Gadara, capital de la provincia romana de Perea, era una de las diez ciudades de la región de Decápolis. Y para llegar ahí, Jesús tuvo que hacer un viaje de 19 kilómetros aproximadamente desde Galilea. En esta historia hay muchas lecciones, pero deseo destacar tres de ellas:
1. JESÚS TE BUSCA. Jesús fue en busca del hombre gadareno. Desde el Génesis al Apocalipsis, Dios siempre busca al ser humano. Es Dios quien busca y llama al hombre que se escapa de Dios. Dios lo busca para darle paz, felicidad, salud y sobre todo salvación. Y para eso irá hasta donde sea necesario. No hay lugar tan lejos a donde su amor no lo lleve. Él te ama como no te imaginas.
2. JESÚS TE RESCATA. Jesús te libera. Jesús hizo un milagro en la vida de este lunático. Jesús liberó de las garras de Satanás a este hombre. Lejos de Jesús vivimos así, entre cuevas y tumbas de muerte. Entre cadenas rotas que son las promesas incumplidas vez tras vez. Pero cuando parece que estás “destinado” a vivir así y todos han perdido la fe en ti, Jesús aparece para darte libertad, y con la libertad puedes recuperar a los tuyos, a tus hijos, a tu familia, tu trabajo... Jesús te quiere libertar.
3. JESÚS TE DA UNA MISIÓN. Jesús no solo liberó de Satanás a este hombre gadareno, sino que le dio una misión. Y es que fuimos sanados y liberados para liberar a otros. Rescatados para rescatar. Todos los que ahora somos adventistas, o seguidores de Jesús, un día fuimos esclavos de Satanás, vivíamos en la región “de gadara”. Vivíamos entre tumbas y cadenas, dando miedo a la gente. Pero ahora conocemos a Jesús, y somos libres. Entonces, debemos ir a buscar a aquellos que están como un día estuvimos nosotros. Fuimos rescatados para rescatar. ¡Eso es cumplir la misión! Este hombre sanado por Jesús fue a predicar a su casa, a su familia, a sus vecinos y familiares y se convirtió en el primer Evangelista “gentil” o no judío en la región de Decápolis. Fue un Evangelista de diez ciudades. ¡Extraordinario! Dios puede usarte grandemente. ¿Amén?
¿Quién eres tú? Todo aquél que tuvo su encuentro con Jesús nunca quedó igual, fue cambiado. Su vida cambió para bien. Si tú fuiste liberado por Jesús, ahora debes trabajar para libertar a los demás. No lo olvides, Dios te buscó y te encontró porque te ama. Ahora debes ser un colaborador en la causa bendita del evangelio. ¿Amén? Rescatado para rescatar.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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