1]. Existen otros factores que podríamos mencionar, pero lo que deseamos enfatizar aquí es el hecho que Elena de White profetizó eso en la década de 1880, cuando tal unión parecía imposible.


III. Reconocimiento de la Encarnación de Cristo
(1 Juan 4:1, 2). “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios”. Es importante mencionar que esa declaración es mucho más que una simple confesión de la humanidad de Cristo. Es el punto clave de la divergencia sobre Jesús para las creencias paganas de aquellos días, y entonces Juan lo enfatizó. Sin embargo, el principio por detrás de esa declaración es que el verdadero profeta hablará la verdad sobre Jesús. Esto involucra defender la preexistencia de Cristo, su divinidad, encarnación, vida sin pecado, sacrificio expiatorio, resurrección, ascensión, ministerio sacerdotal y su segunda venida. Es un hecho conocido que en el libro El Deseado de todas las gentes, entre otros escritos, Elena de White exaltó todos los aspectos de la obra de Cristo, llevando al lector a una relación profunda y personal con el Salvador. El Deseado de todas las gentes presenta la vida de Jesús, sus enseñanzas, su carácter y su naturaleza divino-humana de manera extremadamente cautivante y persuasiva. Si usted no leyó el libro recientemente, ciertamente tendrá un deleite espiritual –mejor dicho, un banquete espiritual– reservado en sus páginas.


IV. Producir Buenos Frutos
(Mateo 7:15, 20) “Guardaos de los falsos profetas… por sus frutos los conoceréis”. Jesús nos dijo que una prueba importante del don profético son sus frutos. ¿Qué tipo de frutos podemos ver en la vida de la persona que afirma ser un profeta? No esperamos perfección en ningún ser humano, pero debemos ver una vida comprometida con Dios y centrada en él y en su obra en la tierra. Y, además de la persona que afirma tener el don profético, ¿qué tipos de frutos encontramos en la vida de aquellos que siguen las enseñanzas de esa persona? ¿Siguen las Escrituras? La vida de esas personas ¿demuestra un crecimiento en su semejanza a Jesús? ¿Tienen sus seguidores el mismo interés de Jesús – ganar el mundo perdido para él? ¿Qué tipo de frutos encontramos en el ministerio de esas personas? Una investigación entre los adventistas del séptimo día, realizada en la década de 1980, demostró una diferencia distintiva entre aquellos que eran lectores regulares de los escritos de Elena de White y aquellos que no lo eran. Los que eran lectores asiduos estaban más seguros de su salvación, más involucrados en el testimonio, tenían una visión más positiva en relación a su iglesia y demostraban otros “frutos” importantes[2]. La Sra. Elena White también reveló los frutos de un cristianismo genuino en su vida personal, según testificaron sus vecinos y otros que la conocieron personalmente. Además, podemos ver frutos de su ministerio en la vida de la iglesia. Desde el inicio del ministerio profético de la Sra. White, entre 1844 y 1915, por lo tanto, por más de 70 años, vemos las evidencias y los resultados de la orientación divina en la Iglesia Adventista, los cuales permanecen hasta hoy. En los primeros años, sólo había un pequeño grupo de creyentes, pero su consejo y dirección ayudaron a la iglesia a crecer, alcanzando hoy el número de 16 millones de miembros bautizados. Su orientación en el área de la salud resultó en el establecimiento de 168 hospitales y clínicas mantenidos por la Organización Adventista alrededor del mundo, además de innumerables instituciones que actúan a través de ministerios que se mantienen en forma particular. La visión de Elena de White en cuanto a la obra de Publicaciones también llevó a la iglesia a dar inicio a ese ministerio. El cual surgió “de la nada” y cuenta actualmente con 62 casas editoras alrededor del mundo, imprimiendo en 892 idiomas y dialectos. La Iglesia Adventista, que tuvo su inicio en la región noreste de los Estados Unidos de América, con algunas pequeñas iglesias, está establecida hoy en 201 de los 230 países del mundo. El consejo de Elena de White en el área de educación orientó a la iglesia a fundar sus propias escuelas. Hoy la iglesia tiene cerca de 7.500 escuelas en funcionamiento en todo el mundo, desde escuelas básicas hasta grandes universidades[3]. Todo ese crecimiento y muchos otros existen gracias a la dirección divina que fue dada a una persona especial. Teniendo en consideración su limitada educación académica y la precaria condición física que tenía, queda claro que nada de eso sería posible, si no fuese por la gracia divina actuando en ella. Podemos confirmar, realmente, que las pruebas bíblicas para un verdadero profeta fueron cumplidas en el ministerio de Elena de White. Sin embargo, actualmente algunos critican e incluso se burlan de la Sra. White, llamándola como “esa vieja”, creyendo que es un obstáculo que impide a la iglesia “tener una representación más relevante” en nuestra sociedad. Parecen avergonzarse de su ministerio. Felizmente, en relación a los miembros de iglesia, ellos no son un gran número. Sin embargo, algunas veces pueden influir para que otros se vuelvan reacios y desconfíen de sus escritos. Esa es una triste verdad, pues hay grandes bendiciones a ser encontradas en la lectura de esos libros, bendiciones que perdemos cuando los ignoramos. Y esas bendiciones son grandes evidencias de que Dios concedió un don genuino a través del ministerio de Elena de White. Aquellos que lean esos escritos sincera y atentamente, verán muchas cosas sucediendo. Inclusive algunos de ustedes que ya hicieron esos descubrimientos y entendieron que…


