viernes, 22 de octubre de 2010

ADORACIÓN EXCLUSIVA A DIOS



“Entonces respondió Jesús: “Vete Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás”.” (Mt.4:10).


La adoración es el tema central en el Gran Conflicto entre Cristo y Satanás. Satanás sabe que toda la adoración le corresponde exclusivamente a Dios, a nadie más, y sabiendo eso quizo, quiere y querrá es adoración que le fue negada allá en su rebelión en el cielo. Es por ello que Satanás hace todo lo posible para que la humanidad desvíe la adoración que debe darse a Dios.
“Jugar con los dos pies”, es válido en el fútbol. En la vida cristiana esa idea no tiene cabida. No podemos servir a Dios y a Satanás. No podemos estar con un pie en la iglesia y otro en las mundanalidades.
No podemos llamarnos adventistas, cristianos e hijos de Dios únicamente porque vamos a la iglesia, cantamos, predicamos, leemos la Biblia, sin embargo, después de algunas horas o minutos, hacemos cosas muy distintas a lo que la Palabra de Dios nos dice.
La adoración está ligada al servicio. Servimos a quien adoramos. Si servimos a Dios, entonces le adoramos. No obstante, si no servimos a Dios, entonces no le adoramos, y si no le adoramos a Dios, entonces, ¿a quién adoramos? Simple como parezca, a Satanás.
A Dios no le gusta una adoración compartida, pues Dios es Dios fuerte y celoso (Ex. 20:4-6), y el que no es con Dios, contra Él es. “No puedes servir a dos señores, pues a uno servirás y a otro aborrecerás” (Mt. 6:24).
Es triste pero real. Si no servimos a Dios, simplemente estamos sirviendo al enemigo. No le demos sobras a Dios, Dios se merece un servicio único y dedicado a Él.
Yo decido servirle solo y únicamente a Él, ¿y tú?

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

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