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El éxodo es un libro especial porque narra la historia de liberación del pueblo de
Dios de la esclavitud asoladora de Egipto; todo el libro es una narración
histórica exitosa de un pueblo que guiados por lideres que marcaron la
diferencia, lideres que guiaron a un pueblo rumbo a la tierra prometida.
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Pero ¿Cuál es el éxito de un peregrinaje exitoso? ¿Dónde estuvo el éxito
de que unos esclavos puedan liberarse tan fácil de la potencia mundial de esos
tiempos?
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Los expertos en crecimiento de empresas muestran que son los líderes
quienes marcan la diferencia en una empresa. Es la visión del líder la que la
lleva a una empresa a triunfo permanente.
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Y en el éxodo, fue la visión de sus líderes los que pudieron guiar a un
pueblo entero a ser poseedores de la tierra prometida.
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Sin embargo, en esta mañana no hablaremos de las características de los
líderes, sino de los fundamentos de los
líderes que guiaron al pueblo de Dios a un final seguro. ¿Quiénes son estos?
Sorprendentemente encontramos que éxodo dedica un espacio sorprendente a tres
hermanos que constantemente guiaron a los Israelitas a la Canaán prometida.
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Estos son: Moisés, Aarón y María;
pero, ¿Cuál es el secreto de que estos
tres hermanos sean los líderes del pueblo de Israel?
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En el libro del éxodo encontramos que es el ejemplo y la educación de su
madre y otras mujeres lo que marco la diferencia de estos líderes,
especialmente en la vida de Moisés.
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Así que en esta mañana, en este día especial, nos estaremos dirigiendo
especialmente a las madres que de alguna manera marcan el futuro de la vida de
cada uno de sus hijos.
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Resaltaremos la importancia de la crianza de nuestros hijos por parte de
padres piadosos. Madres de fe. Mujeres que buscan a Dios. Mujeres dedicadas,
esforzadas por velar en el cuidado, en la educación y en la crianza de sus
niños.
I.
GOZNE
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En esta oportunidad nos centraremos en Éxodo el capítulo
2:1-10. En estos versículos encontraremos enseñanzas fundamentales para
nuestras familias, enseñanza que debemos aprender las madres, los esposos y los
hijos.
II.
TEXTO
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El texto dice:
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Hubo un levita que
tomó por esposa a una mujer de su propia tribu.2 La mujer quedó embarazada y
tuvo un hijo, y al verlo tan hermoso lo escondió durante tres meses.3 Cuando ya
no pudo seguir ocultándolo, preparó una cesta de papiro, la embadurnó con brea
y asfalto y, poniendo en ella al niño, fue a dejar la cesta entre los juncos
que había a la orilla del Nilo.4 Pero la hermana del niño se quedó a cierta
distancia para ver qué pasaría con él. 5 En eso, la hija del faraón bajó a
bañarse en el Nilo. Sus doncellas, mientras tanto, se paseaban por la orilla
del río. De pronto la hija del faraón vio la cesta entre los juncos, y ordenó a
una de sus esclavas que fuera por ella.6 Cuando la hija del faraón abrió la
cesta y vio allí dentro un niño que lloraba, le tuvo compasión, pero aclaró que
se trataba de un niño hebreo. 7 La hermana del niño preguntó entonces a la hija
del faraón:-¿Quiere usted que vaya y llame a una nodriza hebrea, para que críe
al niño por usted? 8 -Ve a llamarla -contestó. La muchacha fue y trajo a la
madre del niño, 9 y la hija del faraón le dijo: -Llévate a este niño y
críamelo. Yo te pagaré por hacerlo. Fue así como la madre del niño se lo llevó
y lo crió.10 Ya crecido el niño, se lo llevó a la hija del faraón, y ella lo
adoptó como hijo suyo; además, le puso por nombre Moisés, pues dijo: “¡Yo lo
saqué del río!”
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¿Qué podemos aprender
de esta historia interesante? para responder esta pregunta, es necesario resaltar
el contexto para poder comprender el mensaje de esta mañana.
III.
CONTEXTO.
