jueves, 20 de diciembre de 2012

La alegría en la Biblia



En el sentido profano para ella, en el Antiguo y Nuevo Testamento, la alegría es un bien como la vida y la salud, mientras que su contrario, la tristeza, es un mal como la enfermedad.  (Prov. 17: 22) El corazón alegre.

Para el médico Lucas la tristeza entumece hasta los sentidos provocando el sueño (Lucas 22:45), y según el apóstol Juan amortece la curiosidad del hombre por el saber (Juan 16: 5 y 6).

El gozo es natural al hombre y a la mujer en los acontecimientos agradables, tales como la victoria, la cosecha, las bodas, el nacimiento de un hijo.

En el Antiguo Testamento era proverbial el regocijo de las victorias y fiestas patrióticas, siempre llenas de intenso fervor religioso, al ser atribuidas al Dios de Israel al ser prescritas por Él.

Éxodo 12: 14 – “Este día os será memorable, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis”.

Deuteronomio 16: 14 y 15 – Te alegrarás en tus fiestas solemnes, ,tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones.

Durante siete días celebrarás la fiesta solemne en honor de Jehová, tu Dios, en el lugar que Jehová escoja, porque te habrá bendecido Jehová, tu Dios, en todos tus frutos y en todas las obras de tus manos, y estarás verdaderamente alegre.
      
Insistimos que la alegría es de carácter sagrado.

1.      Antiguo Testamento

La fuente inagotable de donde brota es siempre Dios, Su ley, Su templo, Su bondad y protección; sería preciso transcribir todos los salmos para comprobar cómo no hay otra alegría verdadera que la del justo....precisamente porque está unido con Dios con el afecto del corazón y la guarda de los mandamientos. Dios es siempre quien, con su perdón y misericordia hace florecer “el gozo, la alegría y el regocijo”, en el corazón del justo o del pecador arrepentido.
      
Salmo 51: 10 – “ ¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!

Merece consideración especial la alegría que alumbra la mirada de los profetas y tensa su voz cuando describen el glorioso futuro de su pueblo. Y en la visión de la vuelta del destierro los anima íntimamente.

 En Jeremías predomina la nota de intimidad: “Vino palabra de Jehová a Jeremías.....los limpiaré de toda su maldad,....y perdonaré todas sus iniquidades....esta ciudad me será por nombre de gozo, de alabanza y de gloria....cuando oigan todo el bien que yo les hago.....” ( Jeremías 33: 1, 8 y 9)

La última parte de Isaías describe una alegría religiosa que transciende los sentimientos personales del individuo para ser social y cósmica, porque repercute en la naturaleza toda: “ ¡Cantad, cielos, alabanzas, y alégrate, tierra! Montes, prorrumpid en alabanzas, porque Jehová ha consolado a su pueblo y de sus pobres tendrá misericordia!” (Isaías 49: 13)

“¡Cantad alabanza, alegraos juntos, ruinas de Jerusalén, porque Jehová ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén!”  (Isaías 52: 9)

 “Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sión cantando y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas, y huirán el dolor y el gemido”.  (Isaías 51: 11)

 “Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado, porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría y a su pueblo gozo. Yo me alegraré con Jerusalén y me gozaré con mi pueblo, y nunca más se oirán en ella voz de lloro ni voz de clamor”.  (Isaías 65: 18 y 19).
       
2.      Nuevo Testamento

      Son tres los autores que más hablan sobre el tema alegría.
2.1 Lucas – La esperanza en el premio es el gran motivo y apoyo del sentimiento gozoso.

“Gozaos en aquel día y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos....” (Lucas 6: 23)

La alegría de Lucas no es un sentimiento ficticio, fenómeno de autosugestión, sino fruto del dinamismo real y vital del Espíritu que provoca Jesús en sus fieles.
En Hechos 13: 52: “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”.

2.2.                      Pablo – Hombre profundamente temperamental y usando siempre el género literario de las cartas, nada tiene de extraño el uso abundante de  los vocablos, la alegría y tristeza en sus escritos. Nunca habla de la risa, aunque de esa manera da el encanto de un rostro serenamente jovial.

Romanos 12: 8: “....el que hace misericordia, con alegría.”
El apóstol no conoce para la alegría, otra fuente que no sea Dios, ningún otro mediador que Cristo, y en nosotros produce el Espíritu.

