Los israelitas habían pecado grandemente contra Dios en todos los aspectos posibles: Idolatría, sincretismo religioso, condicia, ambición, injusticia era "pan de cada día" en acción, pensamiento y palabra. Dios era adorado falsamente y el pueblo engañado, se engañaba creyendo que viviendo de esa forma alcanzarían la salvación y reinarían con el Mesías triunfante y victorioso en el "Día de Jehová".
Tristemente Miqueas les dice que no, no sería así. Ellos pagarían muy caro las consecuencias de sus rebeliones, a causa de sus obras. No obstante, después de decirles todo lo que les sobrevendría si seguían viviendo en pecado, también les dice que nada les sucedería si se volvían a Jehová:
"Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados" (Miqueas 7:19).
El texto de hoy muestra el gran amor de Dios. Y como alguien dijo: "Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado". Recuerda que la única base del perdón es el arrepentimiento y la reforma. La disciplina del cautiverio tenía como propósito de que se efectuara un reavivamiento espiritual. Un cambio de vida.
¿QUÉ PASA CON NUESTROS PECADOS PERDONADOS?
Dios los echará en lo profundo del mar. No hay pecado que no pueda ser perdonado. Quizás está leyendo alguien que ha cometido un pecado terrible en estos últimos días, meses o años, y no puedes estar tranquilo a causa de los recuerdos. La culpa y el remordimiento te matan cada día. No te puedes perdonar. Sientes que estás sucio por más que te bañes. La culpabilidad está destruyendo tu vida y te preguntas qué hubiera pasado si tan solo no hubieras ido a ese lugar, dicho esa palabra o hecho ese acto. ¡No te mortifiques por lo que ya hiciste! ¡Solo tienes que ir a Jesús así como estás y pedir perdón, confiésale tu pecado y arrepiéntete. Él te perdonará y tu pecado será lanzado en lo profundo del mar! Dios no se acuerda de los pecados perdonados. ¿Amén?
Si Dios es capaz de perdonarte, tú no eres nadie para no perdonarte. SOLO DEBES IR A JESÚS EN ARREPENTIMIENTO, CONFESAR TU PECADO Y PEDIR PERDÓN. No hay otro camino.
Vayamos a Dios confiados en que si nos arrepentimos, Dios perdonará todos, y cada uno de nuestros pecados, errores, equivocaciones... Dios nos ama y quiere hacer maravillas como hizo con su pueblo al sacarlos de Egipto (v.15). ¡Qué maravillosa noticia!
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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