"Cuando ya no pudo seguir ocultándolo, preparó una
arquilla de papiro, la embadurnó con brea y asfalto y, poniendo ella al niño,
fue a dejar la cesta entre juncos que había a la orilla del Nilo”" (Ex.
2:3).
Haz lo posible y Dios hará lo imposible. Dios no hará lo que tú puedes hacer, pero sí hará lo
que tú no puedes hacer. La fe verdadera no es dejar “todo” en las manos de Dios, sino,
hacer "todo" lo que te corresponde y esperar la ayuda de Dios. Después de hacer fracasado en sus planes
respecto a matar a los niños varones, la orden del Faraón fue muy clara: “¡Tiren
al río a todos los niños hebreos que nazcan! A las niñas déjenlas con vida”
(Ex. 1:22). En esos días nació un niño, hijo de Amirán y Jocabet, y ante la
amenaza de fuera ahogado en el río Nilo decidieron esconderlo. Pero no pudiendo
hacerlo por mucho tiempo. Con lágrimas y mucha pena, con oración sincera a Dios
construyeron una arquilla para el niño.
La palabra arquilla viene de
la raíz hebrea tebah que significa propiamente “caja”.
Curiosamente esta palabra es solo usada en el relato del diluvio en Génesis
para referirse al arca de Noé. El arca de Noé
y la arquilla de Moisés, ambos fueron construidos por manos
sencillas, pero piadosas, de materiales frágiles (madera y juncos). Sin
embargo, fueron usados por Dios con un propósito claro, definido y
extraordinario: el arca como medio de salvación para el remanente
de Dios, y la arquilla como medio de salvación usado por Dios para
salvar al libertador del remanente de Dios. ¡Qué impresionante! Una simple
arquilla, en las manos de Dios, se convirtió en un medio de salvación. La fe de
una madre nos enseña que Dios puede hacer cosas extraordinarias de cosas y
personas ordinarias.
Vivimos en medio de un Gran Conflicto, el enemigo
de Dios hace cuánto puede para que los planes de Dios no se lleven a cabo, sin
embargo, ¡qué maravilloso es saber que Dios tiene el control de la historia de
la humanidad! Dios cumple sus planes aunque éstos parezcan
imposibles al ojo humano, no obstante debemos como Jocabet:
Hacer todo lo que está a nuestro alcance.
Dios no hará lo que podemos hacer, pero sí hará lo que nosotros no podemos
hacer.
Confiar en la providencia de Dios. Dios
cumple sus promesas y sus planes se realizan aunque tenga que usar a “malos” y
a buenos para cumplir sus designios (usó a la hija del Faraón para preservar la
vida de un niño, al que ella sabía, que la muerte le esperaba por orden de su
padre).
Hoy es un nuevo día. ¿Cómo estás? ¿Cómo has
amanecido? ¿Qué problema agobia tu vida? ¿Estás viviendo una amenaza de muerte?
Probablemente te encuentras en circunstancias como las que le tocó vivir a
Jocabet y a su esposo. ¿La enfermedad, las deudas, los estreses de la vida
parecen que los van a hundir y ahogar en el río Nilo de la desgracia? ¿No hay
solución aparente? No temas, ve hoy y enfrenta el día con la seguridad de que
si haces todo lo que está a tu alcance, Dios hará lo que no puedes hacer. El
enemigo quiere destruirte, pero confía en Dios y Él hará (Sal.37:5). Recuerda, haz lo posible, y deja a Dios que haga lo IMposible!
¡Buen día!
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¡Dios te bendiga mucho!
No hay otro como el Dios de lo imposible. Bendiciones
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