jueves, 30 de junio de 2022

JESÚS TOMÓ PRESTADO ESTABLO, BARCA, POLLINO, SEPULCRO Y DEMÁS, ¿TÚ LE HABRÍAS PRESTADO ? - DEUTERONOMIO 15



“Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre” (Deuteronomio 15:7).

Dios se preocupa y vela por todos sus hijos, también por las poblaciones vulnerables. El capítulo 15 hace un recordatorio una vez más de cuán importante es entender que un pueblo santo como Israel también soluciona el tema de las deudas, esclavitud y demás de un modo diferente. Debemos recordar que ellos están a puertas de Canaán, y necesitan entender que en la “tierra prometida” debían vivir según los estatutos de Dios, y en ese sentido, a sabiendas debían hacer los préstamos, comprar o tener esclavos, atender a las viudas y huérfanos, etc.


Entre todos los consejos que Dios da, me quedo con el versículo 7: “Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre”. Y es que el corazón del ser humano es cruel, duro. ¿Por qué lo decía? Porque muchos, viendo qué se acercaba el año “sabático” o el año séptimo podrían no querer prestar el dinero a los pobres. Dios les dice: “Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado” (Deuteronomio 15:9). 


Si el pueblo de Israel quería morar en Canaán, debía saber que en la tierra prometida el espíritu de egoísmo, de avaricia debía ser desterrado de todo corazón. Sin embargo, había una razón más profunda de la importancia de prestar. 


¿Por qué Dios tenía una consideración especial por los pobres? Por una razón muy grande. Jesús no vino a este mundo a través de una familia adinerada, dueña de bancos o de enormes tierras, no. Jesús nació de una mujer pobre. Jesús tomó prestado un establo, un pollino, una barca, un sepulcro, entre otras cosas más. Jesús siendo el dueño de universo entero, pidió prestado. ¿Te imaginas cuán importante es que podamos prestar? Finalmente, Jesús nos prestó, se entregó por cada uno de nosotros, para que podamos ser salvos. 


Ahora, alguno puede creer que por lo expuesto líneas arriba, estamos con el derecho de pedir prestado a diestra y siniestra, y no devolver. No. Debemos también ser responsables en devolver, cumplir el acuerdo, la palabra. Y es que es por actitudes de algunos, morosos, que no son responsables en cumplir sus obligaciones que muchos no quieren prestar. 


Si Dios te ha dado bendiciones, y estás en la capacidad de ayudar, prestar al pobre. Ora a Dios. Que Dios te de sabiduría para prestar a quien lo necesita. Y si tú eres pobre, o en algún momento necesitas y eres ayudado, también de responsable y devuelve cómo quedaste. Si no es fácil, esfuérzate y haz todo lo que esté a tu alcance, pues, así la cadena de ayuda crecerá. 


Que Dios te bendiga.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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miércoles, 29 de junio de 2022

SOMOS HIJOS DE DIOS - DEUTERONOMIO 14



“Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto. Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra” (Deuteronomio 14:1-2). 

Ser el pueblo de Dios, significaba un privilegio y una gran responsabilidad. Es decir, fuimos apartados y escogidos  para ser únicos. Es decir, no podemos vivir como los demás.


1. SOMOS HIJOS DE DIOS. El texto inicia diciendo: “HIJOS SOIS DE JEHOVÁ”. Acá está la mayor muestra de la relación que Dios desea tener con sus hijos, con su pueblo, con nosotros: PADRE E HIJOS. Esa relación no es gratis ni superficial, tiene que ver con intimidad, como la relación que tiene un padre y un hijo.


2. SOMOS PUEBLO DE DIOS. Por otro lado, también dice que “NO SAJARÉIS, NI OS RAPARÉIS POR CAUSA DE MUERTO”. Este texto es realmente revelador. Los pueblos aledaños a Israel tenían por costumbre hacerse cortes (para dejar cicatrices) y raparse la cabeza para mostrar duelo, como una señal de luto, etc. Sin embargo, Dios le dice a los israelitas que no deben seguir las costumbres de los cananeos. Si somos hijos de Dios debemos vivir según las leyes del cielo, y no según las leyes y costumbres de este mundo.


3. SOMOS PUEBLO SANTO. Una vez más la palabra hebrea qodesh se hace presente en la caminata rumbo a Canaán. Esta palabra tiene que ver con santidad, estar separado para un uso especial. Dios nos dice que somos separados. Podemos estar en este mundo pero no somos de este mundo (Juan 17:16). Pablo diría: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne” (2 Corintios 10:3). Dios es Santo y espera un pueblo santo.


4. SOMOS PUEBLO ÚNICO. El pueblo de Israel era un tesoro especial para Dios, era único entre todos los demás pueblos. En Jesús, también nosotros somos un tesoro especial para Dios: “somos su herencia” (Efesios 1:18). Finalmente, de entre todos los pueblos que están sobre la tierra: Cada uno de estos gloriosos privilegios conllevaba una responsabilidad especial. Si Dios consideraba a Israel como algo especial entre las naciones, ellos tenían que comportarse como algo especial entre las naciones.


5. SOMOS PUEBLO MISIONERO. Ser el único pueblo de Dios podría parecer engreído y motivo de orgullo y soberbia, sin embargo, este pueblo santo, apartado, escogido y único tenía un objetivo: SER LUZ A LAS NACIONES. Es decir, sería el pueblo escogido para mostrar el amor y la gloria de Dios. Este papel misionero era la razón de su constitución. Dios no llamó un pueblo para solo “engreírlo”, “consentirlo” y “bendecirlo” de manera caprichosa, no. Dios los llamó para ser luz en medio de tinieblas.


Pedro escribió: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). Lo que Dios demandó de Israel, hoy demanda de cada uno de nosotros. ¿Amén? Todos los principios que Dios esperaba de sus hijos también lo  espera de ti y de mí.


Feliz día. 


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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martes, 28 de junio de 2022

TODA PROFECÍA DEBE LLEVARTE A LA VERDADERA ADORACIÓN - DEUTERONOMIO 13



Hace algunas semanas estuve predicando en una campaña de evangelismo en algún lugar del Perú. Después de la predicación, se me acercó una señora con una mirada de preocupación para decirme: “pastor, me gustó su tema. Entendí el mensaje solo que me voy con una pena en mi corazón. Y es que no vi milagros de sanidad, de liberación, etc”. La miré a los ojos y le dije: “¿eso es lo que usted esperaba de esta noche de evangelismo”. Y ella respondió con prontitud: “¡claro! De eso se trata el evangelio de libertad, de milagros, sanidad”. Para ella, una señal de un predicador con el Espíritu Santo debía hacer milagros de sanidad, hablar en lenguas angélicas, etc. 


Vivimos en tiempos donde la gente quiere ver prodigios, milagros, señales, manifestaciones apoteósicas de los “hombres de Dios”. Sin embargo, ese querer no es nuevo, ya en los tiempos bíblicos y más específicamente en tiempos de la peregrinación del pueblo de Israel habían gente que deseaban profetas que les revelen sueños, o la voluntad de Dios. Es por ello que Dios, sabiendo que la gente esperaba el levantamiento de profetas o mensajeros de Dios, pone en claro a qué le debemos tener cuidado: 


“Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma” (Deuteronomio 13:1-3).


Puede que el profeta (literalmente significa: portador del mensaje de Dios) profetice algo, y se cumpla como dijo. Sin embargo, eso no garantiza que sea de Dios. Porque puede hablar con verdad, pero si te CONDUCE A OTROS DIOSES, si te habla en contra de la adoración exclusiva a Dios, tal profeta jamás debe ser escuchado y debe morir. Un profeta, mensajero, pastor, líder, jamás podría llevarnos por caminos lejanos a la voluntad de Dios. Jamás. Muy por el contrario, el profeta , pastor, líder, maestro debe llevar a sus dirigidos a una experiencia verdadera con Dios.


Y amigos, esto funciona para todos los aspectos de la vida en los predicadores, pastores, evangelistas, etc. Si un mensaje te aleja de Dios y de la adoración verdadera, no vale. Si enseña en contra de la Biblia. No vale, y no debe ser escuchado.


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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lunes, 27 de junio de 2022

LA MEJOR HERENCIA NO ES LA “EDUCACIÓN” ES UNA VIDA “OBEDIENTE” - DEUTERONOMIO 12



“Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre” (Deuteronomio 12:28).

