Pablo cuenta brevemente que el mensaje que predicaba, lo presentó a los apóstoles o hermanos de “reputación” (v.1). Tanto Jacobo, Cefas [Pedro] y Juan habían respaldado su ministerio y no habían obligado a nadie a judaizar, es decir, no obligaron ni a Tito a circuncidarse, a pesar de tener origen griego (v.3, 4).
En Gálatas 2, Pablo nos ofrece una visión profunda de su ministerio y cómo este puede ser un modelo para nosotros hoy. Aquí están cinco lecciones destacadas que podemos aprender y aplicar en nuestro contexto adventista:
1. Llamado divino, confirmación humana (Gálatas 2:1-2). Pablo, aunque confiaba en su llamado, no actuó en soledad. Fue a Jerusalén para exponer el evangelio que predicaba entre los gentiles a los que eran influyentes, buscando su aprobación. Debemos valorar el consejo y la confirmación de nuestros líderes y hermanos en fe antes de embarcarnos en nuevos proyectos misioneros y demás.
2. Llamados diferentes, una misma misión (Gálatas 2:7-9). Pablo y Bernabé fueron reconocidos para predicar entre los gentiles, mientras que Pedro se enfocaba en los judíos, pero todos trabajaban para el mismo Señor. Esto nos enseña que el ministerio cristiano debe ser inclusivo y que la diversidad no debe ser un obstáculo para la unidad. En nuestra iglesia, debemos promover la unidad en medio de nuestras diferencias culturales y ministeriales, reconociendo que todos servimos a un solo Dios.
3. Llamado a seguir la Biblia, ni tradiciones (Gálatas 2:5). Pablo no cedió ni por un momento a la presión de someter a Tito a la circuncisión, mostrando que la verdad del evangelio no debía ser comprometida por tradiciones humanas. Debemos mantener firme la verdad bíblica frente a prácticas o costumbres que no estén alineadas con las enseñanzas de Cristo.
4. Llamado implica confrontar el error (Gálatas 2:11-14). Pablo confrontó públicamente a Pedro por su hipocresía en el trato con los gentiles, demostrando que, incluso los líderes, deben ser corregidos cuando su comportamiento contradice el evangelio. Esto es una lección de valentía y amor por la verdad que debemos aplicar en nuestra iglesia, donde el amor debe acompañar la corrección para el crecimiento espiritual de todos.
5. Llamado a predicar la justificación por la fe (Gálatas 2:16). Pablo enfatiza que somos justificados por la fe en Jesucristo y no por las obras de la ley. Esta enseñanza central del evangelio nos recuerda que nuestra salvación y nuestro ministerio deben estar fundamentados en la gracia de Dios, no en nuestros méritos.
Gálatas 2 no solo nos muestra las luchas y victorias de Pablo, sino que nos proporciona principios fundamentales para nuestro servicio en la iglesia. Al aplicar estas lecciones, podemos fortalecer nuestro ministerio, promoviendo una comunidad adventista que refleje verdaderamente el amor y la verdad de Cristo.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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