“Él respondió, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían” (Lc. 19:40).
En alguna iglesia alguien dijo que si él llegara a irse en algún momento, su iglesia desaparecería. Que se desanimarían pues él era el único que movilizaba y animaba a la hermandad.
Me quedé pensando y muy triste. ¡Qué poco conocemos a Dios! ¡Qué pobre es nuestro conocimiento del Dios Todopoderoso que tenemos! ¿Creemos acaso en un Dios tan poco inteligente como para descansar su iglesia, lo más preciado que tiene sobre esta tierra en solo tú y yo?
Aunque te sientas tentado a creer que tu iglesia puede sufrir sin la presencia o ayuda del anciano “tal” o del líder de jóvenes “tal”, jamás olvides que “las piedras hablarán” y que Dios puede usar hasta un “asno” si tú y yo no podemos.
Eres importante en el reino de Dios, pero no indispensable. Con o sin ti, la obra se hará… y a veces es necesario que no estés para que se levanten más líderes.
Con aprecio…
Pr. Heyssen J. Cordero
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