Una vez más, hablamos de ley. Y alguno puede decir: “Heyssen, ya decía yo que los adventistas son legalistas, porque siempre están hablando de la ley”. Pero no soy yo, amigos, es la Biblia. El libro de Deuteronomio es literalmente la segunda ley. El pueblo de Israel está a punto de entrar a la tierra prometida y Dios les repite una vez más sobre cuál es su voluntad. En ese contexto ahora refiere algo extraordinario: SI GUARDAN MIS LEYES, les irá bien a ustedes, pero también a SUS HIJOS DESPUÉS DE USTEDES, PARA SIEMPRE (v.28). 


Lo que jamás debemos olvidar respecto a la obediencia y bendiciones es que la OBEDIENCIA TRAE BENDICIONES PARA NUESTRAS FUTURAS GENERACIONES. Así de simple y sencillo. Cuando somos obedientes a Dios no solo vamos a bendecir a nuestros hijos, sino también a nuestros nietos, y a los bisnietos, y así la cadena de bendiciones continúa. Y si soy soltero o no tengo hijos, a los que vienen después de mí.


Hemos de tomar nota y escuchar la voluntad revelada del Señor, poniendo nuestra atención no solo a algunas porciones de ella, sino a “todas estas palabras.” TODAS ES TODAS. No podemos seleccionar ni elegir, sino ha de haber un respeto imparcial para todo lo que Dios ha mandado. Este es el camino de bendición para el padre y para sus hijos. La bendición del Señor está sobre los elegidos hasta la tercera y cuarta generación. Si caminan rectamente delante de Él, hará saber a todos los hombres que son una simiente que el Señor ha bendecido.


¿Qué queremos heredar a nuestros hijos? Casas, cuentas en el banco, tierras y posesiones… o cómo alguien dijera: “LA MEJOR HERENCIA ES LA EDUCACIÓN”. No, la mejor herencia es UNA VIDA OBEDIENTE, porque ahí va la BENDICIÓN DE DIOS POR SIEMPRE. ¿Qué te parece?


Que Dios nos ayude a ser obedientes, hoy, para que las bendiciones de Dios alcancen a raudales hasta la tercera y cuarta generación, por siempre. 


Feliz día. 


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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ISRAEL SOLO CONQUISTÓ UN 10% DE LO QUE DIOS LE PROMETIÓ - DEUTERONOMIO 11


“Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Eufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio” (Deuteronomio 11:24).


Estuve mirando un mapa en los tiempos bíblicos de Israel en el Antiguo Testamento, para ver si algún día logró conquistar el territorio que Dios le prometió. Y es que Dios les otorgó a los israelitas las tierras que van desde el río Eufrates hasta el mar Mediterraneo, y desde el Líbano hasta el desierto que ellos habían atravesado anteriormente. Sin embargo, ellos nunca llegaron a ocupar ese territorio que ronda los 800.000 km2. Por el contrario, incluso en grandes épocas como la de David o Salomón como reyes, la tierra que el pueblo de Israel tuvo en su posesión nunca superó los 80.000 km2 (un 10% de todo lo que les correspondía). ¿A qué se debió esto? ¿Dios faltó a su promesa? Claro que la respuesta es no, Dios no faltó a su promesa. La clave está en los versículos 8 y 9: 


“Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla; y para que os sean prolongados los días sobre la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres, que había de darla a ellos y a su descendencia, tierra que fluye leche y miel” (Deuteronomio 11:8-9).


Dios nunca falla sus promesas, es el hombre que no cumple su parte. Israel debía ser OBEDIENTE, debía guardar los mandamientos de Dios, y Él les entregaría cerca de 800 000 Km2, en cambio solo tuvieron 80 000 km2. ¿Qué pasó? Israel no fue obediente a Dios, sus mandamientos ni estatutos. No puede haber bendición si no hay obediencia. Sin embargo, Sumado a eso, no solo fue su falta de obediencia, sino también su falta de fe, porque ellos debían poseer la tierra que Dios les había prometido. Mas ellos (los israelitas), no hicieron eso.  Y de allí que el tema de la obediencia y la fe nunca van separadas, sino que van juntas. Eso lo explica muy bien Santiago 2:17, 18.


La falta de fe de Israel, esa actitud se puede entender si es que vemos nuestra propia vida. Nosotros sabemos cuando estamos haciendo bien las cosas y cuando no estamos haciendo mal. Entonces, si sabemos que estamos mal, con qué cara vamos a pedir las promesas de Dios. Solo nos conformaremos con lo que Dios, por su misericordia, nos da. Creo que esa fue la situación con Israel. Ellos no eran obedientes, y sabían que no tenían moral para pedir nada a Dios. 


Hay grandes bendiciones espirituales hoy en día, las cuales perderemos si no somos obedientes para con Dios. Jesús dijo que si le amamos, debemos guardar sus mandamientos. La obediencia ofrece una relación personal con Dios, y el Señor bendecirá la obediencia.


¡Dios te bendiga!


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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sábado, 25 de junio de 2022

EL SIGNIFICADO DE LA CIRCUNCISIÓN DEL CORAZÓN - DEUTERONOMIO 10



“Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz” (Deuteronomio 10:16).

La circuncisión en la Biblia aparece por primera vez en Génesis 17:12, cuando Dios reafirmó su pacto con Abraham, y se repite unas 30 veces en el Antiguo Testamento. El objetivo de esta cirugía menor era que, a través de este acto físico, sirva como una señal del pacto con Dios. Se instaba a Israel a “circuncidar” fielmente a todos los varones; todo varón recién nacido debí­a “circuncidarse” en el octavo dí­a (Génesis 17:12; Levítico 12:3). No solamente se “circuncidaron” los descendientes sanguí­neos de Abraham, sino también sus siervos, esclavos y extranjeros que moraban dentro de la comunidad del pacto (Génesis 17:13-14). Este acto especial de circuncisión era una señal de la promesa gratuita de Dios. Con esta promesa y las relaciones del pacto, Dios esperaba que su pueblo cumpliera, con gozo y de buena gana, sus expectativas, y así­ demostrara el reinado divino sobre la tierra. 


En el capítulo de hoy, Dios no solo habla de una circuncisión física, sino que va más allá. Habla de una que tiene que ver con el corazón (Deuteronomio 10:16). Varios autores bí­blicos usan el verbo “circuncidar” para describir las actitudes del “corazón”. Jeremí­as, por ejemplo, adopta el mismo lenguaje: “Circuncidaos para Jehová; quitad el prepucio de vuestro corazón, oh hombres de Judá por la maldad de vuestras obras” (Jeremías 4:4). Son pocas las veces en que el verbo se aparta de los usos fí­sico y espiritual de “circuncidar”.


¿QUÉ IMPLICA SER CIRCUNCIDADO DEL CORAZÓN?

La circuncisión del prepucio era a la edad de ocho años, pero no la circuncisión del corazón lleva toda la vida.


LA CIRCUNCISIÓN DEL CORAZÓN tiene que ver con:


1. Temer a Jehová (v.12). 

2. Caminar en sus caminos (v.12).

3. Amar a Dios (v.12).

4. Servir a Dios (v.12).

5. Guardar sus mandamientos (v.13).

6. Ser prosperado (v.13).

7. Vivir en santidad, como escogido (v.15).

8. Amar al extranjero (v.19).


Son por lo menos ocho acciones, y sí, la circuncisión puede ser espiritual, pero debe manifestarse en acciones concretas, objetivas, y no simples deseos o intenciones del corazón y la mente. Necesitamos recordar y entender que una vida consagrada, separada y dedicada a Dios es una vida que no solo ama a Dios, sino que se ama a sí mismo y ama al prójimo. Por eso, de estas ocho acciones algunas tienen que ver con Dios, otros con nosotros mismos y finaliza con nuestro prójimo (extranjero), que es el amor extremo por las personas. ¿Por qué? Porque un judío solo amaba a los de su nación. Y Dios les dice que Él ama al extranjero y pide lo mismo a su pueblo. Si amas al extranjero, amarás fácilmente a tu prójimo más cercano.


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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viernes, 24 de junio de 2022

ENTIENDE QUE NO ES POR OBRAS, SINO POR GRACIA - DEUTERONOMIO 9


“Entiende, pues, hoy, que es Jehová tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti; y tú los echarás, y los destruirás en seguida, como Jehová te ha dicho” (Deuteronomio 9:3).