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La esposa de Amirán
se llamaba Jocabed hija de Leví, y había nacido en Egipto. Los hijos que ella
tuvo de Amirán fueron Aarón y Moisés, y su hermana Miriam. Nm 26:59
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Nuestros Textos que hemos leído, son parte de lo que conocemos como el
Pentateuco, o sea, los cinco Libros de Moisés, el hombre que Dios usó para
escribir los cinco primeros libros de la Biblia, en su infancia aparece en
escena cuatro mujeres de alguna u otra manera influenciaron en su vida.
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Sin embargo, cuando el libertador del pueblo de Israel nació, se desató
una persecución para todos los niños de los hebreos a consecuencia de que la
población Israelita crecía.
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El texto dice: “Y el rey de
Egipto habló a las parteras de las
hebreas, una de las cuales se llamaba Safira y la otro Puá. Y les dijo: Cuando
estéis asistiendo a las hebreas a dar a luz, y las veáis sobre el lecho del
parto, si es un hijo, le daréis muerte, pero si es una hija, entonces vivirá.
Pero las parteras temian a Dios, y no hicieron como el rey Egipto les mando,
sino que dejaron con vida a los niños.
Ex. 1: 15-17.
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(Éxodos 1:15-16). nos muestra un
edicto terrible para los varones y mujeres del pueblo de Dios, los varones por
eran sentenciados a muerte y las mujeres por tenían temor de no tener a escoger
hombre fieles y servidores de Dios para ser sus esposos.
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En medio de este contexto, aparecen en escenas las primeras mujeres de
quienes debemos aprender lecciones importantes para nuestras vidas.
VII. LA FE DE LAS PARTERAS.
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Confianza en Dios.
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En primer lugar, tenemos a las Parteras temerosas de Dios. Aunque el
Texto Sagrado menciona dos mujeres, ellas seguramente eran las jefas o
encargadas de otras parteras, porque en un pueblo de cientos de miles de
personas, hubiera sido necesario muchas parteras. Se mencionan a estas DOS, por
la importancia que tuvieron en llevar a cabo el TEMER AL SEÑOR.
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En segundo lugar. Es claro notar
que estas mujeres bajo el temor de Dios corrieron el riesgo de preservar a los
niños varones y educarlo bajo la dirección divina; ejemplo que debemos seguir
al momento de la educación de nuestros hijos.
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Mujeres astutas.
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Por otro lado, vemos la astucia de estas mujeres que no sólo conservaron
la vida de los niños, sino que además recibieron recompensa del Faraón. ¿Cómo
lo hicieron? Con astucia.
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Hoy en día vemos muchos problemas familiares. por un lado, el machismo de parte de los hombres,
y las mujeres que no quieren dejarse atrás.
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Pero hay solución para las mujeres. Los sicólogos han descubierto que si
las mujeres saben educar a un hombre pueden manejarlo a su antojo dejando que
él mande.
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Las mujeres hicieron esto y recompensa segura.
VIII.
LA OPORTACION DE MARIA.
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Otra mujer que vemos en acción, es una joven mujer. María. (Ex 2: 4-8)
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Una mujer cuidadosa.
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María, había estado observando secretamente todos los movimientos del
niño, andaba vigilando de cerca al niño.
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Una mujer lista.
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Hoy el mudo necesita de personas listas, una persona lista es la que
está en el lugar preciso, en momento preciso y con la solución precisa y María
cumplía esos requisitos, así que, cuando se encontró al niño María se aparece y
presenta una nodriza para el niño su madre.
IX.
La CONFIANZA DE JOCABED
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(Éxodos 2:2). La mujer quedó embarazada y tuvo un hijo, y al verlo tan hermoso lo
escondió durante tres meses?
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Hay tres asuntos de
debemos resaltar de Jocabed.
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Una madre piadosa
de Dios.
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Que importante es que las madres conozcan bien a Dios. Sabemos que
Jocabed, al igual que Amirán, su esposo, eran judíos piadosos y de fe.
Confiaban en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
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¿Qué hubiera pasado si Jocabed hubiera sido una mujer impía? ¿O tal vez
pagana? Podemos estar seguros que Moisés se hubiera criado siendo un pagano
como su madre Egipcia (la hija de Faraón).
