jueves, 10 de diciembre de 2020

LA CAÍDA NO ES UN SUCESO SINO UN PROCESO - Jeremías 44:16, 17


La actitud rebelde del pueblo judío frente a las Palabras de Jehová por medio del profeta Jeremías nos pueden parecer incomprensibles. ¿Qué clase de personas eran los judíos para ser tan tercos y obstinados? ¿Cómo entender a un pueblo que fue capaz de decirle a voz en cuello: “Jeremías, no haremos lo que nos dices, porque haremos los que nosotros creemos que es lo mejor”.

Quizás es muy difícil de entender si leemos solo el capítulo 44 de Jeremías; sin embargo, si vemos la historia y el recorrido del pueblo a través de los años veremos que esa actitud era recurrente. El pueblo era rebelde, desobediente, y gustaban hacer su propia voluntad. Y es que la caída no es un suceso sino un proceso, de poco a más, de menos a más. Empiezas con pequeñas decisiones... y finalmente un día dirás cómo los judíos: “La palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos de ti; sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo” (Jeremías 44:16, 17). ¡Triste, pero real! Literalmente le dicen que no harán caso a la Palabra de Dios sino que harán sus propia voluntad.
La pregunta que surge de manera natural es, ¿por qué? ¿por qué estaban dispuestos a hacer su propia voluntad ignorando la voluntad de Dios? Por al menos tres razones:
1. PORQUE NUNCA ABANDONARON “EGIPTO”. Podrían haber abandonado “Egipto” hace muchos años o que no siquiera hayan conocido Egipto geográficamente, pero sus costumbres, su vida era egipcia. ¿Cómo así? Por sus padres. Hábitos y costumbres, un estilo de vida judío mezclado con la egipcia. Una adoración egipcia. Porque eso también buscan ayuda en Egipto.
2. PORQUE SU IDOLATRÍA. Cuando a judíos argumentan la razón del porqué ofrecen inciensos a la “diosa de los cielos” (Astarté, esposa de Baal, según la cultura asiria o cananea), refieren: “Mas desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambre somos consumidos”(v.18). Podían estar yendo a los cultos, al tabernáculo de David o al templo de Salomón. Pero no entendían cómo era Dios. No podían entender sus caminos, en cambio, le atribuían la prosperidad y la bendición a una diosa falsa.
3. PORQUE EL PECADO NO SÉ DA DE LA NOCHE A LA MAÑANA. Todos los que un día cayeron no lo hicieron de la noche a la mañana. Las decisiones van definiendo nuestro mañana. La fidelidad se construye poco a poco. El pueblo judío ya había sido infiel en Jerusalén, y ahora hacia lo mismo en Egipto. La infidelidad no tiene que ver con lugares y circunstancias. El Fiel es fiel en lo poco y en lo mucho, y el infiel, de igual modo.
El pueblo de judío rechazó la voluntad de Dios, para seguir sus propias ideas, opiniones y gustos porque jamás abandonaron las obras egipcias, porque su idolatría los cegó y finalmente, porque eran infieles a sabiendas. Jamás pensemos que Dios emite juicio injusto. Dios es Justo. Por ello permite su destitución juntamente con Egipto.
Finalizó el día y la pregunta sería, ¿cómo estás tú? ¿qué decisiones estás tomando? ¿estás haciendo la voluntad de Dios o tu propia voluntad? Recuerda, la caída no es un suceso sino un proceso.
Que Dios te bendiga.
Pr. Heyssen Cordero Maraví

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