Me encanta el cómo Dios le habla al pueblo de Israel. No les da un mensaje ambiguo, tampoco intenta congraciarse con el pueblo diciéndoles mentiras o verdades a medias como para hacerles sentir mejor. No. Dios les dice que la tierra que van a poseer tiene “gigantes”, tiene a los hijos de Anac, y que son fuertes, mucho más fuertes que los israelitas. La Biblia dice la verdad. Sin embargo, Dios ha prometido que  los entregaría en manos de los israelitas: “Entiende, pues, hoy, que es Jehová tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti; y tú los echarás, y los destruirás en seguida, como Jehová te ha dicho” (Deuteronomio 9:3). ¿Qué más necesitamos si Dios mismo nos dice que Él nos ayudará a conquistar y a vencer a nuestros enemigos?


De este modo, Dios les dará la victoria, pero jamás deben olvidar de que no es por sus fuerzas, su justicia, tampoco por lo recto que son, porque no lo son, sino que es por GRACIA de Dios, y la impiedad de esas naciones cananeas (Deuteronomio 9:4, 5), que sería conquistados. Esto es gracia pura en el Antiguo Testamento, lo que derriba toda “muestra” de salvación por obras, y eleva la salvación gracia como en toda la Biblia.


Finalmente, en ese contexto, Dios les dice que no se enorgullezcan, ni crean que es por su buena conducta. Dios no se olvida de lo duro de corazón que son los israelitas. Dios les hace un recuento de todas las veces en que Israel demostró desconfianza y rebeldía, y les recuerda que Moises intercedió por su pueblo, por su familia, por Israel. Moisés les dice: 


“Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano poderosa. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad ni a su pecado, no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto. Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido” (Deuteronomio 9:26-29).


El texto anterior muestra que el pueblo de Israel iba dejar de existir por su rebeldía, pero fue Dios por medio de Moisés, por su intercesión, que el pueblo de Israel continuó. Dios quiere que el pueblo entre con ese asunto bien claro. Dios les dice en otras palabras: “USTEDES VAN A POSEER LA TIERRA PROMETIDA, PERO NO ES POR LO BUENO QUE SON, SINO QUE ES POR GRACIA PURA. POR MISERICORDIA Y PORQUE ALGUIEN INTERCEDIÓ POR USTEDES”.  


En nuestra caminata rumbo a la tierra prometida, a la CANAÁN CELESTIAL, la salvación no es por obras, es por gracia de Dios, y porque alguien intercedió, y ese alguien es Cristo. Cristo es el intercesor, es el MEDIADOR (1 Timoteo 2:5). Nosotros por obras, no merecemos nada. Pero es por Dios que tenemos acceso al padre, a la salvación.


Que Dios te bendiga. 


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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jueves, 23 de junio de 2022

¡NO TE OLVIDES DE DIOS! - DEUTERONOMIO 8



“Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy” (Deuteronomio 8:11).

La caminata rumbo a casa, rumbo a la tierra prometida fue una caminata de milagros. Los israelitas fueron testigos de lo que significa ser un pueblo escogido por Dios. Ellos fueron testigos de hechos portentosos y extraordinarios que solo lo podría hacer alguien Divino. Durante 40 años caminaron por el desierto y fueron (1) alimentos por el cielo con el Maná, (2) hidratados con agua la roca, (3) vestidos con ropas que jamás “envejecieron”, (4) cuidados de hinchazón de pie por tanto caminar, y (5) protegidos de los enemigos en su viaje a Canaán. ¿Podríamos decir que su caminata fue milagrosa? Claro que sí, sin ninguna duda, su caminata fue dirigida por un Dios de milagros, de hechos portentosos, porque no hay nada imposible para Dios.


Del mismo, en nuestra travesía rumbo a Canaán Celestial, como iglesia, como familia y de manera personal, debemos entender que Dios nos sigue guiando, cuidado y dando victorias.


Sin embargo, es preciso señalar que todo el viaje de 40 años tenía un objetivo: Dios tenía que afligirlos y probarlos, con el objetivo de “saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos” (Deuteronomio 8:2). 


Las aflicciones de la vida cristiana, son permitidas por Dios porque de ese modo, a través de ellas, podemos ser “purificados” como el oro. Nosotros somos toscos, imperfectos, bruscos, así salimos de Egipto, pero las aflicciones nos “limpian”, nos “refinan”, y nos hacen más aptos para vivir en Canaán. 


Por otro lado, las pruebas de la vida cristiana, son permitidas por Dios porque por medio de ellas, podemos ser fortalecidos. Las aflicciones nos purifican, pero las pruebas nos prepararon, nos hacen fuertes, son entrenamientos o niveles que debemos superar para que al final seamos aptos, fuertes y maduros para vivir en Canaán.


Finalmente, hay un consejos que Dios nos da, a través de Moisés:


CUÍDATE DE NO OLVIDARTE DE DIOS. El texto bíblico dice así: “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy” (Deuteronomio 8:11). Me impresiona está declaración porque me invita a NO OLVIDARME DE DIOS, ¿por qué? Porque si me olvido de Dios, no guardaré sus mandamientos. Esto es importante entender porque la obediencia a los mandamientos de Dios tiene que ver con relación Él. Yo soy obediente porque amo a Dios. Y si no soy obediente es porque no amo a Dios, y no lo amo porque ME OLVIDÉ DE DIOS. Así de simple y sencillo.


Si nos olvidamos de Dios, no habrán bendiciones, y seremos hallados faltos en el juicio final: 


“Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios” (Deuteronomio 8:19, 20).


¡Acordémonos de Dios siempre!


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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miércoles, 22 de junio de 2022

NO HAY BENDICIÓN EN UNA VIDA DESOBEDIENTE - DEUTERONOMIO 7


“Mas Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo, hasta que sean destruidas. Él entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas (Deuteronomio 7:23, 24).

No puede haber de bendición si no hay obediencia, y no hay obediencia a Dios cuando somos rebeldes a Su Palabra. Así de sencillo. Un Cristiano obediente es aquel que obedece a Dios en todo, aún cuando no le guste y no lo entendiera, aún cuando le parece ilógico, descabellado, retrógrada y extremo. La obediencia es la manifestación de nuestra relación con Dios y su voluntad.


A las puertas de la “tierra prometida”, Dios le dice que toda la tierra que estaba, en esos momentos en manos de los heteo, gergeseos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos,  jebuseos, y siete naciones mayores y más poderosas que Isarel (Deuteronomio 7:1), se los había entregado por completo. ¿Te imaginas? Dios te dice, todo ese lugar que ahora está en manos de “fulanos, sutanos y menganos” te los ha entregado Dios por completo. Quizás en este tiempo es difícil de creer, pero, ¿no sería también para Israel en aquellos días? Esto dependía, sin duda alguna, de fe. 


Sin embargo, tener fe en Dios también implicaba por lo menos tres detalles:


1. No hagan pactos ni alianzas con los cananeos (Deuteronomio 7:1-5). Muy por el contrario tienen que destruir todo vestigio de idolatría, incluso ni su plata y oro, eso sería “anatema”. Ni sus bienes, aunque sean objetos inanimados, nada de nada. Todo debía ser destruido. Tampoco debían emparentar con ellos. Los hijos de los israelitas no debían relacionarse con las hijas de los cananeos. Claramente Dios quiere protegerlos de la corrupción moral y espiritual.


2. Dios es Santo y espera un pueblo santo (Deuteronomio 7:6-11). Dios no escogió a Israel por ser un pueblo poderoso y fuerte, no. Dios lo escogió porque porque eran insignificantes, pero Dios es fiel y quería guarde la promesa con Abraham, Isaac y Jacob. Esto es lo mismo en cada uno de nosotros. Dios no nos escogió por ser mejores que los demás, no. Dios nos escogió porque en sus manos podemos ser mejores, en las manos de Dios podemos ser lo que Dios quiere que seamos. 


3. Hay bendición en la obediencia (Deuteronomio 7:12-26). Acá se puede ver las bendiciones de ser obediente. No hay bendición en una vida de desobediencia. Y las bendiciones de Dios son de protección y  victorias. Dios promete cuidarnos, protegernos, guardarnos de los enemigos, pero nos dice que nos hará victoriosos sobre ellos. Cuando somos obedientes a Dios podemos tener la seguridad de que nuestros pasos marcharán seguros y que todo lo que emprendamos, en todos los aspectos de la vida, tendrán victorias, no por nosotros, sino por Dios, por su amor, gracia y misericordia.


