martes, 23 de septiembre de 2014

Jonás 1: Un evangelista "extraño"


"Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos" (Jonás 1:6).

La historia de Jonás es una de las historias más conocidas de la Biblia. Ciertamente es toda una extraña historia. Vamos a ver algunas situaciones extrañas:
  1. Un extraño llamado: Desde el primer verso la historia es extraña porque Dios elige a un sencillo profeta de un pueblo poco conocido, Gat Jefer (2 Re.14:25) para ir a predicar a Nínive, la "gran ciudad". En cierto modo es entendible la negativa de Jonás de cumplir la misión siendo que Jonás sabía quiénes eran los ninivitas. La historia universal indica que Nínive era capital del imperio Asirio y edificada por Nimrod, bisnieto de Noé (Gn.10:7-11) y eran famosos por su crueldad con la que atacaban a las naciones que conquistaban, mujeres, niños, todos sufrían el salvajismo de sus acciones, por ello Nínive era también conocida como "la ciudad de derramamiento de sangre" (Na.3:1, 19). Toda una ciudad interesante.
  2. Una extraña respuesta: La historia también es extraña porque Jonás decide, sin dar explicaciones, argumentos o razones, huir de la presencia de Jehová. ¿A dónde huir de la presencia de Jehová? Siendo profeta de Dios, ¿acaso no conocía que de Jehová nadie puede esconderse? (Jer. 23:24). Creo que estaba tan cegado por sus complejos y temores que simplemente decidió no ir. Y se fue en dirección apuesta a Nínive, a Tarsis. Y allí en su viaje ocurre nuevamente algo extraño.
  3. Un extraño profeta: La extrañés de la historia tiene que ver con Jonás, el profeta, el que lleva las buenas nuevas, el evangelista, "durmiendo". La Biblia dice: "y Jonás se había echado a dormir" (Jon. 1:5). No hay nada de malo en dormir. Es más, es muy bueno dormir. ¿Cuál es lo extraño entonces? Lo extraño radica en la actitud del profeta ante la situación del barco. Dormía mientras el barco estaba en medio de una tempestad, una tormenta que se pensaba que el barco se partiría y toda la embarcación estaba desesperado buscando a sus dioses, clamand con fervor (Jon.1:4). Se "supone" que Jonás tenía la VERDAD PRESENTE, el mensaje correcto, la doctrina y fe bíblica pero lejos de predicar o evangelizar aquél barco, simplemente dormía plácidamente como si el problema no era su problema.
  4. Un extraño sermón: Jonás viéndose descubierto confiesa quién es, de dónde venía y de dónde era, y no solo eso sino que les dijo también que era un profeta de Jehová, "el Dios de los cielos, que hizo el mar y la tiera" (Jon.1:9). Así de sencillo y al punto. Jonás les declaró su misión y les predicó en "dos líneas" sobre su fe. Es realmente un extraño sermón, un mensaje particular.
  5. Una extraña conversión: Cualquiera diría que el sermón de "dos líneas" de Jonás no tendría un efecto positivo, pero no fue así. Jonás pudo ver que la gente aceptó al Dios verdadero,  temieron sobremanera", "clamaron a Jehová", "y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos " (Jon.1:10, 14, 16). No fue el sermón, ni el predicador. Fue Dios quien obró la conversión de los marineros.
  6. Un extraño final: Es interesante notar que Jonás pide que lo echen al mar para que todo el problema que ha ocasionado termine. Los marineros lo echaron al mar y efectivamente, tal como había dicho Jonás, el mar se aquietó. Imagino a Jonás descendiendo en lo profundo del mar, cerrando sus ojos para hacer su muerte menos terrible quizás. Y cuando está a punto de perecer, Dios tiene preparado un pez para que tragase al profeta "misionero". Jonás se despide tristemente de la vida, pero no, él no muere, vive. 
Hay historias, y hay HISTORIAS. Aunque la Biblia cuente la historia de Jonás, en realidad, la historia es de Dios, si hay situaciones extrañas como la que hemos visto, el más extraño de todos es Dios. El protagonista de la historia no es Jonás, es Dios y su proceder es muy pero muy extraño. Llamar a un profeta rebelde, que era un loco además como para escaparse de la presencia de Dios. Dios es extraño por mandar un evangelista a un pueblo corrupto y cruel. ¿Cómo puede amar Dios a un pueblo así? Es un Dios extraño porque usa a un profeta "dormilón" y toda la embarcación se arrepiente y lo acepta como Dios verdadero. Y es más extraño porque lejos de permitir que Jonás perezca por que lo merecía, lo salva a travé de un pez que no lo digiere sino que lo guarda y cuida del peligro de las aguas. Un Dios extraño.

El extraño Dios, puede ser extraño para nosotros porque no entendemos ese maravilloso amor. Pero la buena nueva es que ese amor extraordinario y extraño, lo tiene para cada uno de nosotros. Gracias Oh Dios porque nos amas y nos amas porque simplemente nos amas. Nos amas a pesar de nuestra rebeldía, nuestra crueldad, nos amas extrañamente, pero nos amas.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
 

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