El libro de Levítico comienza donde termina el libro de Exodo: al pie del monte Sinaí. Se había completado el tabernáculo (Exodo 35-40) y Dios estaba listo para enseñar al pueblo cómo adorarlo allí. Y es que la ADORACIÓN no es un tema simple. A Dios le interesa el sistema de adoración porque Él es el único a quien debe adorar su pueblo. Mateo 4:10 dice: “Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: `AL SEÑOR TU DIOS ADORARAS, Y SOLO A EL SERVIRAS’” en referencia a Deuteronomio 6:13 “Temerás sólo al SEÑOR tu Dios; y a El adorarás, y jurarás por su nombre”. Por lo tanto, la ADORACIÓN no debe ser según el corazón y la voluntad del hombre sino de Dios.
La adoración es TEOCÉNTRICA, y no ANTROPOCÉNTRICA. El foco de la adoración es DIOS y no el hombre. Al momento de hacer un culto, un programa, una alabanza nuestro pensamiento jamás debe ser: “¿Le gustará este culto a los hermanos de mi iglesia ⛪️ o a mis invitados?”, sino muy por el contrario, “¿Este culto será del agrado de Dios?”. Y la respuesta siempre será dada en Su Palabra, en la Biblia.
En la actualidad con los postulados de las famosas “iglesias emergentes” y las corrientes en boga de adoración sin reservas o adoradores extremos, muchos cristianos son tentados a realizar cultos o adoración basados en la experiencia del yo, del ser humano y no se detienen en pensar si ese sistema de adoración es del agrado de Dios.
Al leer el primer capítulo de Levítico notamos claramente que a Dios le interesan los detalles. No dice:
“ADÓRENME como les parezca mejor”.
“LO DEJO A SU CRITERIO”.
“LO QUE IMPORTA ES EL CORAZÓN no los detalles”.
“ME INTERESA EL FONDO ANTES LA FORMA”.
“Lo importante es que USTEDES ME SIENTAN. TENGAN UNA EXPERIENCIA “.
No. Dios lo deja todo claro. Nos dice, cómo debe ser adorado. No dice detalles que pueden parecer ilógicos y anticuados en pleno siglo XXI. En Levítico encontraremos que todo tiene una razón lógica. Todos los sacrificios y holocaustos representaban a Cristo, y por lo tanto debía ser perfecto, sin mancha, sin opiniones personales ni gustos. Sino todo debía ser como DIOS MANDABA en Su Palabra.
Dios es fuerte y celoso (Éxodo 20:5). Dios quiere ser adorado como lo dejó escrito en Su Palabra. ¿Amén?
By Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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