“Que prediques la Palabra, que instes a tiempo y a destiempo. Convence, reprende y anima, con toda paciencia y doctrina” (2 Tim. 4:2).
¿Qué podemos predicar? La Palabra de Dios. Predicar la Palabra no siempre es fácil, a veces los mensajes bíblicos resultan ofensivos para algunos, Cristo mismo experimentó la resistencia de no pocos, sin embargo, Pablo mismo dijo: “No te avergüences del evangelio porque es poder de Dios para salvación” (Ro. 1:16), pues muchos cristianos de seguro se avergüenzan del mensaje bíblico. Sin duda.
¿Cuándo predicar la Palabra? La predicación de la Biblia no tiene lugar ni tiempo, es a tiempo y fuera de tiempo, en todo lugar a toda hora, la predicación de la Palabra debe estar en el corazón del ministerio pastoral. Esa predicación debe convencer al no adventista, exhortar al adventista que está caminando mal, y animar al adventista y no adventista. No debe estar limitada al púlpito, sino en visitas a casas, campamentos, retiros, etc.
¿Cómo predicar? Con paciencia y doctrina. Un ministro de Dios, debe caracterizarse por la paciencia y enseñanza conforme a la Biblia. La impaciencia y enseñanza superficial no es una predicación al agrado de Dios. Pablo está seguro de ello.
El pastor distrital finalmente, predicó con poder frente a casi cien pastores, después de su intervención, fue hacia el pastor de experiencia y le dijo: “Hace un buen tiempo no predicaba la Palabra” ¿Qué, cuándo y cómo estás predicando como pastor? Cumplamos nuestro ministerio.
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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