1. Los escritos de Elena de White llevan a las personas a acercarse más a Dios. Muchos aseguraron que esos escritos les dieron consuelo y vigor. Esos escritos han sido los medios por los cuales recibieron fuerzas para seguir cumpliendo la voluntad de Dios en su vida. Algunas veces, al estudiar los libros y artículos escritos por ella, las enseñanzas y amonestaciones que allí se encuentran, llegan a agitar su estado de complacencia o ideas cultivadas. Sin embargo, pueden testificar que recibieron una gran bendición espiritual al leer sus escritos. Pudieron conocer mejor a Dios. Sus escritos les dieron motivación para servir al Maestro y dedicar todo lo que tienen y lo que son a su servicio.


2. Los escritos de Elena de White nos ayudan a amar y entender la palabra de Dios. Aunque Elena de White no haya escrito libros y comentarios sobre la Biblia, ella escribió mucho sobre los temas bíblicos con una profundidad realmente impresionante. Sus principales libros que tratan temas importantes de las Escrituras son: La Serie Conflicto de los Siglos (Patriarcas y Profetas, Profetas y Reyes, El Deseado de todas las gentes, Hechos de los apóstoles y El gran conflicto), El discurso maestro de Jesucristo, Lecciones prácticas del gran Maestro y la primera parte de El ministerio de curación. Estos libros, y otros provenientes de sus escritos, proporcionan ayuda espiritual para conocer mejor a Dios y para demostrar un amor más profundo por él, dándonos conocimiento más amplio de los planes de Dios para este mundo, su iglesia y en relación a nosotros mismos. Cuando estudiamos su Palabra, aprendemos a amarla y también a amar a Dios, quien nos la reveló. En ella encontramos palabras de vida para nuestra edificación. Al señalarnos repetidamente los temas y enseñanza de la Palabra de Dios, los escritos de Elena de White nos estimulan a hacerla nuestra fuente de estudio y mejoran nuestra comprensión y apreciación en relación con las Escrituras.


3. Los escritos de Elena de White nos ayudan a encontrar las respuestas y enfrentar las dudas. Aún joven, cuando vivía en su tierra natal, Armando[4] recibió su educación inicial de profesores evolucionistas y marxistas. El sufrimiento y la muerte eran temas difíciles de entender. Sin embargo, cuando comenzó a estudiar los libros de Elena de White, éstos derramaron rayos de luz que aclararon todas sus dudas y le ayudaron a entender cuál era el centro de la gran controversia entre Cristo y Satanás. Luego se hizo adventista del séptimo día. Años más tarde, mientras hacía su doctorado en la Universidad de Andrews, entendió que el tema de la gran controversia es una importante contribución de Elena de White al mundo teológico. Aunque otros hayan reconocido y entendido ese tema, nadie lo presentó de forma tan profunda y clara como Elena de White lo hizo, iniciando con el problema de la entrada del mal en el cielo y siguiendo a través del tiempo hasta llegar al reino eterno de Dios, en el futuro. Esa es una revelación de origen divino para el pueblo remanente, la cual proporciona una comprensión más clara de la solución proporcionada por Dios para el problema del pecado. Los escritos de Elena de White han sido fuente de ayuda y de apoyo para enfrentar las dudas y preguntas que muchos han encontrado en la vida cristiana. Incluso cuando no podemos encontrar respuesta a algunas de nuestras preguntas, puede darnos confianza para creer en la dirección de Dios y en su revelación en cuanto a esos temas. Es por la gracia de Dios que nos es concedido ese extraordinario don, que nos guía e ilumina el camino que debemos seguir. ¡Agradezcamos a Dios por ese don maravilloso!


