jueves, 15 de abril de 2021

SI SALISTE DE BABILONIA, VIVE COMO UN FIEL ISRAELITA - ZACARÍAS 5


En el capítulo de hoy destacaremos la quinta visión que Dios le mostró a al profeta Zacarías: La visión del rollo volador. 


El texto dice: “ De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba. Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de veinte codos de largo, y diez codos de ancho” (v. 1,2). La visión parece que no es desconocida para el profeta. Se trata de un rollo de 20 codos de largo por 10 de ancho (9.4 metros de largo por 4.30 metros ancho aproximadamente), que contiene la ley de Dios y que “vuela”. Sin embargo, lo extraño no es el rollo volando, sino lo que contiene el rollo:


“Entonces me dijo: ésta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que hurta (como está de un lado del rollo) será destruido; y todo aquel que jura falsamente (como está del otro lado del rollo) será destruido. Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras”(vv.3-4). 


Claramente Dios emite juicio - maldición - sobre el pueblo a causa de dos pecados, que el “rollo que vuela” con tiene: 


“el que hurta” (en un lado del rollo)

“el que toma el nombre de Dios es vano” (en el otro lado del rollo).


Esto significa que los rollos no eran otra cosa sino LA LEY DE DIOS en dos partes. Al igual que las tablas de la ley, que contenían 4 mandamientos en un lado (los primeros mandamientos de amor y lealtad hacia Dios) y 6 mandamientos en el otro lado (los últimos mandamientos de mayor y lealtad a nuestro prójimo). Esto lo dijo Jesús mismo cuando resumió su ley en dos Grandes mandamientos (Marcos 12:28-30). En la visión, Dios empieza con el pecado de hurto o robo en representación de los pecados contra el prójimo, y finaliza con el pecado de “tomar el nombre de Dios en vano, o jurar, en representación de los pecados contra Dios.


1. NO ROBARÁS. En Hageo, Zacarías y Malaquías se va a ver cómo es que el pueblo israelita tenía como “talón de Aquiles” el robo. El hurto a sus prójimos, y el robo también a Dios en sus fidelidad como mayordomos en sus diezmos y ofrendas. Tanto era su amor por las posesiones que estaban dispuestos a lastimar a sus prójimos al punto de robarle. ¿No sucede lo mismo? ¿Será que también estoy robando a mi prójimo? ¿Será que estoy robándole a Dios? Es cierto, los judíos regresaron del exilio con muchas necesidades de Babilonia, pero era un justificativo para “robar”?


2. NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO. Este es el tercer mandamiento que representa las ofensas contra Dios. ¿Como así ofendemos a Dios cuando juramos? Pues bien, este es un asunto muy delicado que va más allá de solo PRONUNCIAR EL NOMBRE DE DIOS. Este mandamiento tiene que ver con el SER. Tomamos el nombre de Dios en vano cuando DECIMOS SER HIJOS DE DIOS y vivimos tan distante a lo significa ser un hijo de Dios. ¿Vives como hijo de Dios? Puede ser que yo esté escribiendo esta meditación como un hijo de Dios, un cristiano o pastor, pero en mi vida, en mi vida cotidiana demuestro todo lo contrario... eso es tomar el nombre de Dios en vano. ¿Por qué? Porque cuando fuimos bautizados, nos convertimos en hijos de Dios. El pastor dijo: “como ministro del evangelio te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...” Ese día recibimos el nombre de Dios y la llevamos cada día... por lo tanto cuando vivimos muy diferente a nuestro llamado, estamos tomando el nombre de Dios en vano. Los judíos habían, quizás tenido, una vida muy lejana a la de un hijo de Dios en Babilonia y por ello tenían costumbres viejas que no podían dejar fácilmente.


Todos nosotros salimos de Babilonia (en el mundo). Estábamos en exiliados en tierra de esclavitud, de confusión y doctrinas falsas. Sin embargo, ahora estamos en Israel (en la fe cristiana), y debemos desechar toda costumbre que va en contra de Dios. Que podamos ser honestos, puros y que llevemos el nombre de Dios como debe ser en nuestras vidas.. vivamos a la altura de un hijo de Dios. De lo contrario, la maldición de Dios será efectiva en el día del juicio. Pue, SI SALISTE DE BABILONIA, entonces, ¡VIVE COMO HIJO DE DIOS!


¡Feliz día!


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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