Según la Biblia, todos tienen acceso a la salvación. Pablo reafirma esta verdad en este capítulo (v.12). No hay judío ni griego para la salvacación. El único requisito para la salvación es creer en Jesús e invocar el nombre de Dios (v.13). No obstante, hay algo que tenemos que hacer, una vez que ya somos parte del pueblo de Dios para que las demás personas se salven: NECESITAMOS PREDICAR.
En ese sentido, Pablo, hace cuatro preguntas para destacar el papel de la iglesia respecto a la importancia de la predicación del evangelio:
1. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? (v.14a). Esta pregunta subraya la necesidad de la creencia como un requisito previo para invocar el nombre del Señor para la salvación. En Romanos 10:13, Pablo acaba de citar Joel 2:32, diciendo: "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo." Así, invocar al Señor es un acto de fe que presupone creer en Él. Sin creencia, no puede haber una invocación genuina del nombre del Señor.
2. ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? (v.14b). Esta pregunta señala el papel indispensable de la audición en el proceso de llegar a la fe. La creencia en Cristo depende de escuchar el mensaje acerca de Él. Pablo está enfatizando que la fe no es un salto ciego en la oscuridad, sino una respuesta al mensaje escuchado del Evangelio. En Romanos 10:17, Pablo aclara esto aún más al decir: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios." El mensaje acerca de Cristo debe ser comunicado para que las personas puedan escucharlo, entenderlo y responder en fe.
3. ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? (v.14c). Esta pregunta destaca la necesidad de un proclamador del Evangelio. El término "predicador" aquí no se limita a aquellos que ocupan posiciones oficiales en la iglesia, sino que se extiende a todos los que comparten el mensaje de Cristo. La palabra griega utilizada para "predicador" es "kērussontos," que significa uno que anuncia o proclama. Esta proclamación es esencial porque es a través de la palabra hablada que el mensaje de Cristo se transmite a otros. El predicador sirve como el vehículo a través del cual se entrega la buena nueva, haciendo posible que otros escuchen y crean.
4. ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? (v.15). Destaca la realidad y necesidad de discípulos que acepten el desafío y llamado de salir de su zona de confort, para ir a predicar el evangelio. No obstante, aunque el trabajo parece que es voluntario, es necesario enviarlos (con instrucción adecuada). Pablo mismo fue llamado a predicar el evangelio, a salir de su zona para ir a otros lugares (a los gentiles) con mensajes de esperanza.
A la luz del texto, el problema jamás fue las personas a ser predicadas, sino la falta de obreros. Esto podemos notarlo claramente en Mateo 9:37-38. Pablo realiza estas cuatro preguntas destacando que el problema no es la gente, sino que son los obreros los que deben cumplir la misión.
Finalmente, Pablo cita a Isaías, para decir sobre los evangelistas y predicadores: “ ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (v.15). Definitivamente, es todo un privilegio ser el portavoz de Dios y caminar en pro de la predicación del evangelio.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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