viernes, 8 de abril de 2022

LA OBRA DE DIOS SE HACE CON SABIDURÍA, CIENCIA Y AMOR - ÉXODO 35


“Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado” (Éxodo 35:10).


Aunque Dios no habite ciertamente en casas hechas por manos humanas (Hechos 7:48), pues es majestuoso y glorioso, es necesario recordar que todo lo que se hace para Él, y para su nombre debe ser hecho con gran cuidado y santidad. En el capítulo de hoy vemos por lo menos tres lecciones:


1. EL DÍA DE REPOSO Y EL TABERNÁCULO (vv.1-3). Este principio es básico. Aún cuando Jesús dijo que en el día de reposo es lícito hacer el bien (Mateo 12:12), lo que  que Dios deja en claro es que EL TEMPLO O TABERNÁCULO NO DEBE SER CONSTRUIDO EN DÍA DE REPOSO. A veces como pastores y líderes podemos vernos tentados a creer, que porque se trata de la construcción del templo, o de una gran campaña de evangelismo podemos montar una construcción, un campamento, quizás enormes equipos en día sábado. Una cosa es HACER EL BIEN EN DÍA DE REPOSO, y otra muy diferente HACER UN TRABAJO que podría hacerse en otro día, y no en el día de reposo. Esto quizás se pueda aplicar más a una construcción del templo. El principio es básico: en el día de reposo, no puedes hacer nada, ni aún una cosa Santa como el templo. Llegamos a esta reflexión porque el sábado está como un paréntesis entre toda la construcción del tabernáculo y accesorios/muebles del santuario.


2. LA OFRENDA PARA EL TABERNÁCULO (vv. 20-29). Se repite cuatro veces la palabra voluntaria en sus conjugaciones siguientes: “voluntad, voluntarios, voluntario, voluntaria”. Y es que la ofrenda es voluntaria, del corazón. No hay obligación en las ofrendas sino gratitud. El templo o tabernáculo para Dios no se construye con impuestos, limosnas, cuotas ni actividades sociales pro construcción. Eso sería fácil. Dios pide, muy por el contrario, que sea voluntario, de corazón, que sea motivado por el amor. Que sea un sacrifico, y es que la ofrenda es en realidad un sacrifico. El sacrifico es la mejor definición de una ofrenda. Si tu ofrenda no te es un sacrifico, no es ofrenda. Por eso Cristo Jesús es la ofrenda, y fue un sacrificio a tal punto de morir por amor. ¿Qué tal? Cada vez que des una ofrenda, piensa en esto: la ofrenda es un sacrificio, no es limosna, no es una cuota fija, tampoco es una obligación. 


3. LOS CONSTRUCTORES DEL TABERNÁCULO (vv. 10-19, 30-35). Me gusta, sorprende y emociona leer varias veces la palabra SABIDURÍA y CIENCIA. Dice la Biblia: “Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado” (v.10). La sabiduría viene de Dios (Santiago 1:5) y es el temor a Jehová (Proverbios 15:33). El conocimiento, por otro lado, también viene de Dios (Proverbio 2:6). Sin embargo, el primero  (sabiduría) tiene que ver con consagración, y el segundo (conocimiento) tiene que ver con preparación. Es decir, los que se realizan las cosas para Dios deben ser personas CONSAGRADAS Y PREPARADAS, personas sabias y con conocimiento. Este es el caso de Bezaleel y Aholiab, así como las mujeres sabias de corazón (v.25). Y esto hay que remarcarlo, no solo son varones sino también mujeres los que tienen acceso a servir como constructores del templo. Finalmente, una lección que podríamos destacar en este punto tiene que ver con los constructores del templo de Dios. Si somos leales al texto, deberíamos emplear constructoras o albañiles, arquitectos e ingenieros civiles, que sean sabios e inteligentes en Dios, que sean temerosos de Dios. Van a construir un templo a Jehová, no van a construir una simple casa. El principio está claro. Pueden decirme que estoy exagerando, pero vayamos a la Biblia. Si decimos que un templo no debe ser construido con “actividades sociales” como rifas, comidas, y demás porque se trata de un lugar para Dios, ¿cómo podríamos dejar que los constructores sean personas lejanas al temor de Dios? Para pensar.


Hoy es un nuevo día. Dios es santo, y todo lo que tenga que ver con su obra debe ser hecho de manera Santa, aún en el día de reposo. Así también, todos los que trabajan para su obra deben ser santos, temerosos de Él, esto es consagrados y preparados.


¡Feliz día!


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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