Cada día tenemos desafíos delante de nosotros. Los desafíos son parte de la vida. Algunos desafíos son más complicados que otros, pero todas ellas pueden ser conquistadas con la ayuda de Dios. Y es que debemos recordar que Dios nos ayuda, nos da la victoria, pero hay una parte que el ser humano debe hacer.
Manasés era una tribu numerosa, muy grande. Y ante la ejecución de la distribución de tierras al otro lado del Jordán, tanto Efraín como Manasés reclamaban el derecho a tener más extensión territorial. Ellos no podían entender cómo es que se les estaba dando tierras en igual cantidad que a las demás tribus, que eran más pequeñas. Manasés y Efraín eran grandes tribus. Su número combinado era mayor que el de cualquier otra tribu. Al parecer el pedido parece justo, ¿verdad?
No obstante, Josué, quien era guiado por Dios les da dos argumentos extraordinarios para que desistan de su pedido: “Si sois pueblo tan grande, entonces vayan y consigan la tierra para ustedes; ocupen por completo lo que el Señor les ha dado” (Josué 17:18). La respuesta de Josué es tanto sabia como maravillosa.
En primer lugar, estas tribus no habían tomado por completo la región montañosa en su territorio asignado, porque sería un trabajo duro y peligroso. ¡Cuán diferente es su actitud de la actitud de Caleb (Josué 14:11-12)! Quieren que se les dé una “tierra fácil”, en lugar de aceptar las promesas de Dios y salir y tomar lo que Dios les ha dado.
En segundo lugar, si esa tierra está habitada por otros cananeos, pues por un pueblo más grande, tranquilamente pueden conquistarlos, “porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte” (Josué 17:18).
LOS DESAFÍOS SON OPORTUNIDADES para ver la gloria de Dios. No mires crisis, mira oportunidades.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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