Se necesita tener fe, confiar plenamente en Dios para poder obedecer. Toda la tierra de Canaán estaba habitada por pueblos y naciones más grandes y poderosas. Así lo dice claramente Dios. Yo creo que Israel tuvo un miedo natural. Y sí, Dios nos entiende, entiende que somos faltos de fe muchas veces para dar el primer paso y pisar el “Mar Rojo”, por eso el tema de la fe se hace relevante en el Antiguo Testamento. Se necesita fe para poseer la tierra prometida sabiendo que mi pueblo es pequeño y débil, pero que tenemos un Dios extraordinario, poderoso que destruyó las huestes de Egipto.


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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martes, 21 de junio de 2022

SHEMÁ ISRAEL, ESCUCHA “CRISTIANO” - DEUTERONOMIO 6


“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:4, 5). 

El capítulo de hoy es, probablemente, el más conocido del libro pues contiene el “shemá”, conocido así por la primera palabra que inicia la oración: “Shemá Israel Hashem Elo-einu Hashem Ejad” [Escucha Israel Hashem (el nombre eterno) es nuestro Dios, Hashem (el nombre eterno) es Uno].


Es la declaración más básica y más repetida de la fe judía. Implica la afirmación de la unicidad divina, su omnipotencia y la aceptación de sus mandatos a través del pueblo de Israel. Las traducciones más convencionales no usan el “Hashem” sino “Adonai”. Esto es válido porque los israelitas no podían pronunciar el nombre de Dios [Elohim o YWHW], por eso decían solo HASHEM [el nombre el eterno ].


Los judíos después del exilio, tenían una reverencia muy grande al usar el nombre de Dios. Se cuenta que los soferim o escribas cada vez que encontraban en los textos la palabra YHWH o ELOHIM, tenían que lavarse las manos ceremonialmente, tomar una pluma nueva, escribir el “nombre de Dios”, y luego rompían la pluma y la desechaban para que no vuelva a ser usada. Esta era la tradición por muchos siglos, incluso los masoretas, sucesores de los soferim o escribas en la responsabilidad de hacer copias fidedignas de las Sagradas Escrituras en el siglo VII y XI d.C, hacían lo mismo. 


Todo lo anterior muestra el grado de cuidado que tenían para usar el nombre de Dios. Sin embargo, el propósito de esta oración era mostrar qué es lo que Dios quería que sepan al entrar a la tierra prometida. 


1. DIOS ES VERDADERO. “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deuteronomio 6:4). El shemá tiene grandes lecciones para nosotros:

- Hay un solo Dios Soberano y el shemá describe que es el mismo Dios que fue adorado por Abraham, Isaac y Jacob.

- Ese Dios tiene atributos naturales: es Eterno, Inmutable, Omnipresente, Omnisapiente, Omnisciente, Omnipotente.

- Tiene atributos morales: Amor, Justicia, Santo, Misericordia, entre otros. Es un reconocimiento de quién es Dios para mí.


2. DIOS ES AMOR. “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:5).  Este texto derriba por completo los argumentos de que en el Antiguo Testamento el amor era un asunto desconocido. Nada más lejano a la verdad bíblica. Dios pide que sus hijos le amen. Nada más y nada menos. El amor a Dios es el primer gran mandamiento según Jesús: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento” (Mateo 22:37-38).


3. DIOS ES ETERNO. El texto continúa diciendo que estás verdades debían ser transmitida por precepto y ejemplo a sus hijos y demás generaciones:


“ Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;  y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Deuteronomio 6:6-9).


Este proyecto pedagógico del Shemá se completa con una misión: “...y diligentemente las enseñarás a tus hijos”. En los tiempos patriarcales, la primera escuela de un niño era su hogar. Entre los hebreos jamás se perdía la función educativa de los niños y adolescentes. Los padres como maestros, formaban parte de la carrera académica de todo ciudadano. Esta era cuidar las nuevas generaciones.


Desde la cosmovisión hebrea... para mantener vivo este pacto, cada cual debía enseñar a sus respectivos hijos, de generación en generación. Así, cada niño también podía experimentar el significado y la sabiduría de las palabras de Dios. Era un verdadero gozo ver en Jerusalén cómo los padres caminaban cada sábado con sus hijos a la sinagoga. Luego, las calles resonaban con las voces infantiles clamando “abba” (papá) cuando toda la familia pasea y disfrutan juntos el día de descanso. ¿Se parece a los adventistas?


Finalmente, podríamos concluir con algunas declaraciones:

1. El Shemá me revela quién es mi Dios, distinto a otros dioses.

2. El Shemá me revela cómo debo honrar y adorar al Eterno.

3. El Shemá me revela que el legado más importante para las nuevas generaciones es exten- der y perpetuar el conocimiento de Dios para darle honra y gloria


Elena G de White diría: “Sería bueno que cada día dedicásemos una hora de reflexión a la contemplación de la vida de Cristo. Deberíamos tomarla punto por punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, especialmente de las finales” (DTG, 63) ¿Podemos empezar a ser día , consagrando nuestras vidas a Dios? ¿Reafirmando nuestra fidelidad al único Dios verdadero? ¿Expresando como Pablo: “quién me podrá separar del amor de Dios...? ¿Dispuestos a salvar a nuestros hijos?


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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lunes, 20 de junio de 2022

OYE, APRENDE Y PRACTICA LA LEY DE DIOS - DEUTERONOMIO 5


“Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra” (Deuteronomio 5:1).


El pueblo de Israel necesitaba entender que para poseer la tierra prometida, Canaán, era necesario vivir de acuerdo a la ley de Dios. El tema de la ley no es un tema utópico o una carga sin razones ni fundamentos, no; muy por el contrario, la ley de Dios expresa por lo menos tres objetivos:


1. La ley de Dios me protege. Los 10 mandamientos son en realidad un cerco protector para que yo camine por la senda justa (Salmo 111:7). Si como hijo de Dios guardo la ley de Dios, corro menos riesgo de equivocarme y lastimarme, y de ese modo también hay menor riesgo de lastimar a las personas que me rodean. ¿Se imaginan si no hubiera ley de Dios y de ningún tipo? Sería una anarquía total. Cada quien actuaría según sus pensamientos y sentimientos. El respeto sería un asunto desconocido. Por la gracia de Dios, todas las legislaciones, leyes y decretos de la mayoría de países (por no decir de todos), están basados en principios de la Biblia. ¿Qué te parece?


2. La ley de Dios me muestra mi condición. Pablo diría: “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás” (Romanos 7:7). La ley es como un espejo, me muestra mi condición, mi realidad. Me dice si debo peinarme, si debo lavarme la cara o si necesito una afeitada. Entonces, la ley funciona así. Me muestra mi condición. Y si es que no hubiera ley, ¿cómo podría yo saber que estoy haciendo bien o mal? La ley de Dios es como un barómetro de justicia, y me dice cómo voy. ¿Me salva eso? No. Pero me dice, cómo estoy y qué necesito.


3. La ley de Dios me guía a Cristo. Si la ley me muestra mi condición, también me guía a Cristo. Pablo diría: “porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree” (Romanos 10:4). La mejor traducción para la palabra “fin” es finalidad, propósito. Y es que el propósito, el fin, la finalidad, el objetivo de la ley no es salvarnos sino guiarnos a Cristo, que sí SALVA. Cuando yo veo que no puedo hacer nada con la mancha de mi pecado, entonces tengo que ir a Cristo. La ley es como un tutor, un ayo, una guía a Cristo. Es Cristo quien me puede lavar, es Cristo quien me puede restaurar.


Sin embargo, Dios le dice a Moisés tres detalles más al respecto. Recuerden que será muy posiblemente la segunda vez que les habla de esa manera, y desea que el pueblo entienda en tres acciones: OIR, APRENDER Y PRACTICAR.


1. Es necesario oír. Tiene que ver con prestar atención. No pasarlo por alto.

2. Es necesario aprender. Tiene que ver con escudriñar, leer, repetirlo teóricamente. 

3. Es necesario practicar. Tiene que ver con acciones. No solo basta con saber sino con hacer.


La ley de Dios no es un asunto opcional ni superficial, tiene que ver con vida práctica. La ley de Dios es una bendición. Que como David, podamos decir: 


“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;

El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.

Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;

El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.

El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;

Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.

Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;

Y dulces más que miel, y que la que destila del panal” (Salmo 19:7-10).


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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jueves, 16 de junio de 2022

¡NO TEMAMOS AL FUTURO! DIOS ESTUVO, ESTÁ Y ESTARÁ CON NOSOTROS - DEUTERONOMIO 1


Deuteronomio significa sencillamente “repetición de la Ley”. Este libro se compone básicamente de cuatro sermones de Moisés que fueron pronunciados cuando el pueblo estaba ya en las mismas fronteras de la tierra prometida. Siendo que contiene mayormente repetición, se hace un poco más difícil encontrar su centro doctrinal; sin embargo, hay una palabra que más que ninguna otra describe el propósito de este libro es la palabra:  SEGURIDAD. Moisés repasa el pasado, las maravillas que hizo Dios y su fidelidad inalterable, y les dice a los israelitas que no necesitan temer el futuro, a menos que olviden como Dios los ha guiado en el pasado. 


Escuchemos algunas de sus palabras:


“No temáis, ni tengáis miedo de ellos. Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos. Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar (Deuteronomio 1:29-31).


Elena G. de White resumen bien el propósito del libro de Deuteronomio: “No tenemos nada que temer del futuro a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha guiado, y sus enseñanzas en nuestra historia pasada” (Testimonios, 9:10).


Esta es una de las grandes y hermosas verdades de la Palabra de Dios y subraya lo que es la esencia de la vida cristiana. Nuestra seguridad está en el Señor y está garantizada por lo que él ha hecho en el pasado. Depende de él, y no de nosotros. Escribiendo a los efesios, el apóstol Pablo les recuerda: “conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él”(Efesios 3:11,12).


En el libro de Deuteronomio encontraremos mensajes extraordinarios que necesitamos saber o recodar antes de poseer la tierra prometida. Que el mensaje de este libro maravilloso nos acompañe.


Feliz día. 


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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miércoles, 15 de junio de 2022

EL QUE PERSEVERE HASTA EL FIN, ENTRARÁ A LA TIERRA PROMETIDA - NÚMEROS 36



“Estos son los mandamientos y los estatutos que mandó Jehová por medio de Moisés a los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó” (Números 36:13).


El mensaje central del libro de Números, indudablemente, es la perseverancia. Aunque el pueblo había sido redimido de la esclavitud por medio de la intervención poderosa de Jehová, todavía no estaba en Canaán; le faltaba varias jornadas por el desierto. El hecho de que había sido redimido no era una garantía de que llegaría, e indudablemente lo más triste de todo el episodio es que muchos nunca llegaron.


La marcha iba a ser larga y no siempre fácil; el secreto residía en perseverar confiados en la dirección amorosa de su Redentor. Hablando de nuestro peregrinaje espiritual, el Señor Jesús dijo: “mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 10:22). Con frecuencia, cuando una persona acepta a Cristo, y se dispone a andar por sus caminos es cuando el enemigo redobla sus esfuerzos para desanimarla y para inducirla a abandonar la marcha.De ahí la necesidad de perseverar, de ser constantes, de no volver hacia atrás.


Pero el libro de Número no sólo habla de la necesidad de la perseverancia del hombre, también pone de relieve la perseverancia de Dios. Dios nos pide que perseveremos y él persevera con nosotros. En medio de todos los contratiempos y dificultades que los israelitas encontraron en el desierto, de sus constantes murmuraciones, Dios no se apartó de ellos. La nube los acompañó durante toda la travesía y el maná siguió cayendo generosamente hasta que llegaron a los bordes de la tierra prometida. 


Es animador saber que Dios, todavía hoy, persevera a nuestro lado, en toda circunstancia que nos toca en suerte afrontar. El Señor prometió estar con nosotros “todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). No hay absolutamente ningún tramo del camino que nos tocará recorrer solos; Dios persevera con nosotros. 


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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martes, 14 de junio de 2022

CRISTO, MI ÚNICO REFUGIO - NÚMEROS 35


“Y de las ciudades que daréis a los levitas, seis ciudades serán de refugio, las cuales daréis para que el homicida se refugie allá” (Números 35:6).

Los levitas no habían recibido heredad como las demás tribus porque ellos se dedicaban exclusivamente al servicio de Dios en el templo. Sin embargo, Dios determinó que las demás tribus le den un porcentaje proporcional de sus tierras a los levitas, para que les sirva de habitaciones y terreno para cultivar y pastar sus animales. En total, serían 48 ciudades para los levitas. Así, de este modo, de ese número de ciudades, seis ciudades serían de refugio, al otro lado del Río Jordán. No obstante, ¿qué eran las ciudades de refugio? 


Pues bien, antes de explicarlo brevemente, es importante destacar que Israel no era el único pueblo que tenía ciudades de refugios, por ejemplo:


- El templo de la diosa Artemis en Efeso, para asesinos y delincuentes 

- El templo de Teseo en Atenas, para los esclavos 


En ambos casos, así como en las demás culturas no israelitas, las ciudades de refugio fungían en realidad como un santuario de forajidos, prontuarios, delincuentes y asesinos. Las leyes romanas o griegas las reconocían y en un momento se convirtió en un “semillero de delincuentes” (The Jewish Encyclopedia, 1909, volumen II, página 256). 


Sin embargo, las ciudades de refugios en Israel, las que Dios había designado tenían otro fin, y su objetivo era de redención y justicia. No era un “lugar” de asilo de culpables premeditados, sino un lugar de arrepentidos y culpables sin premeditación, que esperan un juicio justo. Si alguien había asesinado involuntariamente, debía huir a una de las ciudades de refugio, allí esperaría su juicio. Si había asesinado premeditadamente, o a voluntad no debía entrar e la ciudad de Refugio, simplemente debía ser castigado con la pena máxima: la muerte.


Hoy, los templos o santuarios no son ciudades de refugio que nos libre de culpa. No. El único lugar donde podemos hallar REFUGIO para nuestro atribulado corazón es CRISTO. Cristo Jesús es el refugio seguro y justo. Podemos tener la plena seguridad de que si hemos fallado, hemos errado, nos hemos equivocado, y estamos arrepentidos; Cristo nos espera con los brazos abiertos para que Dios haga juicio justo. ¿Amén?


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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CANAÁN: ESFUERZO HUMANO Y GRACIA DIVINA - NÚMEROS 34



“Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, esto es, la tierra que os ha de caer en herencia, la tierra de Canaán según sus límites” (Números 34:2).

Finalmente, a puertas de entrar a la tierra prometida, Dios le indica los límites de la tierra de Canaán que los israelitas deben poseer, y que Dios les daba como heredad. En este capítulo podemos destacar por lo menos dos grandes verdades respecto a la “tierra prometida”:


1. ACCIÓN, LOS LÍMITES. Dios les deja instrucciones clara sobre los límites. Y es que tener en cuenta los límites nos ayudan a saber hasta dónde puedo, y hasta dónde no puedo. Israel debía expulsar de los cananeos que estaban dentro de los límites que Dios había indicado. En el plano espiritual, esto nos enseña que hay algo que tenemos que hacer. Es cierto, Dios nos ha entregado la posibilidad de ir a Canaán Celestial, pero necesitamos hacer algo. Hay algo que debemos hacer, y eso tiene que ver con la ley, que son límites para cada uno de nosotros. La ley es como los límites que Dios había indicado al pueblo. Hasta dónde puedo, y desde dónde no puedo. Así funciona la ley de Dios, la ley nos protege, nos muestra los límites que nos ayudarán a vivir mejor. Eso es lo que nos corresponde.


2. GRACIA, LA HERENCIA. Pues bien, aunque los límites indicaban hasta dónde podía hacer, y desde dónde no podía hacer, puesto a que los israelitas debían expulsar a los cananeos, lo segundo que es importante destacar es que LA HERENCIA, CANAÁN, es un “regalo”, no nos cuesta, no hicimos nada para comprar, es gratuito. Dios es quien da claramente, y lo hace con sus razones y de acuerdo a cada tribu y sus características específicas y singulares. Del mismo modo, en el plano espiritual, aplicándolo al hoy; no debemos olvidar que el cielo, la Canaán celestial, es un regalo de Dios. No hicimos nada para merecer la “heredad” de la salvación, de la “tierra nueva”, es Dios quien nos da por gracia. 