Gálatas 5: 22: “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza’.

Su motivo es la esperanza, Cristo mismo, cuya compañía es lo esencial del Cielo: “Estaremos siempre con el Señor”.
La vida cristiana ve siempre la luz serena de la alegría que no puede nublar los contratiempos y tribulaciones cotidianas.

2.2  Juan – Él inicia el Nuevo Testamento y también concluye el proceso de cristianización de la alegría que vá siempre íntimamente relacionada con la persona de Jesús. Esto aparece principalmente en los capítulos de despedida (Juan 13 – 17); la ausencia de Jesús es la causa de tristeza, pero Su aliento secreto, Su presencia por la fe, la fidelidad de los discípulos, Su triunfo y glorificación, junto al Padre, deben ser otras tantas razones de júbilo.

La fidelidad amorosa al Maestro hará un milagro de convertir en gozo paradoxal todas las tristeza.

Juan 16: 20: “De cierto, de cierto os digo que vosotros lloraréis y lamentaréis, y en cambio el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.”.
Juan 16: 24: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo”.


Alegría y Salud


Reír reduce el riesgo de las enfermedades. Un periódico brasileño llamado O Globo del día 24- 6-91, dice que el efecto es el mismo de los deportes, encuesta realizada en Alemania.

Bonn – “Reír ayuda mucho a ser feliz y contribuye para mejorar la salud”. Según una experiencia clínica, realizada por Franz Joseph Hehl, del Departamento de Psicología de la Universidad de Dusseldorf, en Alemania, reír es tan bueno para el organismo como practicar deportes”.

Como acaba de divulgar la revista médica Zeitscchrift fur Psychopatologie, el cientista logró también probar que reír a carcajadas, puede no ser elegante, pero hace bien. Las carcajadas fortalecen el sistema respiratorio, circulatorio e incentivan la liberación de la endorfina. Hehl estudió 80 voluntarios. “Al reír, una persona ejercita cuerdas vocales y músculos faciales. Cada uno tiene un modo único de reír, pero todos consiguen el mismo tipo de efecto benéfico con por lo menos una carcajada por día.”

Una simple película cómica, exhibida a los voluntarios en una sala cerrada de la Universidad, ya fue suficiente para reforzar su sistema inmunológico. Algunos minutos después de las primeras rizas, la mayor parte presentaba un valor más alto de Inmunoglobulina A (IgA). Se trata de una sustancia que ayuda los linfocitos en la lucha constante contra los agente que provocan la enfermedad, y es por eso, concluye Hehl, que quien ríe más enferma menos.

Otro cambio en consecuencia de las risas es el aumento de la actividad de las llamadas células asesinas naturales, agregó Hehl. Ellas atacan invasores como virus y bacterias que penetran en el organismo. Hehl supone también que las personas que ríen con frecuencia corren menor riesgo de contraer el cáncer. Según Hehl hasta los dolores de cabeza son más fuertes para las personas como los deprimidos, que no consiguen reír fácilmente.

LA ALEGRÍA Y EL ESPÍRITU DE PROFECÍA

 “Para tener perfecta salud, nuestros corazones deben estar llenos de esperanza, amor y alegría”.
(Mente, Carácter y Personalidad – Tomo 2 – Pág 416)

 “El amor que Cristo infunde en todo nuestro ser es un poder vivificante. Da salud a cada una de las partes vitales: el cerebro, el corazón y los nervios. Por medio de las energías más potentes de nuestro ser despiertan y entran en actividad. Libra al alma de la culpa y tristeza, de la ansiedad y congoja que agotan las fuerzas de la vida. Con él vienen la serenidad y la calma. Implanta en el alma un gozo que nada en la tierra puede destruir: el gozo que hay en el Espíritu Santo, un gozo que da salud y vida”.
( El Ministerio de Curación, pág. 78 )

Nada tiende más a fomentar la salud del cuerpo y del alma que un espíritu de agradecimiento y alabanza. Resistir a la melancolía, a los pensamientos y a los sentimientos de descontento es un deber tan positivo como el de orar.  ( El Ministerio de Curación, pág. 194 )