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La sociedad necesita HIJOS CRISTIANOS. Y para tener hijos cristianos, se
necesitan MADRES PIADOSAS, que vivan una vida de santidad como ejemplo para
todos.
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Una mujer modelo.
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La Biblia menciona que por sus frutos los conoceréis, aunque el texto es
aplicable para los dones de Espíritu Santo, también podemos aplicarlos a madre
modelo, una madre que sus hijos reflejan la buena crianza impartida por su
madre.
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Es necesario reconocer que Jocabed no sólo tenía a Moisés como su hijo
quien lo representaba ante la sociedad. Sino que,
además de él esta Aarón y María.
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Moisés, es tan bien conocido como el gran hombre que Dios usó para sacar
a Israel de Egipto, y darle a Israel la Ley.
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Aarón, fue el primer Sumo Sacerdote de Israel, él fue el guía espiritual
de todo un pueblo él fue el que conecta al pueblo con Dios.
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María, Una mujer ejemplar que cuido de su hermano mientras era pequeño. Ayudó
a guiar al pueblo y a las mujeres.
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A ella se le recuerda por el canto que entonó Moisés, ella dirigía el
canto que después respondía el pueblo. Ex. 15:21-22.
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La Recompensa de una madre.
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¿Cuál es la recompensa para un
padre o una madre? La respuesta a esa pregunta es, la crianza de hijos
piadosos.
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Es muy claro que la crianza de un hijo o hija, es una recompensa para su
madre.
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Noten que la hija de Faraón le pagó un sueldo a Jocabed para criar a su
propio hijo. Por una parte Jocabeb ya recibió una recompensa.
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La liberación del pueblo de Israel de la esclavitud era otra de las
recompensas que recibió el pueblo como consecuencia de tal crianza.
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Pero, la mayor recompensa es aquella que cuando los redimidos estén en
la patria celestial. Madre e hijo podrán cantar el canto que todos los
redimidos cantaremos. El canto Moisés y del cordero.
IV.
LA PROVIDENCIA DE DIOS.
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Claramente podemos ver que Dios estaba en el asunto por las siguientes
razones:
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Las parteras temían a Dios, y decidieron desobedecer a Faraón.
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La fe de Jocabed y Amirán.
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El cuidado y la disponibilidad de María.
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Muchas veces queremos que Dios actué y nos quedamos cruzados de brazos
esperando las bendiciones de Dios.
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En todo el registro bíblico y no es la excepción en este relato estudiado
que vemos a Dios actuando donde los hombres actúan.
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Estas mujeres pusieron su parte y la mano de Dios se mostro cuidando, educando
convenciendo y guiando a estos tres grandes personajes dignos a imitar.
XI.
CONCLUSIÓN
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Leer Hebreos 11:23-29).
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Por la fe Moisés,
recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron
que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe
Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió
ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del
pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que
los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la
fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme
como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el
rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no
tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra
seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron.
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Este capítulo 11 de la Epístola a los Hebreos, es conocido como el
capítulo de la fe. Aquí se mencionan a los héroes antiguos de la fe, no para
que uno piense que eran especial, sino como ejemplo, que así como ellos
CREYERON A DIOS, así nosotros también debemos CREER A DIOS. Y por eso, leemos
los versos dedicados a Moisés, quien fue impresionado en su crianza, por la fe
de su padre y de su madre.
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Habiendo leído este capítulo hermoso de la fe, vemos la fe sencilla de
personas piadosas y fieles a su Dios. Vemos también el fruto de su fe en sus
hijos, y en toda la nación.
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Necesitamos más que nunca, hombres y mujeres piadosos/as que entiendan
que la crianza de los hijos es más importante que las riquezas, o que los
buenos trabajos.
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Y para terminar, necesitamos TEMER al SEÑOR, como nos dice Proverbios
1:7
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El temor del Señor
es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la
disciplina.
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Y entregando nuestras vidas a aquel que ha prometido, darnos la vida
eterna, así como dice Hebreos 12:2.
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Fijemos la mirada
en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le
esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y
ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
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