Luego se dijeron unos a otros: No estamos haciendo bien, hoy es el día de buenas noticias y nosotros callamos. Si esperamos hasta el amanecer nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues ahora, entremos y demos la noticia en la casa del Rey (2 Reyes 7:9).
Los leprosos de esta historia estaban viviendo el momento más importante de sus vidas, pensaban que su mundo eran sólo cuatro personas y por un momento creyeron que estaban en lo correcto, hasta que alguien entró en reflexión “No estamos haciendo bien”.
Más de una vez encontré a alguien que me dijo: “Pastor, no estamos haciendo bien”. Necesitamos estar comprometidos con una causa correcta. El ser humano desde que nace hasta que muere está comprometido con algo o con alguien, el compromiso es inherente al ser humano, es parte de nuestro diario vivir. A continuación presento las tres dimensiones del compromiso cristiano: El compromiso de creer, de compartir y de vivir.
- El compromiso de creer el evangelio: Oír una noticia nos compromete a actuar, el que está en peligro y sabe que ha encontrado un medio para escapar tiene mayor culpa, que el que ignora su condición. Allí la importancia de creer el evangelio.
- El compromiso de compartir: El que oye tiene la necesidad o el deber moral de compartir esa noticia.
- El compromiso de vivir ese evangelio: No podemos dar lo que no tenemos, no se puede anunciar si primero ese evangelio no se ha hecho carne en nosotros.
Los cuatro leprosos comprendieron el compromiso de creer, compartir y vivir esa noticia, alguien de los cuatro hizo reflexionar a los tres, “No estamos haciendo bien”.
Reflexionemos, ¿crees realmente en el mensaje que predicas?, ¿estás compartiendo esa noticia?, y finalmente quiero preguntarte ¿estás viviendo lo que predicas?
Pastor Martín Diaz
Misión norte oriental- UPN
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