viernes, 26 de septiembre de 2014

Jonás 4: La verdad sobre el evangelismo


"Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabia yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que te arrepientes del mal" (Jonás 4:2).

Finalmente Jonás le expresa a Dios a través de una oración la razón del porqué huyó a Tarsis cuando Dios le había enviado a Nínive. El texto anterior tiene lecciones interesantes para la vida: 
  1. La oración (v.2).- Jonás entendía muy bien el tema de la oración. Jonás ora a Dios y le expresa todo lo que piensa y siente. Le manifiesta su desacuerdo respecto a la salvación de Nínive. Jonás pudo ser rebelde, desobediente y loco, pero incluso en esos momentos oraba al Señor. La oración es el acto de abrirle el corazón como a ún amigo. Ciertamente, la oración es el alimento del alma.
  2. La confesión (v2).- En la oración que expresa Jonás le dice las razones del porqué no quería venir a Nínive. Le dice en otras palabras: "No necesitabas de mí para salvar a los ninivitas. Tú eres bueno, misericordioso, perdonador... no harías tanto mal a esas personas porque los amas a pesar de ser malvados". El enojo del profeta entonces, no era porque Dios salvó a Nínive sino porque Dios lo involucró en sus planes. En resumen: El evangelistas Jonás estaba muy, pero muy enojado porque Dios le hizo perder tiempo, pasar por penurias sabiendo que finalmente Nínive sería perdonada.
  3. La petición (v.3).- Enojado en "extremo" el profeta le pide a Dios que le quite la vida argumentando que es mejor la muerte que la vida. Aquí se encuentra la segunda razón del enojo extremo de Jonás: Su reputación como profeta, "permitió que su mente se espaciase en la posibilidad de que se le considerase un falso profeta. Celoso de su reputación perdió de vista el valor infititamente mayor de las almas de aquella miserable ciudad" (Profetas y reyes, p. 202). Recordemos que su mensaje no dijo: "Arrepiéntanse,arrepiéntanse...", simplemente dijo: "De aquí a cuarenta días Nínive será destruída" (3:4), y fueron los ninivitas que dijeron después de hacer ayunos, cubrirse de cilicio: "¿Quién sabe si Jehová se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?"(3:10). Con lo visto entendemos porqué estaba tan enojado contra Dios a tal punto de preferir la muerte que la vida.
  4. La respuesta (v.4).- De manera sorprendente Dios le responde: "¿Haces tú bien en enojarte tanto?". La respuesta de Dios es la respuesta que los padres solemos dar a nuestros hijos cuando están enojados o en desacuerdo con nuestras decisiones. "Ya hijito, no es para tanto...". Un Dios maravilloso, extraordinario... que entiende nuestras aflicciones, nuestras luchas y conflictos. Sabe, conoce todo de nosotros y lejos de juzgarnos, nos dice que nos ama, que todo lo que hace lo hace por nuestro bien. La historia de Jonás continúa. Se va cual niño travieso y rebelde fuera de la ciudad esperando que algo pase con la ciudad, quizá Dios sea más "justo" y castigue como dijo a Nínive. Se hizo una enrramada y esperó (v.5). Dios le responde a Jonás simplemente con AMOR. Y en muestra de ese amor le da sombra a través de una calabacera. Jonás se alegra, pero al día siguiente un gusano enviado por Dios mata a la planta. Con el suerte sol del nuevo día, Jonás se está desmayando y ora nuevamente: "Mejor sería para mí la muerte que la vida" (v.8). Dios le responde una vez más con mucho amor: "¿Tanto te enojas por la calabacera?", y Jonás responde: "Mucho me enojo, hasta la muerte" (v.9). Dios le dice entonces la razón del porqué perdonó a Nínive. Para Jonás no era nuevo, él mismo ya lo sabía. 
  5. La verdadera razón.- La Biblia no nos dice pero hay dos pregunta flotando en el aire respecto a lo que Jonás argumentó. ¿Era necesesario que Jonás vaya a Nínive? ¿Porqué Dios envió a Jonás a Nínive si podía salvarlos sin él? No era necesario que Jonás vaya a Nínive para que la ciudad se salve sencillamente porque vimos que Jonás ni era un gran predicador ni era un profeta consagrado cabalmente a Dios. Sin embargo, lo que Jonás no advertía y pocos vemos es que Dios no lo envió por los ninivitas sino por él mismo. La salvación no era solo para Nínive, sería para Jonás en primer lugar. Y es que Jonás necesitaba hacer la obra evangelística para que pueda salvarse. Dios sabía que Jonás estaba mal, probablemente desanimado, frío espiritualmente sumido en la rutina de su iglesia en Gad-Hefer y Dios sabe que si su profeta no predica sencillamente morirá, se perderá o "se ehchará a dormir"
La historia de Jonás es sencillamente valiosa para todo cristiano. Valisosa en extremo para todo evangelista. El mecánico es mecánico porque arregla carros, el médico es médico porque trata enfermos... el evangelista es evangelista si evangeliza. La verdadera razón del porqué Dios nos envía a "Nínive" no es solo por ellos, es cierto, ellos necesitan salvarse, conocer a Dios y arrepentirse; pero tú y yo necesitamos salvar para salvarnos. La obra evangelística nos beneficia más a nosotros que a los que evangelizamos. No olvidemos que Dios no necesita de nosotros para predicar el evangelio. Nosotros sí.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...