Joel es un libro de solo tres capítulos con lecciones impresionantes. El capítulo 2 inicia diciendo: “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano” (Joel 2:1). Claramente acá se destaca una vez más el propósito o tema central del mensaje de Joel, es decir, EL DÍA DE JEHOVÁ. En palabras simples, el juicio de Jehová. Es día está, asevera: “MUY CERCANO”. No está muy lejos como algunos creen, o aunque no lo digan de boca, en el fondo de sus corazones lo sienten tan pero tan lejano que viven como si ese día jamás llegará. Sin embargo, este mensaje sería un día calamitoso si es que no mencionaría: “dad alarma”, es decir, que nos anuncia para que estemos alertas “porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?” (Joel 2:9).
Así, tal como expresa la inminente llegada de aquel DÍA DE JEHOVÁ, también nos dice qué debemos hacer: “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento” (Joel 2:12). CONVERTÍOS, es decir no solo debemos estar CONVENCIDOS de la verdad, de las 28 creencias fundamentales, de todos tus credos y enseñanzas religiosas sino CONVERTIDO, es decir TRANSFORMADO por el poder de Dios. Y es que existe una diferencia abismal entre alguien que va a la iglesia porque sabe que el día sábado es el día de reposo, y otro, que va a la iglesia porque ama al Señor del sábado. ¿Amén?
Pues bien, de manera interesante, esta CONDICIÓN no se logra gratis. No es que un día decido: “A partir de hoy seré CONVERTIDO”, esa decisión sirve, pero debe estar sustentada en alguien, y ese Alguien es el Espíritu Santo, según la Biblia, es el AYUDADOR (del griego parákletos) que Jesús prometió en Juan 16. Por ello Joel para hablar de esta verdad preciosa utiliza la ilustración de las lluvias (actividad cotidiana en aquellos tiempos):
“Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio” (Joel 2:23).
Joel destaca que debemos estar gozosos, y felices, ¿porque? Por tres razones: (1) lluvia a su tiempo, (2) lluvia temprana, y (3) lluvia tardía.
¿Qué significa la "primera lluvia a tiempo", "lluvia temprana" y "lluvia tardía"? Elena G. de White dice: “El Señor emplea estos fenómenos naturales para ilustrar la obra del Espíritu Santo [...], así se da el Espíritu Santo para que lleve a cabo a través de sus estapas el proceso del creciemiento espiritual" (Testimonio para los ministros, pp. 516-7).
1. "La primera lluvia a su tiempo".- Es cuando aceptamos a Cristo y decidimos seguirle, lo que hace que seamos bautizados en agua. Fue el Espíritu Santo convenciéndote de pecado para que aceptes a Jesús como tu salvador personal. Y es a su tiempo porque en la agenda divina, ese día era el día marcado para que te rindas a las pues de Jesús y tú lo aceptaste. ¿Recuerdas ese día? Ese fue tu primer amor. Esto también es conocido como la JUSTIFICACIÓN.
2. La "Lluvia temprana".- Esta tiene que ver con el bautismo diario del Espíritu Santo. Sí, todos los días. Cuando te levantas y lees tu Biblia, oras y pides la dirección de Dios estás siendo bautizado con pequeñas porciones del Espíritu Santo. Es esto lo que te capacita para ser un fiel hijo de Dios, un Misionero con pasión por el evangelismo. Este es un proceso largo, es la etapa más larga. A esto se llama SANTIFICACIÓN.
3. La "Lluvia tardía": Terminación de la obra de la gracia de Dios en nuestras vidas. Esto será en los tiempos finales, o simplemente cuando finalmente vencemos en la vida cristiana y somos recompensados con la segunda venida de Cristo. Esto es también conocido como la GLORIFICACIÓN.
Alguno puede estar diciendo: “ese tema de las lluvias, la temprana y tardía, ¿no eran eventos proféticos? Sí, pero en primer lugar Dios te habla a ti y a mí. El problema de algunos cristianos es que quieren saber más de profecías que del mensaje personal que Dios quiere decirles. Tú y yo no somos eventos, fechas, somos personas, y Dios quiere salvarnos, por eso no da el Espíritu Santo para poder crecer en todas esas etapas con éxito. A nivel escatológico significan: (1) La "Primera lluvia a su tiempo": Mensaje de Justicia de Cristo, (2) La "Lluvia temprana": Pentecostés de la iglesia primitiva, y (3)La "Lluvia tardía": Derramamiento final del Espíritu Santo (Ver: Profetas y Reyes, p. 86; Los Hechos de los Apóstoles, pp. 44-45; El Conflicto de los Siglos, p. 669). “Se envía la lluvia tardía para dar poder a la voz del tercer ángel (Profetas y Reyes, p. 86) y preparar a la iglesia, para la segunda venida de Cristo (Los Hechos de los Apóstoles, p. 45).
Hoy es un nuevo día. ¿Por qué no agradecer a Dios por el Espíritu Santo? Gracias por haber recibido a tiempo la "lluvia primera", aquél día cuando aceptaste a Cristo y fuiste bautizado en agua como Cristo. Agradezcamos porque seremos bautizados todos los días con la "lluvia temprana" si lo buscamos cada día en la primera hora de cada mañana, y finalmente y oremos por el derramamiento de la "lluvia tardía", esa que nos capacitará para predicar en el último llamado, ¡El Fuerte pregón!
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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