Aquila y Priscila son mencionados en varias ocasiones en las cartas de Pablo, lo que muestra que debieron haber sido obreros muy importantes en la iglesia cristiana del primer siglo. Los esposos se conocieron con Pablo en Corinto, donde Pablo establecería la primera iglesia. Así como Pablo, Aquila y Priscila eran fabricantes de carpas o tiendas, debido a eso muy probablemente, y a su pasión por la misión, se hicieron muy cercanos al apóstol al punto de viajar juntos hasta Éfeso y quedarse allí para iniciar la obra misionera (Ef. 18:21). Algunas lecciones para destacar:
1. Su capacidad para enseñar. A la iglesia de Éfeso llegó un judío llamado Apolo, que era poderoso en las Escrituras. “Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios” (Hch. 18:26). Los esposos escucharon al elocuente predicador, pero al percatarse de que no tenía la verdad completa, lo encaminaron.
2. Su casa como iglesia. Ellos participan activamente en la iglesia de Éfeso. Ellos no solo abrieron su corazón para Dios sino también “su casa” como iglesia (1 Cor. 16:19) en Éfeso y en Corinto. Aquila y Priscila también habilitaron su casa en Roma para que sea una iglesia, y Pablo les agradece con las siguientes palabras: “Saludad a Priscila y Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí” (Rom. 16:3).
3. Su servicio a Dios en donde fuera necesario. En el año 67 d. C, cuando Pablo estaba en la cárcel, y escribió una carta a Timoteo, e joven pastor de Éfeso, y se menciona a los esposos como personas claves para ayudarle (2 Tim. 4:19). Trabajaron en Corinto, en Éfeso y en Roma. Todos los lugares tienen personas, y todas las personas necesitan de Jesús, por lo tanto, en todo lugar podemos cumplir la misión. ¡Hay lugar en la amplia viña para todo labrador!
Los esposos fueron un extraordinario equipo misionero. La vida de estos esposos nos muestra lo hermoso y lo bello que es el trabajar en la causa con tu esposo y tu esposa. ¿Amén? Elena G. de White dice: “El Señor emplea diversos instrumentos para el cumplimiento de su propósito; mientras algunos con talentos especiales son escogidos para dedicar todas sus energías a la obra de enseñar y predicar el evangelio, muchos otros, a quienes nunca fueron impuestas las manos humanas para su ordenación, son llamados a realizar una parte importante en la salvación de las almas” (Los hechos de los apóstoles, p. 286). Aquila y Priscila tenían amor mutuo, amor a Dios y amor al prójimo.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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