Egipto es sinónimo de esclavitud. Dios había dicho por medio de Jeremías que el resto de Judá, los que quedaron después de la invasión babilónica a cargo de Gedalías, que no hagan nada más. Que no vayan a Egipto (Dios sabía que en el donde de sus corazones los judíos tenían una cierta inclinación por Egipto). Dios les dijo que que vivan y empiecen de nuevo.
No obstante, los judíos no aceptaba a Gedalías como su rey, tampoco estaban dispuestos a quedarse de brazos cruzados contra Babilonia. Les parecía un insulto y humillación el hecho de no hacer nada. Y al escuchar el mensaje de Jeremías de que no vuelvan a Egipto, simplemente lo tomaron como si fuera falso, que no era de Dios sino de Baruc, secretario de Jeremías.
La Biblia dice que, contra todo consejo divino, el pueblo judío finalmente llegó hasta Egipto, esperando recibir ayuda y formar una alianza para hacer frente a Babilonia y “vengarse”. Un celo patriótico y sed de revancha entendible, pero el único problema: No era la voluntad de Dios. De manera interesante dijo Dios de Nabucodonor: “mi siervo”. Con nombre completo. Él sería el instrumento para destruir Egipto completamente.
La pregunta que naturalmente surge es, ¿por qué Dios no quería que bajen a Egipto en busca de ayuda? Por al menos tres razones:
1. DIOS SABE LO QUE ES MEJOR. Aunque suene fatalista o facilismo es la pura verdad. Si tú pudieras ver el futuro, podrías ver qué muchas de las cosas que anhelas con tanta pasión hoy, no serán las mejores mañana. Por eso Dios que sabe todo, ve qué es lo que mejor hoy y por eso sabía que Egipto no era un lugar bueno para sus hijos.
2. DIOS QUERÍA QUE SU PUEBLO APRENDA LA OBEDIENCIA. Una de las cosas por las que el pueblo de Dios había pasado por las peores penurias es la desobediencia. ¿Cuántas lágrimas nos habríamos evitado si solamente habríamos sido obedientes a Dios? El problema del pueblo de Dios siempre fue la actitud rebelde y desobediente a su Palabra.
3. DIOS LOS HABÍA SACADO DE EQUIPO PARA SER LIBRES. De manera interesante Jeremías 43 dice varias veces que Egipto será destruido y con él, todos sus dioses y sus templos. Esta declaración no es casualidad, sino que Dios está diciendo en claro que en Egipto volverán a ser esclavos, de van a corromper de la verdadera adoración (Jeremías 43:11-13).
¿Cómo puedes regresar al lugar de donde Dios te sacó? Si Dios te sacó de “Egipto” no debes volver ahí ni por broma. ¿De dónde te sacó Dios? ¿Qué es lo que esclavizaba tu vida? Dios te libertó, ¿y ahora quieres volver a ese lugar en busca de ayuda y paz?
Imagina a alguien que fue víctima del alcoholismo, que después de algún tiempo decepcionado por la vida quiere volver a beber licor para encontrar paz y refugio. Esto es algo ilógico, imposible. Pero Judá estaba dispuesto a hacer eso y más.
Nadie puede ser feliz nadando en aguas oscuras después de haber nadado en aguas cristalinas. Una vieja película antigua de accion decía “retroceder nunca rendirse jamás”. Bueno, Pablo diría: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:39).
¡Hoy es un nuevo día! Si te sientes tentado de volver a tus antiguos caminos, a volver a “Egipto”, debes saber que no es la voluntad de Dios, tampoco es lo mejor para ti, y porque un lugar de esclavitud jamás puede hacer feliz a nadie. Que cada día puedas decir lo que aquel canto
dice: “he decidido seguir a Cristo no vuelvo atrás no vuelvo atrás...
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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