jueves, 29 de marzo de 2012

Lo poco en las manos de Jesús es mucho


"Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco panes y dos peces... Y los que comieron eran cinco mil hombres sin contar mujeres y niños" (Mr. 6: 38, 44).


Después de días arduos de trabajo, los discípulos de Jesús regresaron de su gira misionera y "le contaron todo lo que habían hecho, y todo lo que habían enseñado". Al verlos agotados y cansados, Jesús quiere que descansen y tengan un poco de tranquilidad puesto a que "no tenían tiempo ni para comer" en algunas oportunidades a causa de la fama de Jesús y la necesidad de "pan de vida" para la multitud que le seguía. Así, el Maestro y sus discípulos se fueron a un lugar "desierto".

Sin embargo, la multitud al notar que Jesús y sus discípulos se dirigían a un "lugar desierto", le siguieron a pie. No sé cuántos kilómetros caminaron, lo cierto es que para cuando Jesús y sus discípulos llegaron, la multitud ya estaba esperándolos. ¿increíble verdad? No se sabe la hora de ese episodio milagroso, imagino que fue en la mañana, aproximadamente a las 9:00 am. hora más hora menos, pero lo que es verdad es que la gente se quedó impactada de los mensajes de Jesús que ni hambre les dio, pues, las horas pasaban y tanto mujeres y niños estaban embelesados por las "palabras de vida". Y es que Jesús era sin duda alguna una predicador excepcional, un orador perfecto, un heraldo de la verdad, un mensajero de esperanza... un elocuente y dotado expositor de la luz de la verdad. No solo eso, sino que "enseñaba con autoridad y no como los escribas" (Mt. 7:29).

La Biblia dice que la hora era avanzada, y como efecto natural de la ausencia de alimentos a la hora, los discípulos que "ni tenían tiempo para comer" estaban sintiendo la necesidad biológica de comer. La hora del almuerzo. Pero, ¿cómo decirle a Jesús que ya es hora de descansar? ¿quién se atrevería a decirle a Jesús que el tiempo de la prédica ya terminó? ¿Pedro, Juan, Santiago, Tomás...? Finalmente, se atreve un discípulo de nombre Pedro y le dice: "El lugar es desierto y la hora es avanzada. Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer". 

Jesús lo mira a los ojos y con ternura le dice: no tienen necesidad de irse "dadle vosotros de comer". Pedro no podía creerlo, Jesús le estaba pidiendo algo "imposible" a Pedro. Esto porque si contamos la cantidad de personas (5000 hombres, 5000 mujeres y 5000 niños entendiendo como mínimo) un restauran, o una bodega o inclusive un súper mercado probablemente de los tiempos de Jesús no habrían podido abastecer a esa cantidad de personas y más aún, ¿el dinero? ¿Judas contaría con efectivo suficiente para costear 15000 almuerzos? No lo sé, ¿y si se cocina o preparan los alimentos? ¿quién cocinaría? ¿utensilios para servir y preparar esa cantidad de alimentos? Es una locura.

Definitivamente Jesús sabía todo eso, al decirle a Pedro: "denle de comer ustedes", sabía los pormenores que implicaban su pedido no obstante, había una razón de peso para tal demanda: que entiendan que ellos no pueden, porque hay cosas en que los hombres no podemos. De modo que Pedro después de hacer sus cálculos y sacar sus cuentas con la ayuda de Mateo y Judas muy probable se vieron turbados por no poder cumplir el pedido de Jesús y finalmente van a Jesús y le dicen solo hay  "Cinco panes y dos peces". Nada más, un niño precavido llevó para su almuerzo ¿será posible alimentar a esa cantidad de personas con esa minúscula porción de alimentos? No, es imposible, para el hombre. Sin embargo, para Dios, no es así. Para Dios no hay imposibles, para Dios no hay cosa alguna que no se pueda hacer...

Jesús quiere ver el reconocimiento del hombre, que no puede hacer tal cosa, pero que esté dispuesto a ponerlo todo, todo lo que pueda y tenga en las manos de Dios, pues en las manos de Dios, lo poco es mucho. Lo poco es mucho. Así de sencillo es para Dios, no hizo una manifestación portentosa, no vino una luz refulgente, simplemente multiplicó... y punto. Consecuencia de ello, "sobró doce cestas llenas" y comieron y fueron saciados...

No hay imposibles para Dios. Para mí sí, pero para Él no. El detalle es reconocer... y poner en las manos de Dios todo... Y Dios te sorprenderá...!!!

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

1 comentario:

  1. que tenemos en nuestras manos? entreguemosle a JESUS que El los puede multiplicar

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