"A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo" (Jl.1:19)
Todos los seres humanos tienen problemas, los cristianos también. Hay cristianos que tienen deudas, problemas matrimoniales, dificultades con sus hijos, enfermedades, etc. ¿qué diferecia existe entonces con uno que no es cristiano si ambos tienen problemas? El profeta Joel expresa: "A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo" (Jl.1:19).
¿A dónde vas tú cuando ves que tu matrimonio se destruye? ¿Qué haces tú cuando las deudas van quitándote lo que por años has trabajado? ¿ A quién recurres cuando tu vida se consume rápidamente por algún vicio, hábito o problema emocional? ¿Quién te ayuda a superar los problemas que a veces asoman tu hogar? Yo también tengo problemas, y cuando ello ocurre, yo CLAMO A JEHOVÁ. Recurro a Jehová, porque sé que Él es el único que puede hacer lo que yo, ni nadie hará posible. Mi confianza es Dios. Esa es la diferencia más grande.
El salmista David dice "Jehová es mi pastor, nada me faltará..." (Sal.23:), pero también dice en ese mismo salmo: "Aunque ande en valle de sombra de muerte..." (Sal.23:4), quiere decir que cuando somos "ovejas de Dios", cuando estamos en su rebaño "iglesia" seremos bendecidos, nuestras necesidades serán suplidas, pero habrán momentos de escasez y peligros por muchos o pocos problemas a tal punto de atentar quizás con tu vida "sombra de muerte". Dios nunca prometió que la vida del cristiano, la vida de sus hijos sea como los finales de cuentos de hadas "y vivieron felices por siempre...". ¡No! Dios nos dijo que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt.28:20). Por ello el salmista David termina el verso 4 diciendo: "Aunque ande en valle de sombra de muerte NO TEMERÉ MAL ALGUNO PORQUE TÚ ESTÁS CONMIGO". ¡Qué extraordinario! ¡Maravillosa promesa!
¿Pueden también los hijos de Dios tener problemas? Sí. ¿Cuál es la diferencia con un no cristiano? Que el cristiano deposita su confianza en Dios, pues sabe que lo prometió y que siempre estará con él.
Gracias a Dios por ello.
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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