¿Cuál es la misión de las higueras? DAR HIGOS. Nada más y nada menos. Plantamos manzanos porque queremos manzanas, melocotoneros porque queremos melocotones, naranjos porque queremos naranjas, e higueras porque queremos higos. ¿Y qué pasa si un árbol de frutas no da fruto alguno? Pues se la llama “estéril”. Podrías también cortarlo. Sin embargo, Jesús optó por maldecirlo (Mateo 21:18-19). ¿Cómo supo Jesús que la higuera era estéril? Porque las hojas y el fruto suelen aparecer más o menos al mismo tiempo. Ver una higuera cubierta de hojas pero sin frutos significaba que era estéril.
Según el Diccionario Bíblico de Smith, “la higuera era muy común en la zona tanto en tiempos bíblicos como aún hoy en día. Y era de conocimiento común en los tiempos de Jesús que si veías hojas en una higuera, también podías esperar frutos, a menos que el árbol fuera estéril”.
Jesús, al ver que no había frutas sino, solamente Jonás, maldijo la higuera diciendo: “Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera” (Mateo 21:19).
Maldecir la higuera era la forma de Jesús de decir que toda la nación se había vuelto espiritualmente estéril ante el Señor. Tenían la forma de la religión pero no la realidad. Sabían las palabras correctas para decir, pero sus corazones estaban lejos de Dios.
Sucede lo mismo hoy, tenemos toda la verdad. Pero somos muchas veces incapaces de hacer lo que nos corresponde hacer. Pero son solo eso, sino que como aquella higuera aparentamos tener frutos, estamos tan bien vestidos, con trajes sabáticos, con vestidos hermosos pero con vidas tan lejos de Dios. Fuimos llamados a dar frutos, esos frutos que sólo daremos por obra del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23), que solo se pueden llevar cuando estamos conectados con Jesús (Juan 15:5).
Fuimos llamados para ser de bendición. Fuimos llamados A SER SANTOS, no sólo PARECER SANTOS, la hipocresía debe desecharse de nuestra vida, no podemos ser tan “lindos” para todos pero “feos” cuando nadie nos ve, cuando las luces se apagan o cuando bajamos de púlpito. Y como alguien decía: “Es la marca de un hipócrita el ser cristiano en todas partes, menos en la casa” (Robert Murray). Debemos ser cristianos las 25 horas del día, los 8 días de la semana y los 32 días del mes. Todo el tiempo.
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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