¿Qué tal? Es este capítulo podemos ver un símil minúsculo de la salvación o acceso a la “tierra nueva”: ACCIÓN HUMANA (obras) cuando el pueblo debía expulsar cananeos dentro de los límites que Dios había indicado, y ACCIÓN DIVINA (fe) cuando los israelitas entendieron que la herencia es como tal, gratuita, por gracia, un regalo de Dios. Así, cuando aceptamos que la salvación es una herencia inmerecida, lo aceptamos por fe. ¿Y las obras? Están en los límites y en lo que nos corresponde hacer: EXPULSAR A LOS CANANEOS.


Feliz día. 


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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domingo, 12 de junio de 2022

CON EL “ENEMIGO” NO SE PACTA - NÚMEROS 33



“echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos” (Números 33:52).


La tierra prometida, tal como se presentó en Números 13 era fértil, “fluía leche y miel”, sinónimos de riqueza y grandeza. Sin embargo, esta tierra tenía un problema: “estaba habitada” por los hijos de Anac, Amalec, los heteos, jebuseos, amorreos, y los cananeos.


Entonces, 40 años después de haber salido de Egipto rumbo a Canaán, y finalmente estaban a punto de tomar “la heredad” que Dios había prometido a Abraham, Isaac y Jacob. Toda la heredad debería ser conquistada, pues estaban habitadas por los cananeos. Esa fue la orden de Dios:


“Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán, echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos; y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad” (Números 33:51-53).


Podemos destacar por los menos tres lecciones, que serán de bendición en nuestra caminata a la tierra prometida:


1. ECHARÉIS A LOS CANANEOS. El texto es claro: “echaréis”. Esto indica intención, voluntad. No debían dejar que los cananeos vivan entre ellos, esa tierra era propiedad de Israel, y por lo tanto debían conquistarla, poseerla. Si por alguna razón llegaban a un acuerdo y no los echaban, quizás para evitar una guerra o enfrentamientos, y los cananeos e israelitas decidían vivir en la misma tierra, éste no era el plan de Dios. ¿Por qué? Porque Dios dice: “si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis” (Números 33:55). Entonces, Dios que sabe el futuro les dice claramente que deben “expulsar” a buenas o a malas a los cananeos de sus territorios.


2. DESTRUIRÉIS TODA IDOLATRÍA. Los cananeos tenían un sistema de adoración muy lejano a la Biblia. Cultos con sacrificios humanos, y demás. Todo eso se manifestaba en “lugares altos”, lugares de culto y un sinnúmero de ídolos de diversos materiales. Todo eso, no debía quedar intacto, debían ser destruidos completamente. Ningún vestigio de idolatría y falsa adoración sería permitido en la tierra prometida.


3. HABITARÉIS CANAÁN. Esta es la meta de Dios, que su pueblo posea completamente la tierra prometida. Poseer la tierra de Canaán solo dependiendo de fuerzas humanas, sería difícil y hasta imposible, pero Dios estaría con ellos todos los días. No solo sueñes con vivir en la tierra prometida, es necesario poseerla en el nombre de Jesús.


Una vez más, hoy es un buen día para recordar que vivimos en medio de “enemigos”, de cananeos que son los “pecados, costumbres y situaciones” que deben ser “echados”, “expulsados” de nuestras vidas. No hay que dejar ningún vestigio, nada, absolutamente nada porque serán “aguijones, espinas” en nuestras vidas, las cuales no dejarán que seamos plenos ni felices. 


El enemigo es enemigo, por eso debemos expulsarlos de nuestras vidas. No se deben pactar ni dejar “vestigios” suyos. El enemigo es enemigo, por lo tanto no deben tener relación alguna con nosotros. ¿Amén?


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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viernes, 10 de junio de 2022

¿CÓMO ENTENDER A UN DIOS DE AMOR QUE RECURRE A LA VENGANZA? - NÚMEROS 31

Este es uno de los capítulos más “delicados” para los estudiosos de la Biblia. No en vano muchos personajes de la Alta Crítica, o “eruditos” bíblicos postmodernos han sugerido que, por razones como éstas, la Biblia no debe ser tomada como literal sino como “historietas, “mitos”, “leyendas”, o simplemente relatos populares, o tradiciones inverosímiles que se han ido tejiendo a lo largo de la historia judía, y que se ha registrado en la Biblia con el objetivo de infundir temor a los demás pueblos, del supuesto poder del Dios hebreo.


Según los críticos de la Biblia, esto sería lo único que podría explicar historias tan sangrientas como la “venganza contra Madián” que es mandado por Dios directamente. Para los críticos de la Biblia, no podría ser verdad esta historia, así como ninguna historia bíblica (la creación, el diluvio, el cruce del Mar Rojo, etc). Por esa razón, algunos estudiosos de la Biblia, al no poder explicar fácilmente, tratan de “explicar” con justificaciones como que hay “partes de la Biblia” que no son “lógicos”, pues son “relatos” inverosímiles. 


No es desconocido que hay denominaciones religiosas cristianas que se autodenominan creacionistas - evolucionistas. Es decir, son creacionistas, pero creen en la evolución. Un “arroz con mago” definitivamente.


Sin embargo, aunque el capítulo de hoy resulta muy difícil de explicar para muchos. No es mucho problema si entendemos (1) qué es la Biblia, y lo leemos en (2) el contexto, (3) el carácter de Dios, y (4) sobre todo la omnisciencia, pues él todo lo sabe. Acá trataremos de explicarlo en resumen:


1. LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS. Deseo dejar en claro que TODA LA BIBLIA ES PALABRA DE DIOS. Y no es un libro “triunfalista” que pretende mostrar solo historias lindas y maravillosas. No. Hay historias y tristes, y todo, absolutamente todo quedó registrado porque hay lecciones grandes para todos los tiempos. La Biblia no intenta congraciarse con la humanidad, pues es la verdad, y la verdad es la verdad por todos lados y en todo tiempo. Entonces, si dejó esta porción bíblica triste, es para nuestra bendición, aunque nos resulte difícil de aceptarla.


2. EL CONTEXTO. Una guerra como se describe en el Antiguo Testamento es sin duda sangrienta. Mataban a todos los varones, mujeres, niños, etc. No perdonaban nada. No obstante, no miremos al pasado, vemos lo que sucedieron en la primera y segunda Guerra Mundial, miremos un poco la historia de la guerras por la independencia, los conflictos en la Guerra del Pacífico entre Perú y Chile, y tantas otras guerras. Démosle una mirada a lo que se vivió en tiempos del terrorismo en la década de los 80 o 90 en mi país Perú. Todas las guerras, en todos los tiempos fueron así, sanguinarias, una guerra donde morían más inocentes que culpables. En la cultura de los tiempos de Antiguo Testamento era así. O los vencías o te vencían. Las guerras tenían ese tenor. Sino recuerda que Lot y toda su familia fueron llevados como prisioneros para ser esclavos, etc. Ahora, ¿eso estaba bien? ¿Eso es lo que Dios había planificado para la humanidad? Ciertamente, no.


3. EL CARÁCTER DE DIOS. Nos cuesta entender en nuestra cultura que Dios esté relacionado con venganza,  justicia, muerte, etc. ¿Por qué? Porque nuestra venganza y justicia es humana. Y lo que nos olvidamos es que Dios es amor. Y aunque nos duela y cueste entenderlo, su venganza es por amor. Ojo, esto no es “amor serrano, más me pegas más te quiero” como se suele decir en Perú, no. Dios nos ama, y cada vez que se venga es por amor a su pueblo. Entonces, surge una pregunta: ¿Entonces Dios ama solo a su pueblo, a su iglesia? ¿Y a los demás? ¿Por eso los mandó a matar con crueldad? Por eso es importante el punto número 4.


4. LA OMNISCIENCIA DE DIOS. Dios sabe todo. Sabe el pasado, el presente y el futuro, por eso es Dios. Si no supiera eso, no sería Dios. Entonces: 


La primera razón por el que Dios se venga de Madián es porque esos pueblos unidos querían destruir a Israel. Es más, sobornaron y llevaron como profeta de Madián a Balaam, siendo él profeta de Dios. ¿Qué podría hacer Dios? ¿Esperar a que su pueblo sea atacado y eliminado?  Y ¿cómo nacería del Mesías sino de la tribu de Judá? 


