sábado, 12 de diciembre de 2020

LOS JUICIOS DE DIOS SON JUSTOS, ¡ALÉGRATE! - Jeremías 47


Jeremías dedica prácticamente 45 capítulos de su libro para predicar, animar y amonestar sobre los juicios de Dios a su pueblo. Sin embargo desde el capítulo 46 al 51, los mensajes de juicios son para las naciones extranjeras. Ayer vimos sobre Egipto, y el capítulo de hoy habla del juicio sobre los filisteos. ¿Quiénes eran los filisteos?
Los filisteos eran un pueblo que vivía a orillas del mar Mediterráneo, sin embargo tienen orígenes inciertos. Para el pueblo hebreo eran considerados como invasores. Se los conoce como grandes navegantes. Ellos se asentaron y extendieron a través de la tierra hacia el sur de Canaán (actualmente Cisjordania) y tuvieron diversos enfrentamientos y batallas con los israelitas por varias generaciones. Sin embargo, fue con David que este pueblo se hizo más notorio cuando peleó contra un campeón filisteo de nombre Goliat. A partir de ahí, los filisteos ya no son considerados como una amenaza seria (incluso en tiempos de Salomón los filisteos pagaban tributo a la corona de Israel) sino más bien como un pueblo idólatra y muy lejano a la voluntad de Dios, a tal punto que era desagradable a los ojos de Dios que algún israelita contrajera matrimonio con un filisteo (a) justamente porque ellos adoraban a dioses como Dagón, Baal y Astarté, además de no ser circuncidados.
¿Qué lecciones podemos destacar a la luz de la Biblia? Al menos dos:

1. LOS JUICIOS DE DIOS SON PARA TODOS. Todos seremos juzgados ante de Dios. Fue juzgado Israel, el pueblo de Dios y las naciones extranjeras, pueblos no creyentes e idolatras. En este caso los filisteos. Todos serán juzgados. No solo los que van a la iglesia, los que un día decidieron seguir a Jesús. La Biblia enseña que todos compareceremos ante Dios en el juicio (2 Corintios 5:10). Serás juzgado, creas en el juicio o no. Así de sencillo. Sin embargo, esos juicios son justos. Los juicios de Dios no son corruptos sino justos y perfectos. Esa es la buena noticia.

2. LOS JUCIOS DE DIOS SON SOBRE TODA OBRA, SEA BUENA O MALA. Esta es la pura realidad. Todas las obras no perdonadas serán llevados a juicio y tomados en nuestra contra. Los filisteos ahora eran juzgados por sus acciones contra el pueblo de Dios y contra la voluntad de Dios. Alguno puede decir, pero Heyssen, ¿cómo podían ser los filisteos obedientes a Dios si ellos no eran su pueblo? La respuesta es: ¿Y porqué creen que estaban cerca a Israel? ¿No habían visto cómo David con solo una pequeña piedra los derrotó? Los filisteos conocieron de cerca los milagros y el poder de Dios pero aún así seguían siendo idólatras y necios de corazón. Hay mucha gente que se perderá porque no quieren ver cómo actúa Dios en sus amigos, vecinos y familiares adventistas o cristianos (de ahí la gran importancia de el buen testimonio, amigos). Los filisteos tuvieron oportunidades pero no aprovecharon.

Los juicios de Dios son perfectos y justos. Jamás dudes. Acércate a Dios con la plena seguridad de que si te arrepientes hoy, si cambias de dirección y caminas en la senda correcta de Cristo, serás librado de la destrucción final en el día del juicio.
Cada día es una oportunidad nueva. ¿Estás respirando? Es la voz de Dios hablándote con amor: “Te amo, tengo un plan para ti. Hay algo que tienes que hacer aún”. Si por alguna razón no te sientes perdonado, el solo hecho de que hayas amanecido hoy es sinónimo de que Dios te pide que te acerques Él y estén a cuentas (Isaías 1:18).
¡Que Dios te bendiga!
Pr. Heyssen Cordero Maraví

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