 “Cuando el espíritu goza de libertad y dicha por el sentimiento del deber cumplido y por haber proporcionado felicidad a los otros, la influencia alegre y reconstituyente que de ello resulta infunde vida nueva  al ser entero”.   ( El Ministerio de Curación, pág. 199 )

“El estar consciente de obrar correctamente es la mejor medicina para los cuerpos y las mentes enfermos”. ( Consejos sobre la Salud, pág. 629 )

 “Si la mente está libre y feliz, si está 360 bajo la convicción de que se está obrando bien y si experimenta un sentido de satisfacción al hacer felices a otros, creará un gozo que afectará a todo el organismo facilitando la circulación de la sangre y tonificando todo el cuerpo.  La bendición de Dios tiene un efecto sanador; y los que benefician abundantemente a otros experimentarán esa maravillosa bendición en sus corazones y sus vidas.
( Consejos sobre Mayordomía Cristiana, pág. 359,360)

Un próspero hombre de negocios empezó a sentir su vida plenamente vacía e infeliz. Después de visitar el psicólogo, decidió aceptar el consejo de este: de ayudar a alguien como la mejor medicina para sus males. Fue a una estación terminal de trenes y allí quedó durante varias horas. Sin saber que hacer para poner en práctica el consejo, nadie a quien ayudar. Al fin, observó una anciana que parecía completamente desorientada y afligida. Llenándose de valor se acercó a ella le preguntó si podría ayudarla en alguna cosa. La anciana inmediatamente contó que recién había llegado del interior para visitar su hija que vivía en la ciudad, y para darle una sorpresa, había llegado sin avisar, pero que no había encontrado a su hija en la dirección que tenía en las manos y estaba desconsolada. Nuestro hombre llevó a la anciana a un puesto telefónico, al Correo, hasta conseguir la dirección. Llamó un taxi y ayudó la anciana a subir, se sentó a su lado, acompañándola hasta la angosta calle, en un suburbio de la ciudad. En el camino se detuvo en una florería para comprar unas rosas que entregó a la anciana. Esta estaba tan llena de alegría por las atenciones que había recibido del desconocido. Al fin, la dejó en la casa de su hija y volvió a su residencia. De allí, llamó a su médico y le dijo:

“Doctor, me siento muy bien, encontré el camino de la felicidad”.

Proverbios 17: 22  “El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu triste seca los huesos”.

¿ ERA JESÚS ALEGRE?

 “Hay muchos que tienen ideas muy erróneas sobre la vida y el carácter de Cristo. Piensan que carecía de calor y alegría, que era austero, severo y triste. Para muchos toda la vida religiosa se presenta bajo este aspecto sombrío. 122

Se dice a menudo que Jesús lloraba, pero que nunca se supo que haya sonreído. Nuestro Salvador fue a la verdad un varón de tristezas y dolores, porque abrió su corazón a todas las miserias de los hombres. Pero aunque su vida era abnegada y llena de dolores y cuidados, su espíritu no quedaba abrumado por ellos. En su rostro no se veía una expresión de amargura o dolor, sino siempre de paz y serenidad. Su corazón era un manantial de vida. Y dondequiera iba, llevaba descanso y paz, gozo y alegría.

Nuestro Salvador fue profunda e intensamente serio, pero nunca sombrío o huraño. La vida de los que lo imitan estará por cierto llena de propósitos serios; tendrán un profundo sentido de su responsabilidad personal. Reprimirán la inconsiderada liviandad; entre ellos no habrá júbilo tumultuoso, ni bromas groseras; pues la religión de Jesús da paz como un río. No extingue la luz del gozo, ni impide la jovialidad, ni oscurece el rostro alegre y sonriente. Cristo no vino para ser servido sino para servir; y cuando su amor reine en nuestro corazón, seguiremos su ejemplo.”
( El Camino a Cristo, pág. 122 )

I Tesalonicenses 5: 16  “Estad siempre gozosos”


Nuestro ejemplo supremo es Jesús.

Juan 10: 10  “...Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

Nuestra vida y nuestra alegría debe ser compartida.

Pablo después de haber vivido una vida de orgullo comprendió que eso no tenía valor.

Gálatas 2: 20    “Mas vive Cristo en mí


Nada podría separarlo del amor de Cristo.

Romanos 8: 35 en adelante

“LA ESPERANZA DE LOS JUSTOS ES ALEGRÍA”  Proverbios 10: 28.

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