“Y toda alma viviente que nadare
por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces
por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que
entrare en este río” (Ezequiel 47:9).
La visión de Ezequiel nos lleva a pensar en el Mar
Muerto. Ese mar que existe hasta hoy, y que según la tradición judía fue parte
de Sodoma y Gomorra, ciudades que fueron destruidas con fuego por Dios en
Génesis 19. Según la Biblia, Sodoma y Gomorra eran lugares privilegiados, Lot
nos escogió por ello, porque tenían abundante agua, y eran muy fértiles a tal
punto de compararlos con el “huerto de Dios” y estaban en el “oriente” (Génesis
19:10-12). Sin embargo, después de la destrucción con fuego, esos lugares quedaron
así, MUERTOS, estériles.
El mar Muerto mide 80 Kilómetros de largo por 16
kilómetros de ancho, esto es 810 Km2. Tiene un 25% de sal lo que
hace imposible vida alguna allí. A pesar de que el mar es alimentado por dos el
Jordán y los ríos Jarbuk y Tabbok, ríos de agua dulce y buena, el Mar Muerto es
muerto literalmente. ¿Qué lecciones podemos encontrar en esta visión?
1. La fuente de vida surge del templo de Dios.
No importa si tu confianza está fundada en ciencia, filosofía, dinero y poder.
Lo único que puede dar vida en abundancia viene de Dios. Lejos de Él, solo
muerte y destrucción.
2. El agua fluye del
templo. Nosotros, Su pueblo, tenemos esa tarea sublime. Jesús dijo que ya no
habita en construcciones y casas, sino en nosotros que somos su santo templo
(Juan 4:14; 7:38). Tú y yo debemos dar testimonio de esa agua como lo hizo la
mujer samaritana.
3. No
podemos ser canales de bendición sino lo hemos experimentado. ¿Qué significa
que el agua le llegaba a los tobillos, rodillas, hombros, y hasta que era tanto
que debía nadar? A continuación los niveles de compromiso cristiano (Ezequiel
47:3-5):
·
Tobillos – Superficial
·
Rodillas – Religioso
·
Hombros – Involucrado
·
Nado – Comprometido
¿Cómo podemos
experimentar el poder transformador de Dios si solo nos comprometemos hasta los
tobillos? Necesitamos estar completamente comprometidos, nadar en esas aguas.
Llenos y plenos en el Señor. Únicamente NADANDO, podremos llegar a la orilla,
al CIELO (Apocalipsis 22:1).
Mi decisión:
¿Un mar muerto lleno de vida? Sí. Un Mar Muerto que
da vida, solo es el resultado del PODER DE DIOS. Y es que no existe nada
imposible para Dios. Nada, absolutamente nada que Él no pueda hacer. La visión
muestra el poder transformador de Dios. Lo que no sirve para nada, lo que no da
nada, puede con el PODER DE DIOS, dar mucho y en abundancia: Vida abundante y
saludable. Es posible que en nuestro liderazgo pensemos que no hay salida o
solución para determinado colaborador o plan, que no hay resultados o frutos.
Recuerda, SOLO DIOS PUEDE. Ahí donde tú y yo no podemos, DIOS SÍ PUEDE.
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
Hola muchas gracias por la hermosa reflexion me dio aliento para seguir que Dios lo siga bendiciendo von mas reflexiones 🙂
ResponderEliminarExcelente reflexión, dónde se ve reflejado el poder de Dios, porque no hay nada imposible para Dios, nada absolutamente nada. Gracias padre por tu fidelidad y por tu amor.
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