"Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío. ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o sus hijos que ellas han dadoa luz?" (Génesis 31:43).
Labán tenía una fascinación por el uso de los pronombres posesivos: "mis hijas", "mis nietos", "mis ovejas" y "todo lo que tú ves es mío". En conclusión, según Labán, todo era suyo y nada era de Jacob ni de nadie. Ese era el problema de Labán, el no reconocimiento de que todo cuanto tenía era de Dios. Para Labán TODO era suyo. Y por ello Labán no era bendecido de ninguna manera. Todo lo que hacía no era prosperado. Sin embargo, Jacob entendía muy bien que TODO cuanto tenía venía directamente de Dios: "Si el Dios de mi padre [...] no estuviera conmigo, de cierto me enviarías con las manos vacías" (Gn.31:42).
¿Qué es la mayordomía? Es el reconocimiento de que TODO cuanto tengo es de Dios y soy únicamente el administrador. Dios es dueño de todo (Hag.2:8). Si deseamos ser bendecidos por Dios, debemos reconocer en primer lugar que TODO es de Dios y nada es nuestro. Ni siquiera las fuerza física (Dt.8:17, 18). ¿Por qué Labán no era bendecido en sus acuerdos con Jacob? Porque jamás reconoció a Dios como el que bendice. Labán cambió 10 veces el salario de Jacob creyendo que de alguna manera "la suerte" estaría de su lado (de Labán), pero nada era así. Todo lo que él quería para sí, le era dado a Jacob.
Muchas personas creen que las bendiciones tienen que ver con la "suerte" o dependen de hombres. Labán deseaba que Jacon se quede porque veía que por él, las bendiciones eran abundantes. En otras palabras, para Labán, Jacob era también una especie de amuleto o suerte. Para ser bendecidos por Dios es necesario reconocer quién es Dios y quiénes somos nosotros. ¡Qué contraste! Mientras Labán cree que TODO es suyo, Jacob entiende que NADA es suyo, sino que TODO es de Dios.
Nada de lo que emprendas, ningún negocio o trabajo será prosperado si no entiendes que de ti es NADA y de Dios es TODO. ¿Qué es tuyo? ¿Qué es de Dios? Inicia hoy el día con la seguridad de que Dios quiere bendecirte pero es necesario que lo reconozcas primero como la fuente de bendición.
Buen día!
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¡Dios te bendiga mucho!
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