En segundo lugar, cuando mata a las mujeres que habían sido traídas para ser esclavas como motín de guerra, Dios manda a que mueran porque fueron ellas las responsables de que 24 mil israelitas mueran por haber fornicado con ellas. ¿Qué hubiera pasado si ellas se hubieran quedado como esclavos en medio de Israel? Si los guerreros de Madián habían demostrado que no pudieron contra Israel, las mujeres moabitas habían demostrado con creces que ellas podían hacer que el pueblo se pierda. 


En tercer lugar, lo más cruel: los niños. Los niños varones, crecerían y lo harían con la consigna de vengarse cuando sean grandes. Ellos representarían un peligro, ¿Los deberían haber dejado vivos?


Finalmente, cuando la Biblia dice que murieron “todos los varones madianitas” se está refiriendo a los “varones de guerra”. Los que no eran soldados quedaron en Madián, también no murieron las mujeres jóvenes que no habían conocido varón. Por eso, vamos a ver qué Gedeón tuvo que pelear con los madianitas años más tarde. Es decir, no es que fueron exterminados por completo.


Un punto importante a destacar, al final, es que jamás debemos olvidar que detrás de todo el ataque al pueblo de Dios, está el ENEMIGO, SATANÁS, que siempre buscó, busca y buscará, destruir al pueblo de Dios, pues sabía que Jesús, el Mesías, el que le pisaría la cabeza (Génesis 3:15), nacería de Israel, Judá.


Que podamos seguir estudiando la Biblia.


Feliz día. 


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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jueves, 9 de junio de 2022

CUMPLE TUS PROMESAS - NÚMEROS 30


“Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca” (Números 30:2).

En tiempos donde la palabra ha llegado a ser minimizada por no tener “peso legal”, a no ser por una grabación en audio o video, o un escrito con peso notarial; y donde hemos normalizado y aceptado declaraciones como “a las palabras se las lleva el viento”, “papelito manda”, entre otras, leer el capítulo de hoy es un llamado fuerte a la reflexión. 


Hacer votos, compromisos, o promesas en este tiempo es común. Votos en el matrimonio, promesas políticas, promesas económicas, y por supuesto también votos, compromisos y promesas a Dios, entre los cristianos. Tal como por ejemplo: 


“Señor de los Milagros, dice un devoto, si me bendices este año, voy a cargar “ al Cristo Morado en las procesiones de octubre”. Bien o mal, son promesas o votos.


“Oh Dios, si me bendices te voy a ser fiel con todo mi vida, entregaré mis diezmos y ofrendas fielmente..”


“Querido Dios, perdóname. Te pido perdón por mis pecados y es la última vez que lo haré. Nunca más Señor, pero perdóname”.


Y así, más promesas, más votos y compromiso que, que se las “lleva el viento” porque pasa un día, una semana, un mes, y como si jamás hubiéramos prometido, incumplimos con nuestras palabras. No cumplimos nuestras promesas. Terrible.


El tema es que como estamos acostumbrados a fallarle a “medio mundo” con nuestras promesas, o como también nos fallan, muchas veces pensamos que Dios es un humano más, a quién podemos prometerle así por así, y simplemente no cumplimos. Sin embargo, debemos entender que nuestras promesas a Dios no deben ser tomadas como livianas, de modo que su incumplimiento “no sería perdonado”.


Antes de entrar a la tierra prometida es necesario que todo hijo aprenda a cumplir con sus votos a Dios. Según Números 30, todo los varones, las viudas y divorciadas tenían que cumplir sí o sí sus promesas, pues ellos eran responsables. En cambio, las mujeres jóvenes y esposas, podrían liberarse de culpa y ser perdonadas si sus padres o esposos interferían, puesto a que ellas estaban “bajo la responsabilidad de sus padres y esposos”. No obstante, el mensaje es claro: DEBEN CUMPLIR SUS VOTOS.


Dios mismo diría tiempo después, a través de Salomón: “Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos? Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios” (Eclesiastés 5:4-7).


Finalmente, aunque el llamado es para cumplir nuestros votos con Dios, es necesario recordar que también debemos hacer los mismo con las promesas y palabras dadas a otras personas. Debemos aprender a ser responsables con nuestras palabras. Ésta es también, parte de la ética cristiana.


Feliz día. 


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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miércoles, 8 de junio de 2022

EL PROPÓSITO DE LAS FIESTAS JUDÍAS: TROMPETAS, EXPIACIÓN Y CABAÑAS - NÚMEROS 29


El pueblo de Israel tenía siete fiestas al año (1) La pascua, (2) Panes sin levadura (3) Las primicias, (4) El Pentecostés, (3) Las Trompetas, (4) El Día de la Expiación, y (5) Las Cabañas. Y ellas estaban ubicadas en el calendario hebreo que iniciaba en el mes de Nisan o Abib según el calendario Cananeo (entre marzo/abril de nuestro calendario).


El capítulo de hoy destaca "el séptimo mes, el primero del mes tendréis santa convocación" (Núm.29:1), éste es el mes hebrero Tishri, también conocido como Etanim según el calendario cananeo y que en nuestro calendario hoy, sería setiembre/octubre.


En este mes se realizaban las tres últimas fiestas: Las Trompetas (el día 1), El día de la expiación (el día 10) y Las cabañas (del día 15 al 21). ¿Qué propósito tenían estas fiestas? ¿Y qué significa para nosotros hoy?


1. FIESTA DE LAS TROMPETAS (Números 29:1-6).- Ocurría en el primer día del séptimo mes. Conocida hasta hoy como "Rosh hashanah", que significa "comienzo del año nuevo". Tenían que tocar el shofar o cuerno de carnero que simbolizaba al cordero que Dios proveyó a Abraham cuando iba a sacrificar a Isaac (Gen.22). Entre varios significados, podemos destacar que era el día en que Israel recibió los diez mandamientos; pero hay uno más especial, esta fiesta estaba ligada con el juicio divino a la humanidad, ya que estaban a pocos días del gran día de expiación (día 10 del mes séptimo), del día del juicio. Era un anuncio a prepararse.


2. FIESTA DEL DÍA DE LA EXPIACIÓN (Números 29:7-11).- Ocurría el décimo día del séptimo mes. Conocida como "Yom Kuippur", que significa "Día de expiación". Era el único día en el año en que el sumo sacerdote de Israel oficiaba de modo exclusivo en el lugar santísimo del santuario. Esta fiesta representaba eminentemente el juicio y la misericordia de Dios. Era el fiesta cumbre y más importante de Israel porque estaba ligado a la salvación. Si el sumo sacerdote era hallado falto, todo el pueblo estaría perdido.


3. FIESTA DE LAS CABAÑAS O DE LOS TABERNÁCULOS (Números 29:12-38).- Ocurría del día 14 al 21 del séptimo mes. Conocida como "Sucot", que significa vivienda precaria, enramada, choza provisional. Era una fiesta diferente a las anteriores. Estaba lleno júbilo y alegría por dos razones: (1) Habían sido perdonados y limpiados de sus pecados en el día de la expiación, y (2) Era la cosecha final, Dios les había dado mucha cosecha y habían asegurado el sustento. Así en este día recordaban de dónde los sacó Dios y cómo los guió a través del desierto viviendo en carpas.


Pues bien, éstas eran las tres últimas fiestas de Israel. Cada una de ellas importante, y con significado para hoy:


1. La fiesta de las Trompetas.- Según Apocalipsis 10:11 y 14:7 indican las señales del tiempo del fin, el despertar misionero del siglo XIX y el anuncio del juicio investigador (antes de 1844).


2. La fiesta del Día de Expiación.- Según Daniel 8:14 indica cuando El Mesías (Jesús) intercede en el juicio de Dios y purifica su santuario, es el juicio investigador (en el año 1844, el 22 de octubre).


3. La fiesta de las Cabañas.- Según Isaías 66:23 indica la celebración final del pueblo de Dios, por haber sido perdonados y haber finalmente triunfado de su caminata hacia Canaán. El pueblo ha triunfado y ahora celebra con Dios en la gran Cena del Cordero.