4. Los escritos de Elena de White ofrecen consejos que son de gran ayuda en la vida cristiana. En libros como El camino a Cristo y El discurso maestro de Jesucristo, encontramos enseñanzas valiosas sobre cómo llegar a ser verdaderos cristianos y cómo vivir una vida de compromiso con el Salvador. El camino a Cristo especialmente, ha llevado a miles de personas al conocimiento de la salvación en Jesús y les ha mostrado cómo vivir la vida cristiana. Libros como Servicio cristiano, Obreros evangélicos y Evangelismo han ayudado tanto a los pastores como a los obreros voluntarios a compartir su fe. El libro El ministerio de curación y Consejos sobre salud contienen las principales instrucciones de Elena de White sobre la vida saludable, beneficiando a muchos y ayudándolos a obtener más salud, vigor y una vida más larga. El hogar adventista y Conducción del niño presentan valiosos consejos para mantener nuestros hogares más felices y centrados en Cristo. En muchas otras áreas de la vida, los escritos de Elena de White indican el camino hacia un estilo de vida que no sólo satisface todas nuestras necesidades, sino que también honra a Dios y llega a ser una bendición para otros. Aquellos que han dado a esos escritos el lugar correcto en su vida pueden decir hoy como Josafat: “Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados” (2 Crónicas 20:20)


CONCLUSIÓN
Siendo así, podemos creer que Elena de White fue inspirada por Dios por las siguientes razones:

1. Ella llena todos los requisitos bíblicos de un verdadero profeta.

2. Tenemos evidencias del valor y consideración que Dios dio a su ministerio debido a:

a. Sus mensajes oportunos para la iglesia, para los líderes y también para los miembros.

b. Su influencia positiva al ayudar a la iglesia a involucrarse en áreas como salud, educación, publicaciones y misiones, entre otras.

c. Sus instrucciones específicas y avanzadas en el tiempo en muchas áreas de la vida, tales como nutrición, salud y educación, que indican su divina inspiración.

d. Y no menor es el impacto que ella ha causado en la vida de tantas personas. Sus escritos han llevado a millones a amar profundamente a Dios y a desarrollar un mejor servicio para su Iglesia y sus semejantes.


Por lo tanto, alabemos a Dios porque él nos concedió ese especial “don de luz”, para darnos la seguridad de que así como “Por medio de un profeta, Jehová hizo subir a Israel de Egipto, y por un profeta fue guardado” (Oseas 12:13), de la misma manera él nos guiará hasta que entremos en nuestra patria celestial.


El Dr. Armando Juárez, nació en México, sirvió a la Unión Mexicana por 25 años en las áreas pastoral, administrativa y como profesor en la Facultad de Teología. También sirvió a la editora Pacific Press como editor de la Revista Adventista y editor asociado de la revista El Centinela. Desde el 2003, ha servido como coordinador para el ala hispana en la Asociación Nevada-Utah. Él y su esposa Dámaris tienen 3 hijos adultos.


REFERENCIAS:

[1] Christianity Today, Evangelicals and Catholics Together: A New Initiative”, por Timothy George, 8 de diciembre de 1997, p. 34, 35. El documento “The Gift of Salvation” (El Don de la Salvación), aparece en las páginas 35-38.

[2] Para una descripción de la investigación y sus resultados, ver Roger L. Dudley and Des Cummings, Jr., “Who Reads Ellen White:” – Revista Ministry, octubre de 1982, p. 10-12.

[3] Datos obtenidos del Statistical World Records of the Seventh-day Adventist Church, 4 de marzo de 2009, en http://www.adventist.org/world_church/facts_and_figures/index.html.en. [4] Dr. Armando Juárez, autor de este sermón.
Por Dr. Armando Juárez. Director para el Área Hispana, Asociación Nevada-Utah, EUA

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