Textos claves: Deuteronomio
8:1–10
Introducción: No es fácil empezar un nuevo
proyecto, las dudas, el temor y el miedo siempre están presentes; no hay duda
que el temor amenaza ante la idea de fracasar, todos le tenemos miedo a algo,
la vida está llena de retos de desafíos que intentan poner a prueba nuestra fe
y ver de que estamos hechos. Para un cristiano lleno de fe las adversidades de
la vida son oportunidades para demostrar su confianza en Dios, pero en que nos
basamos para estar confiados, ¿Dios se ha manifestado en mi vida pasada? Puedo
confiar que así como estuvo Dios en los bueno momentos ¿estará conmigo en los
tiempos difíciles?
Proposición:
Mostrar
que la bondad de Dios manifestada
en el pasado nos ayudara a enfrentar el futuro, cumpliendo sus mandamientos.
Oración interrogativa: ¿Me ayuda Dios en los
momentos difíciles?
Oración de transición: A la luz de la palabra de
Dios hoy observaremos cual debe ser nuestra actitud frente a las situaciones
difíciles de la vida y como Dios nos promete fidelidad a sus promesas.
I. RECORDEMOS
EL CAMINO RECORRIDO
“te acordarás de todo el camino por donde te ha
traído Jehová tu Dios.” ( Deut 8:2) Cada israelita tenía que recordar
lo que Jehová había hecho por el pueblo durante la peregrinación de cuarenta
años en el desierto. Moisés se remonta a la experiencia de Israel en el
desierto y proyecta aquella prueba dura sobre la presente generación. La
experiencia de Israel en el desierto fue una prueba de fe que sirvió para
humillarla. Durante los cuarenta años en el desierto Jehová probó a Israel a
fin de conocer la intención de su corazón. “Para saber lo
que estaba en tu corazón.” Es muy fácil estar gozoso, ser fuerte y ser fiel
en los momentos de gloria, pero uno
demuestra lo que es durante los momentos de dificultad. Aquí también aprendemos
algo muy importante acerca del corazón: Seguir los
impulsos del corazón no
significa hacer o no lo que uno siente. La sinceridad no lo es todoTenían que aprender a
depender de Jehová y a obedecer sus mandamientos.
La palabra humillar
en hebreo está relacionada con la pobreza. La humillación de Israel fue su
pobreza, su falta de recurso económico. En su pobreza Israel aprendió a confiar
en Dios y depender de la provisión divina.
Será edificante mirar
hacia atrás y recordar la fidelidad de Dios. Recordar sus maravillas e
intervenciones a nuestro favor, al pasar por el “desierto” recordemos a nuestro
Padre celestial.
El nos ha guiado y suplido
toda nuestra necesidad.
¡Cuántas victorias ganadas! ¡Cuántas alegrías
experimentadas!
Le alabaremos por todo el
pasado y confiaremos en él para el porvenir. El consejo a los israelitas del
versículo 2, es también para nosotros.
(Ef. 2:1-3). Pablo exhorta
ahí a mirar y recordar el pasado. Es práctica saludable y provechosa repasar
lecciones del pasado. Al fin y comienzo del año es tiempo de reflexión y de
examen.
II. RECORDEMOS
TODO LO DEL CAMINO
Moisés ha hecho recordar a la nueva
generación del pueblo de Israel, todo lo que Jehová ha hecho ha beneficio de ellos.
Por cuarenta años Dios preparo al pueblo, se dio a conocer como nunca antes
lo había hecho y les enseño a confiar plenamente en él. Ahora entregaría detalles
del pacto, tanto que ellos ya seguramente conocen, y seguro que algunos que no.
Es de suma importancia notar que este pacto es con la nación de Israel, “no
con nuestros padres...sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy
vivos” (5:3).
De cada etapa del camino
andado, desde la primera hasta la última. Ha habido que cruzar cuestas
escabrosas y valles oscuros. ¿Por qué Dios nos ha traído por esos lugares tan difíciles?
Pero aun en esos sitios Israel vio la mano
de poder y de amor por parte de Dios.
Fue un milagro Así como la
abundancia, los desiertos son parte de su plan. En el valle oscuro solemos
aprendemos las mejores lecciones. En 2 Cor. 12:9, leemos: “Mi poder se
perfecciona en la debilidad.”
III. RECORDEMOS
EL CAMINO DESPERDICIADO
Las palabras de Moisés
dadas al pueblo son para alentarlo a no
desanimarse y a recapacitar a no seguir perdiendo más tiempo, todos las
rebeliones hechas, todas las murmuraciones, quejas, y lamentos, y desobediencia
por parte de sus padres, conllevaron a que el camino hacia la tierra prometida
se hiciera en un periodo de cuarenta años, es por eso que ahora se le amonesta
al pueblo a no caer en los errores pasados, y proseguir adelante hacia el
cumplimiento de la promesa de Dios, de acuerdo a la obediencia a los
mandamientos de Jehová.
¡Cuántos secretos
perdidos! Por no ser obedientes. (Sal. 25:14). ¡Cuánto más fuertes habríamos
sido si hubiéramos estado unidos! ¡Cuánto desperdicio discutiendo nulidades!
¿Quién será el mayor?
Israel dio muchas vueltas
en el desierto, desperdiciando el tiempo.
IV. RECORDEMOS
EL CAMINO POR DELANTE
Tenemos ante nosotros una
senda nueva y desconocida. Se presentarán nuevas dificultades y nuevas
tentaciones. Pero el mismo Dios del pasado será el Dios del porvenir. La misma
gracia nos sostendrá. El Dios de Israel será el nuestro.
Y así nos seguirá
capitaneando hasta el fin. (Fil. 1:6). No y tengamos miedo al futuro a menos
que olvidemos lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado, no tengamos miedo
a los desafíos del futuro, nuestra conducta rebelde nos aparta de las
bendiciones que Dios tiene para nuestras vidas, no las desperdiciemos por
nuestra falta de fe.
Dios es fiel a sus
promesas lo demostró en el pasado, y lo promete en el futuro, solo tenemos que
vivir una vida de fidelidad.
LLAMADO
Dios
nos bendice y quiere seguir bendiciéndonos abundantemente. Por su amor y poder infinito
recibimos provisión, no solo en medio de
las pruebas difíciles sino también cuando hemos atravesado exitosamente los
desiertos. Pero , cuando hayamos sido abundantemente bendecidos, no debemos
olvidar quién fue el que lo hizo: Dios, solo a Él debemos agradecerle y
guardarle fidelidad en todo momento de nuestra vida. Si nos apartamos, la
infidelidad a Dios nos robará las bendiciones. Pregúntese: ¿Cuál es mi actitud
frente a las pruebas? ¿Encuentro bendiciones en los períodos difíciles?
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