"Por lo tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero" (Mateo 12:31,32).
Existen algunas declaraciones bíblicas que muchas veces las repetimos ignorando muchas veces su significado. ¡El pecado imperdonable! Si Dios perdona todos los pecados... ¿Cuál es ese pecado que no tiene perdón según el mismo Jesús?
En cierta oportunidad un joven me contó que, por muchos años él creyó que había pecado contra el Espíritu Santo y por ello estaba condenado a la perdición. Había perdido a su mamá y hermanito un día sábado en un accidente automovilístico. Él se había adelantado a la iglesia muy temprano junto a su papá, cuando de pronto en pleno programa de Escuela Sabática llegaron con la noticia que su mamá y hermanito habían sido arrollados por un conductor ebrio. En ese momento sintió que Dios le había quitado cruelmente a sus seres amados. Su papá decepcionado jamás volvió a ser el mismo, se refugió en el alcohol y se apartó de la iglesia... él por su lado al ver toda esa triste situación un día "explotó" y le dijo a Dios: "Osea, ¿no te conformas con quitarme a mi mamá y a mi hermanito que por culpa de tuya están muertos, ahora te encargas de matar lentamente a mi padre con la cerveza?. Hoy, este día te declaro enemigo de mi familia... te odio. Jamás, jamás quiero saber más de ti. Por culpa tuya mi mamá y y mi hermano murieron pues estaban yendo a la iglesia como hijos supuestamente fieles y tú (Dios) en vez de premiarlos simplemente los asesinaste. Claro que fuiste tú porque tú das y quitas la vida... te odio.... ". Después de doce años, solo y triste, pues había perdido a su padre un día se encontró con un grupo de jóvenes en el cementerio. Ellos cantaban los himnos que de niño cantaba él en la iglesia. Le volvieron los recuerdos de aquél sábado y odió a Dios más fuerte que antes.
En cierta oportunidad, en una discoteca conoció a una joven que finalmente llegó a ser su novia. Después de algún tiempo él le pidió que vivieran juntos y ella no aceptó. Ella le dijo que jamás estaría con alguien si no se casara antes. Él se enojó. Y odió más a Dios porque ahora por su culpa la mujer que él amaba no quería estar con él sin la bendición de Dios. Un día, solo por ganarse la confianza de Lorena, él accedió a ir a la iglesia. Se sorprendió que la joven Lorena, estaba estudiando con los adventistas, la misma iglesia a donde él y su familia asistían desde que él recuerde. Se sintió extraño. Su corazón tenía sentimientos encontrados. Quería llorar por los recuerdos de su familia... pero también quería llorar por la rabia de haber perdido a su familia. Lorena se dio cuenta de eso y le preguntó si le pasaba algo. Él no dijo nada. De regreso a casa él le dijo: "Lorena, si vas a ir a la iglesia, es mejor que yo me aleje. La iglesia y Dios no van conmigo. Yo te amo mucho, pero si Dios es lo primero en tu vida... yo me alejo no quiero tener a una esposa que ame a Dios, el responsable de tanto dolor en la tierra". Diciendo eso se fue. Ella también lo amaba, pero entendía que no era posible tener a un novio así. Oró mucho por él.
Lejos de Dios, sin familia y sin a mujer que amaba ya puedes imaginarte cómo era su vida. Cuando estab ebrio recordaba siempre las palabras del pastor que en su afán de ayudar un día le dijo: "Ánimo hijo. La voluntad de Dios no siempre es fácil de entender. Pero debes aceptarla porque su voluntad siempre es mejor...". Esas palabras hacían que Ricardo odio más a Dios. No aceptaba que un Dios de amor permita tanto dolor. Simplemente no podía aceptarlo.
El pecado imperdonable
¿Ricardo había blasfemado contra Dios? ¿Había cometido el pecado imperdonable? ¿Qué es el pecado imperdonable? El pecado imperdonable es sencillamente la negación de aceptar a Jesús como tu salvador personal. El Espíritu Santo no es un "viento", una "fuerza". No es una cosa u objeto, el Espíritu Santo es Dios, es una persona (Ef.4:30), es la tercera persona de la deidad (Mt.28:19). Por lo tanto el que peca contra el Espíritu Santo lo hace contra la tercera persona de la deidad. El trabajo del Espíritu Santo es convencernos de pecado (Jn.16:8), nos guía a Jesús (Jn.16:13). Cuando nosotros nos negamos, persistimos en nuestra vida sin Cristo y finalmente la rechazamos constantemente sencillamente por nuestra misma acción el Espíritu Santo no puede obrar en nuestros corazones haciendo su precioso trabajo.
El texto de hoy fue dicho por Cristo en un contexto especial. Los escribas y fariseos solo buscaban a Jesús para tentarle. Con el correr del tiempo, cada encuentro Jesús servía solo para revelar la hipocresía de ellos, se fueron amargando más y más y hablaron en forma más violenta. En esta ocasión afirmaron abiertamente que Jesús estaba endemoniado y que trabajaba en colaboración con Satanás, como uno de sus cómplices. En adelante habían quedado bajo el dominio del mismo poder que habían dicho que dominaba a Cristo (DTG, 290).
¿En qué consiste el pecado imperdonable?
El pecado imperdonable, consiste en la resistencia progresiva a la verdad, y culmina en una decisión final e irrevocable en contra de ella, hecha deliberadamente y sabiendo muy bien que al proceder así se está escogiendo seguir una conducta propia que se opone a la voluntad divina. La conciencia está cauterizada por la resistencia continua a las impresiones del Espíritu Santo y quien está en esa situación difícilmente comprende que ha hechola decisión fatal. Puede ocurrir que simplemente no se llegue nunca a hacer la decisión de actuar en armonía con la voluntad de Dios (DTG, 291).
La persona que se siente temerosa de que pudiera haber cometido el pecado imperdonable, en ese mismo temor tiene la evidencia concluyente de que no lo ha cometido (CBA, 5:385). La persona más desgraciada es quella cuya conciencia la molesta por hacer el mal cuando sabe que debería hacer el bien. Una vida cristiana desdichada generalmente es el resultado de no vivir a la altura de la luz que se tiene. Una persona cuya conciencia la molesta puede resolver el problema y librarse de la tensión de dos maneras: Puede someterse bajo el poder trasnformador del Espíritu Santo y responderle rectificando sus yerros con Dios y con los hombres, o puede simplemente cauterizar su conciencia y eliminar sus dolorosos impulsos, silenciando así al Espíritu Santo (Ef.4:30). Bien se ha dicho que la conciencia es el ojo de Dios en el alma del hombre. Es un amonestador divinamente implantado que impulsa a los hombres a vivir siempre en armonía con la luz que se les ha sido revelada. Corromper la conciencia, aún en el grado más pequeño, es arriesgarse a la muerte eterna.
¿Por qué no tiene perdón?
No es perdonada no porque Dios no esté dispuesto a perdonar, sino porque el que ha cometido este pecado no tiene el deseo de ser perdonado. Tal deseo es impresindible para ser perdonado. La persona qe ha cometido el pecado imperdonable ha cortado la comunicación con el cielo a fin de no ser molestada más por las avertencias y las admoniciones del Espíritu Santo.
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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