¿Qué les parece? Confuso, puede parecer, pero si estudiamos diligentemente llegaremos a entender y gozarnos. Nada de lo que se escribió en la Biblia deja de tener un mensaje para mí y para ti. La trompetas ya sonaron, se está llevando a cabo el juicio investigador... aún tienes oportunidad para la gran celebración ya no en carpas de hojas ni chozas sino en las mansiones celestiales (Juan 14:1-3), allá en los cielos. Yo quiero estar allá, ¿y tú? 


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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martes, 7 de junio de 2022

EL SIGNIFICADO DE LAS OFRENDAS - NÚMEROS 28



¿Te has preguntado porqué el tema de las ofrendas se presentan una y otra vez en Éxodo, Levítico y Números ? ¿Cuál es el propósito de ellas? El capítulo de hoy nos muestra que el Señor pide a su pueblo ofrendas diarias, semanales (los sábados) y mensuales (en la luna nueva). A la luz de este capítulo podemos notar algunas lecciones realmente importantes para hoy, respecto al tema de las ofrendas:


1. LAS OFRENDAS SON SACRIFICIOS (v.3).- No puede haber ofrendas donde no haya "sacrificio". El mayor sacrificio es Jesús, esa es la muestra visible de lo que significa la ofrenda, y el Padre entregó a su único hijo, por eso se llama SACRIFICIO. 


No podemos dar lo que nos sobra, solo porque debemos darlo, eso es formalismo y no es grato a Dios. El objetivo de las ofrendas es que romper con el egoísmo, el amor a nosotros mismos. LA OFRENDA era sacrificio porque tenía que morir, tenía que haber derramamiento de sangre. Del mismo modo, en estos tiempos, ya no derramamos sangre inocente de un animal, pero las ofrendas siguen siendo un sacrificio porque “A NADIE LE SOBRA LA PLATA”. Cuando entregamos los diezmos, lo que estamos haciendo es devolverle a Dios lo que le corresponde. No hay mérito alguno sino la obediencia, pues ese 10%, es de Dios, no es tuyo. Por eso le decimos: DEVOLVER. 

Sin embargo, las OFRENDAS “son nuestras”. Dios nos ha entregado el 100% de las ofrendas, y de ahí, de lo nuestro, de lo que nos “pertenece” le damos. Por eso es un sacrificio, porque ataca a lo nuestro, ataca nuestro yo, el egoísta. Y nos enseña a ser fiel, a confiar que con lo “poco que me sobra”, Dios puede hacer mucho.


2. LOS SACRIFICIOS SON DIARIOS (v.4).- Las ofrendas debían ofrecerse en la mañana y en la tarde. Así fue durante toda la hostia de Israel antes de la venida del Mesías, Jesús. Todos los días. Por la mañana, y por la tarde el hijo de Dios, Jesús, se presenta con una ofrenda, un sacrificio por ti y por mi. Y para acceder a ese sacrificio, debemos ir cada día en oración y gratitud de fe en el culto matutino y vespertino para los cristianos.


3. LOS SACRIFICIOS SON SEMANALES (v.9).- El texto habla de la nueva nueva. La luna marcaba los meses, pero también las semanas. Ahora no seguimos el calendario lunar que básicamente servía para la agricultura. Sin embargo, hoy, al llegar al día sábado también debemos llevar nuestra ofrenda y sacrificio. Esto es las ofrendas que colocamos por amor en el alfolí. No son diezmos. Los diezmos son de Dios, las ofrendas son nuestras y de ellas debemos desprendernos para el sostén del templo y de la iglesia.


4. LOS SACRIFICIOS SON MENSUALES (v.14).- Israel estaba rodeado de pueblos cananeos, idólatras. Dios los cuidaba diariamente, semanalmente y mensualmente de esta forma: pidiéndole ofrendas. Así, ellos no se sentirían tentados a ir en pos de dioses falsos. Dios nos conoce. Dios sabe que el ser humano es débil por naturaleza. Sabe que si un día se desconecta de su visión real, puede ir en pos de "visiones" falsas. 


Dios no necesita ofrendas ni sacrificios, ellas son manifestaciones de nuestro amor a Dios y a Su obra. Cuando yo ofrendo sacrifico mi "YO", por ello la ofrenda era un sacrificio. Cuando yo doy lo que es mío a otro, estoy quebrando mi egoísmo, mi amor propio para dar bendición a otros: al templo y a su obra.


Finalmente, esas ofrendas son diarias, mañana y tarde, es el culto matutino y vespertino; son semanales porque cada sábado tenemos la oportunidad de ofrendar; y son mensuales porque con ello Dios quiere que todo el año vivas como una ofrenda agradable, tú eres esa ofrenda (Romanos 12:1). No lo olvides: "Las ofrendas son sacrificios...¡Sacrifica tu corazón!".


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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lunes, 6 de junio de 2022

LA BIBLIA, NUESTRA ÚNICA REGLA DE AUTORIDAD Y FE - NÚMEROS 27


“Y Moisés llevó su causa delante de Jehová. Y Jehová respondió a Moisés, diciendo: Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una heredad entre los hermanos de su padre, y traspasarás la heredad de su padre a ellas” (Números 27:5-7).

Cada vez que leemos la Biblia somos bendecidos con lecciones que, sin duda alguna, nos ayudarán en nuestra caminata hacia Canaán Celestial. El capítulo de hoy tiene por lo menos dos partes:

1. La petición de las hijas de Zelofehad

2. Josué,  el sucesor de Moisés 


No obstante, me gustaría explayarme en la primera parte, con la petición que las hijas de Zelofehad le hacen a Moisés. 


El caso que presentan las hijas de Zelofehad es un antecedente extraordinario de lo que actualmente se le conoce en las leyes civiles, sobre las leyes de heredad o herencia. La mayoría de constituciones políticas o cartas magnas pueden tener, en Números 27:1-11, sus orígenes.  De este episodio bíblico puedo destacar por lo menos tres, lecciones:


1. LIDERAZGO ESPIRITUAL. Adolfo Hitler y José Stalin también fueron grandes líderes. Sin embargo, influyeron hacia el mal. Ellos movilizaron a millones de personas al cumplimento de sus propósitos personales, que tenían objetivos diabólicos. Sin embargo, Moisés nos enseña, que en los asuntos, grandes y pequeños debemos buscar la dirección de Dios. Moisés pidió dirección en el caso de las hijas de Zelofehad, no decidió solo. Buscó a Dios y pidió dirección. Allí radica la diferencia entre un líder espiritual y otro secular. Si estás a punto de decidir, busca consejo de Dios, no te apresures, ora Dios. Zelofehad encontró solución para su caso, y una solución extraordinaria, porque Moisés decidió según la voluntad de Dios.


2. IGUALDAD ANTE DIOS. La Biblia es tildada en muchos ámbitos como un libro machista, retrógrada, fuente del “patriarcado abusivo y opresor”. Nada más lejano a lo que la Biblia realmente es. La Biblia es un libro de libertad, de oportunidad, de amor y de igualdad. El caso que presentan las hijas de Zelofehad fue tomado en cuenta por Dios, y fue apoyado en su totalidad. Moisés no había repartido heredad para ellas porque eran mujeres. “Legalmente” hablando era así en la sociedad del Antiguo Cercano Oriente. Sin embargo, era injusto, y disparejo, y Dios se encarga de crear precedentes por el resto de la historia. Las mujeres y los hombres tendrían los mismos derechos de heredar. ¡Esa es la Biblia! Casi 5000 años atrás, la Biblia ya nos decía lo que hoy las cartas magnas de los países más desarrollados tienen como leyes vigentes. Dios ama a todos por igual, y juzga del mismo modo. 


3. LOS PRINCIPIOS BÍBLICOS. Finalmente, la Biblia, aunque tienen casos, como el que leímos hoy, no es un libro de casos. Es un libro de principios, y esos principios perduran en el tiempo. La Biblia se erige como baluarte de la verdad, es la lámpara que ilumina el sendero oscuro, es la luz que disipa las tinieblas. Que la Biblia sea nuestra única regla de autoridad y fe. Al leer el caso de las hijas de Zelofehad podemos notar, que estos principios siguen vigentes hasta, y es esto lo que hace relevante la fe cristiana, que su libro es aplicable a todos los tiempos, a todos los lugares y a todos los corazones. ¿Amén?


Que Dios te bendiga grandemente. Alabamos a Dios por su Palabra, y nos comprometemos en leerla cada día, para que sean sus principios las que guíen nuestro caminar. 


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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