“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque el Señor no dará por inocente al que tome su nombre en vano” (Éxodo 20:7).
¿Cuál es tu nombre?
¿Juan, Alfredo, Walter, Rodrigo, Lucio, Enrique, Luís, etc.? No sé que nombre tengas. Pero de algo estoy seguro, es que tienes un nombre. ¿Qué es un nombre? Es una identificación, es una marca, señala quién eres, etc.
¿Cuándo ocurrió esto? En el bautismo.
Es decir que cada hijo de Dios, tiene su nombre, o apellido. Esto es lógico pues somos hijos de Dios.
La pregunta clave es: ¿Estaremos tomando el nombre de Jehová nuestro Dios en vano? No me refiero solo al hecho de jurar, sino a más, tomar el nombre de Dios en vano es ser llamado hijo de Dios y no serlo. Es decir seguir en la vida pecaminosa y de vergüenza a Dios nuestro Padre.
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