miércoles, 6 de julio de 2022

¿QUÉ HACER CON LOS HIJOS REBELDES? - DEUTERONOMIO 21



“y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá” (Deuteronomio 21: 20, 21).

En mi corto ministerio, muchas veces me han compartido casos familiares en donde el problema era con los hijos. Por ejemplo: “pastor, mi hijo es desobediente, rebelde, no hace caso, ayúdeme… un consejo por favor”. En la mayoría de casos eran adolescentes o jóvenes. Alguno por ahí, de hijos adultos. Creo que es un tema latente en muchas familias. Sin embargo, el capítulo de hoy toca este tema. Claro, en hijos adultos, y tienen líneas muy fuertes. 


¿Serías capaz de entregar a tu propio hijo rebelde y contumaz para que sea juzgado hasta la muerte? ¿Dónde quedaría el amor de padre o madre si un día, cansado de ver a nuestros hijos rebeldes y desobedientes, finalmente lo entregamos a juicio para que muy probablemente muera apedreado? Todo esto parece loco, absurdo, extremo y primitivo. Sin embargo, esta indicación no nace en el corazón de un ser humano sino en Dios mismo. Él dijo:


“Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá” (Deuteronomio 21:18-21).


A continuación, algunos detalles a fin de entender esta medida o ley “extrema”:


1. NO ERAN NIÑOS, ERAN ADULTOS. Esta ley no se refiere a un niño pequeño, ni siquiera a un joven adolescente, sino a un hijo que ha pasado la edad de responsabilidad, que se rebela con determinación contra su padre y su madre. ¿Cuántos hijos en este tiempo no ve a sus padres como figuras de autoridad y muy por el contrario les faltan el respeto y hasta los humillan? Los hijos adultos necesitan entender que no son niños y que deben vivir como lo que son. 


2. NO ERA EL PRIMER RECURSO SINO EL ÚLTIMO. Los padres deben haber hecho un buen trabajo criando al hijo, llamándolo a la obediencia, y educándolos delante del Señor. Este era la última medida. Los padres hablaban y educaban, pero hay un punto donde los padres debían actuar. Y esa era la idea de esa ley. Este castigo debía ser el último recurso.


3. NO ERAN LOS PADRES QUIÉNES DECIDÍAN LA MUERTE. Es importante señalar que los padres no podían, por sí solos, ejecutar esta pena. Tenían que llevar al hijo a juicio ante jueces imparciales. Esto contrasta con la antigua ley griega y romana, que otorgaba a los padres el derecho absoluto de vida o muerte sobre sus hijos. Este era un control sobre la autoridad de los padres más que un ejercicio de la misma.


4. NO ERA POR PURO GUSTO. Es importante señalar que esta ley claramente tenía la intención de proteger el orden social del antiguo Israel. Ninguna sociedad puede soportar que a los jóvenes se les permita hacer la guerra a los adultos. Basta con prender la TV o ver en las redes sociales como es que la humanidad se ha degradado. Tristemente los hijos actúan como si los padres no significaran nada. Muchos jóvenes respetan más a un influencer o un ídolo actual antes que a sus padres. Muchos consideran a sus padres como pasados de moda, cucufatos y anticuados, como seres que ya cumplieron su ciclo y que deben dar paso “con todo lo que tienen” a sus hijos. Cuántos hijos hasta quieren despojar a su padres de sus bienes como si fuera un derecho. Terrible. 


5. NO SE REGISTRA EN L BIBLIA ALGÚN CASO. Quizás la simple presencia de esta ley fue lo suficientemente disuasoria; nunca vemos un ejemplo en las Escrituras de un hijo que fuera apedreado hasta la muerte porque ser un hijo contumaz y rebelde. “Si tal ley estuviera en vigor ahora, y debidamente ejecutada, ¡cuántas muertes de niños desobedientes y libertinos habría en todos los rincones de la tierra!” (Adam Clarke, Comentario Bíblico). Sin embargo, el principio está dado ahí. Los hijos serán juzgados. 


¿QUÉ HACER CON MI HIJO REBELDE? Llévalos a Dios. Lleva el caso a Dios en oración. Pon en las manos a ese hijo rebelde. Hay una cita de Elena G. de White: “La influencia de una madre de oración, temerosa de Dios, durará por toda la eternidad. Ella puede ir a la tumba, pero su obra perdurará” (Testimonies for the Church 4:500). Oremos. 


No obstante, si aún orando toda una vida, el hijo sigue siendo rebelde, el principio es claro. Todos nosotros seremos juzgados por la quinta ley del decálogo: “honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12). Pablo diría: “que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” (Efesios 6:2, 3). Los padres son padres, no son amigos, no son hermanos, son padres. La misión de los padres es amar a los hijos y encaminarlos a la patria celestial. Sin embargo, un día los hijos eligen, y aunque el padre fue bueno, los hijos pueden ser malos (Lucas 15:11 - 32).


Feliz día 


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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