Los primeros 13 versículos del capítulo 5, formar parte del capítulo 4, pues tienen que ver con las ofrendas por el pecado. Así, se presentan tres tipos transgresiones o pecados por las que se debe presentar ofrenda:
1. Por haber sido llamado a testificar. Acá se destaca el peligro de dar un mal informe, o simplemente omitir el llamado. Un testigo debe decir la verdad, toda la verdad y solamente la verdad. No debe añadir detalles, ni tampoco quitarlos; no debe juzgar los motivos que llevaron a realizar la acción. Se evitaría mucha injusticia y mucho pesar si este principio fuese seguido con mayor estrictez.
Acá podemos destacar una lección importante, que todos fuimos llamados a ser testigos de Cristo. Somos llamados a testificar LA PALABRA DE DIOS. Ni más, ni menos, y daremos cuentas por nuestra labor como testigos.
2. Por tocar alguna cosa inmunda. Podía ser un animal inmundo, un cadaver alguna enfermedad. En el código levítico la "inmundicia" es esencialmente culpabilidad moral o ceremonial, pudiendo en algunos casos implicar "inmundicia" física. De cualquier modo, era necesario acatar las indicaciones que se le pedía a alguien “impuro”.
Dios es santo y nosotros debemos ser santos, puros, cuidados para no llevar oprobio a la iglesia, y ser muy honestos en presentarnos a la iglesia. No debemos contaminarnos con las impurezas de la vida.
3. Por no cumplir su palabra. Cuando dos personas hacían un contrato o un convenio, había acuerdo mutuo, y ese acuerdo era confirmado con un juramento. Si una de las partes olvida su promesa, confirmada por juramento, o la repudia a sabiendas, "si después lo entiende, será culpable".
La palabra del cristiano debe ser tomada en serio y alta estima. Cumplamos nuestro compromiso en todo.
En todos los casos presentados, habían situaciones a sabiendas, es decir si testifico mal, toco algo impuro, o falto a mi palabra por propia voluntad, soy culpable por acción u omisión. Sin embargo, estas mismas situaciones podrían ser por ignorancia, o desconocimiento. Ya no es por acción, ni omisión, sino por ignorancia…
Lo hermoso de este capítulo tiene que ver con que en cualquier caso, ya sea por acción o ignorancia, había solución para la expiación de pecados, a través del sacrificio que se hacía en el tabernáculo, y que después, sería en toda la humanidad, a través de Cristo. Hay solución para cualquier pecado, sea por acción e ignorancia.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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