La adoración es un tema crucial en la Biblia. Y en el gran conflicto es un punto muy marcado. Por lo tanto, al leer Ezequiel 8 vamos a notar esta particularidad bíblica. ¿Estaremos adorando a Dios como Él lo espera?
Ezequiel profetiza la destrucción de la ciudad de Jerusalén y el templo de David, y la razón de ello es simple pero trágica a la vez: la adoración abominable de Judá para con Dios y es que un corazón divido es terreno de nadie. El pecado es cada vez mayor cuando comenzamos a deshierbáis de la verdadera adoración.
La adoración abominable no sólo era cometida por la población de a pie, sino que lo hacían los líderes religiosos, los ancianos. Esto era lo trágico porque cuando un líder peca, arrastra a los demás. Así, podemos notar por lo menos cuatro formas de adoración abominable:
1. Un ídolo dentro del templo que provoca a Dios a celos (Ezequiel 8:1-6). Dios es fuerte y celoso y no tolera adoración compartida.
2. Adoración a animales, y cosas abominables que hacían en lo oculto los líderes del pueblo, tanto en el templo como en sus casas (Ezequiel 8:7-13). Atentaba directamente contra el segundo mandamiento de la Ley.
3. La adoración por parte de las mujeres a Tamuz (dios babilonio del inframundo y la fertilidad). Los cultos de fertilidad eran famosos en el Antiguo Oriente (Ezequiel 8:14-15). A menudo los esposos tenían sexo con sacerdotes o sacerdotisas respectivamente; así adoraban y clamaban por la fertilidad de la tierra.
4. Los sacerdotes y levitas adoraban al sol, dándole la espalda a Dios (Ezequiel 8:16).
Desde hace mucho tiempo, los hombres han querido un Dios a su manera, una iglesia a su manera, adorar a su manera, una salvación a su manera ... y perderse a su manera.
La adoración abominable a Dios comienza dando la espalda a Dios y a su Palabra; para luego cambiar su gloria por una imagen más amigable, humana, menos santa; más parecida a nosotros y a animales que podemos domesticar. No se trata de formas y fondos, se trata de ADORACIÓN que Dios pide y no lo que nosotros creemos.
DIOS JUZGA LA ADORACIÓN
Una adoración así tiene consecuencias. Y Dios da respuesta: Dios envió juicio. La destrucción de la ciudad de Jerusalén y su templo. Sucedió cinco años después de estas visiones de Ezequiel (Ezequiel 8:18). A lo largo de la Biblia podemos notar este detalle: DIOS JUZGA LA ADORACIÓN de sus hijos y es que el tema de la adoración es notable en las Escrituras y será un tema principal en el final del Gran Conflicto, por lo tanto debemos ser cuidadosos cuando adoramos a Dios.
¡Hoy es un nuevo día! Que nuestra adoración sea SOLO A DIOS, y le adoremos como Él espera que lo hagamos. No a nuestra manera sino a Su manera: Según la Biblia.
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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