El libro de Joel tiene solo tres capítulos. En los dos primeros, el mensaje de Dios es para Su pueblo. El tenor es: “viene el DÍA DE JEHOVÁ” y si el pueblo de Dios no se arrepienten, sino se vuelven a Dios vendrá destrucción y calamidad de muchas formas. Sin embargo, el último capítulo (3) tiene un mensaje de juicio pero para “las naciones”, (naciones paganas que fueron enemigas del pueblo de Dios) y lo único que deben hacer para no perecer en este día “temible y grande”, es DECIDIR. Nada más y nada menos. ¿Cómo decidirán? ¿Qué decisiones tomarán?
El texto dice claramente: “Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque mucha es la maldad de ellos. Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión” (Joel 3:13,14).
El valle de Josafat (es un nombre hebreo יָהוֹשָׁפָט que significa “Jehová juzga” o “Jehová juzgará”. También es llamado “el valle de la decisión”, ¿y porqué es llamada así? Porque las decisiones que tomemos serán la base sobre la cual Dios luego nos juzgará, y nosotros cosecharemos las consecuencias de estas decisiones. Según 2 Crónicas 17:1-4, el rey Josafat tomó buenas decisiones y luchó ahí contra Moab, Ammón y Edom. De ahí el nombre que usa Joel para referirse al día de juicio a las naciones.
Pues bien, el texto tiene dos mensajes, en esta primera parte:
El primero. Debe entenderse que es una lección para todo aquél que dice creer en Dios: LA MIES ESTÁ MADURA, hay que cosechar porque ya es tiempo. Este es una figura preciosa de evangelismo. Es lo que Jesús mismo dijo: “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan 4:35). Entonces, es preciso señalar que también la “mies es mucha pero os obreros pocos y debemos orar por más obreros” (Mateo 9:37, 38). Este mensaje nos dice que debemos SALIR A COSECHAR como adventistas, como cristianos o creyentes. HABLEMOS DEL AMOR DE DIOS a nuestros amigos, vecinos y familiares, pues solo así ellos tendrán OPCIÓN DE DECIDIR.
El segundo, debe entenderse que “las naciones” son todos aquellos no creyentes, no cristianos que están “dudando” qué camino seguir, qué hacer con su vida. Y ellos necesitan de alguien que les predique. ESA ERA LA MISIÓN DE ISRAEL, el pueblo de Dios, pero ellos no la cumplieron. No predicaron. Por su celo patriótico u orgullo nacional se creían mejor que los demás pueblos y simplemente hicieron caso omiso a la misión.
En la segunda parte del texto hace mención y énfasis en el valle de Josafat o de las decisiones. Interesante, ¿verdad? Entonces, qué son las DECISIONES, ¿QUÉ IMPLICAN?
1. LAS DECISIONES TIENEN CONSECUENCIAS. Este es un pensamiento trillado. Todo, absolutamente toda decisión tiene consecuencias a corto, mediano o largo plazo. Pablo le diría a los Gálatas: “lo que el hombre sembrare eso mismo cosechará” (Gálatas 6:7). Simplecito.
2. LAS DECISIONES SE DEBEN TOMAR HOY, NO MAÑANA. La procrastinación es una palabra de moda en los últimos tiempos. Sin embargo tiene que ver con el hábito de postergar o posponer las cosas. Dejar para mañana lo que tranquilamente podría hacer hoy. Algunos lo llaman el arte de la postergación. Si deseas ser hallado Justo en el día del Juicio, debes decidir hoy, no mañana, porque puede ser tarde.
3. LAS DECISIONES SON UNA INVITACIÓN A LOS DEMÁS. Esta es la verdad más sublime. Si tú decides, esa decisión afectará a tus hijos, a tus nietos y a toda tu descendencia (Deutoronomio 30:19). Tú puedes romper la cadena del pecado y de la derrota, pero debes decidir. Y por tu decisión muchos, muchos vecinos, amigos y familiares aceptarán a Jehová como su salvador personal.
Hoy es un nuevo día. Finalizamos la lectura del capítulo 3 de Joel destacando dos verdades:
1. Si soy cristiano, Debo DECIDIR ser un predicador para ayudar a las “naciones” (vecinos, amigos y familiares que aún no aceptan a Jesús como su salvador personal).
2. Si no son cristiano, Debo DECIDIR por Jesús. Si eres parte de las “naciones”, simplemente ACEPTA a CRISTO hoy, no mañana porque por tus decisiones “decidieran” (valga la redundancia) muchos más. Tu decisión es una invitación para más. ¿Amén?
¡Feliz día!
Pe. Heyssen Cordero Maraví
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