miércoles, 13 de junio de 2012

FIDELIDAD TOTAL


"Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo (Ex. 4:24).


En su encuentro con Dios, Moisés, después de presentar argumentos del porqué no era el más indicado para libertar el pueblo de Israel de manos de Egipto y ver cómo Dios le refutaba con mucho amor, finalmente el yerno de Jetro aceptó ir a Egipto. En la vida cristiana muchas veces ocurre lo mismo, nos resistimos a cumplir lo que Dios con tanto amor nos pide, presentamos “argumentos” increíbles: “no tengo tiempo suficiente”, “no soy capaz de hacerlo”, “soy muy joven”, “ya no tengo las fuerzas”, etc. No obstante, Dios siempre nos dirá “¿qué tienes en tus manos?” porque para Él eso es lo único que importa y con eso que “tienes” sea mucho o poco, Dios hará maravillas.

En esta ocasión, Moisés va junto a Séfora, su esposa y a Gerson y Eliezer, su dos hijos rumbo a Egipto, pero en el camino mientras pasaban la noche se les presentó un ángel de Dios en forma amenazadora. Sin explicación alguna, al ver este cuadro no grato, Moisés recordó que en su vida, algo no estaba bien. Recordó que había desestimado un mandato divino por influencia de su esposa, no había circuncidado a su segundo hijo, a Eliezer.
Ante esta escena escalofriante, Séfora, entendiendo que ella era la responsable de esta omisión, pues se había opuesto por pena al dolor que sufriría Eliezer, por restarle importancia a algo que probablemente ella no compartía ni entendía por ser madianita, no lo pensó dos veces y con sus propias manos circuncidó a su menor hijo.

Dios no podía hacer maravillas a través de Moisés sino hasta cuando su vida esté completamente a cuentas con Él. Moisés y Séfora entendieron que Dios les pedía el 100% de su vida, no un 50%. Todos los que aceptamos a Cristo fuimos elegidos para cumplir una misión al igual que Moisés, la misión de libertar de Egipto a muchas almas, pero antes de ello, debemos estar a cuentas con Dios.

Hoy es un nuevo día, ¿qué es lo que Dios demanda de tu vida, tu familia, tu ministerio y aún no lo has hecho? ¿Hay algo que sabes que debes hacerlo y no lo hiciste por influencia de tu esposa, tus amigos, tus familiares? ¿Estás a punto de iniciar una obra sagrada y no estás a cuentas con Dios? ¿Crees que nadie lo sabe, que son cosas personales y que no importa? Moisés y Sara entendieron con dureza que a Dios hay que servirle completamente. Sin lugar a dudas, a Eliezer le tocó la peor parte. Ser circuncidado en el desierto, sin las mejores atenciones.
Los líderes deben ordenar su casa antes de salir a libertar a los oprimidos. Podemos hoy como Josué decir:yo y mi casa serviremos a Jehová (Jos. 24:15). Vayamos a Egipto a cumplir la misión, pero a cuentas con Dios.


Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

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