jueves, 5 de agosto de 2021

GUIADOS POR EL ESPÍRITU SANTO - HECHOS 8


La obra del evangelismo es una obra que depende del Espíritu Santo. No es obra humana simple, no tiene que ver con marketing o buena oratoria, tiene que ver con dependencia del Espíritu Santo. ¿Cómo ser enviado por el Espíritu Santo? 


1. Siendo obedientes al llamado de Dios. “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto” (v. 26). La Biblia dice que él no preguntó nada, sino que fue. Al igual que el misionero Abraham su obediencia activó el plan de Dios. Felipe no sabía de quién se trataba y ni qué debía hacer. El verso 27 destaca: “Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar”. Se levantó y se fue.

2. Siendo obedientes a la voz del Espíritu Santo. “Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro” (v. 29). Dios conocía al etíope, sabía de su necesidad espiritual y de la sed que tenía por conocer las verdades de las Escrituras. Es por ello que le habló a Felipe: “Acércate“. El evangelismo requiere de “contacto”. No podemos hacer discípulos solo a través del Zoom o del WhatsApp, necesitamos atenderlos personalmente; es cierto, con los cuidados respectivos en esta coyuntura, pero sin olvidar el contacto personal. Felipe fue sensible a la voz del Espíritu Santo. ¿Cómo se logra eso? En comunión diaria con Dios a través del estudio de la Biblia y la oración. Y ¿ por qué es importante estar atento a la voz del Espíritu Santo? Porque es Él quien pone palabras exactas: “Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?” (v. 29). A veces no sabemos qué diremos, pero el Espíritu Santo guiará y te hará recordar lo que debes hablar (Jn. 14:26). ¡Amén!

3. Siendo apasionados por la misión. Después de darle estudios bíblicos, finalmente le hizo el llamado: “Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?”(v. 36). ¡Era un apasionado! ¡Un evangelista! No dudó porque el Espíritu Santo le guiaba. No esperó una campaña, nada. Hoy es el día de bautismo, le dijo.


“El ángel enviado a Felipe podría haber efectuado por sí mismo la obra a favor del etíope; pero no es tal el modo que Dios tiene de obrar. Su plan es que los hombres trabajen en beneficio de sus prójimos” (Elena G. de White). ¡Qué privilegio! ¡Somos instrumentos de Dios!


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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