martes, 21 de octubre de 2014

Zacarías 7: CUANDO AYUNAS, ¿LO HACES POR DIOS?


"Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí?" (Zacarías 7:5).
Cuando la iglesia programa ayunos, escucho con frecuencia a más de uno decir: "Estoy ayunando porque quiero hacer un sacrificio por amor a Dios". ¿Qué es el ayuno? ¿Se deleita Dios cuando sus hijos dejan de comer alimento alguno? ¿Se beneficia Dios si tengo hambre por causa de Él? No te apresures en responder tan rápido. Mejor, ¿cuando ayunas, lo haces por Dios? Pues bien, el capítulo 7 de Zacarías destaca la visita de una delegación de Bet-el a Jerusalen para preguntar si deberían seguir ayunando cuatro veces al año como lo hacían cuando estaban exiliados en Babilonia. En realidad el único que ayuno que Dios pidió a través de Moisés debía ser en el séptimo mes (ver Lev.16). Sin embargo en Babilonia ayunaron en el quinto mes para llorar por la destrucción del templo (ver 2 Rey.25:8,9), esto era a parte del cuarto mes donde se recordaba la rotura de Jerusalén (Jer. 39:2). Finalmente en el mes décimo el pueblo ayunaba y lloraba el sitio contra Jerusalén (Jer.39:1). Como el exilio había terminado, la gente se preguntaba si todavía era necesario ayunar en el mes quinto.
La respuesta de Dios es categórica: ¿habéis ayunado para mí? La respuesta de Dios deja reflexiones interesantes. ¿Cuatro ayunos públicos y programados y Dios les hace esa pregunta? No son las veces que ayunas y lloras si en tu vida sigues haciendo las cosas antiguas. Dios aprovecha a decirles (ver Zac. 7:8-4) que hagan un cambio, que recuerden del pasado y el porqué llegaron a ser esclavos de Babilonia. No se trata de dejar de comer y llorar, se trata de hacerlo de verdad por Dios.
El ayuno no le beneficia a Dios. Dios no se deleita cuando sientes hambre por amor a su nombre supuestamente. El ayunno te beneficia a ti y su propósito - si lo haces de verdad - es dejar a un lado el yo y salir a minstrar las necesidades de los demás. ¿De qué sirve el ayuno si después de hacerlo sales a comer para compensar todo lo que no has comido durante el tiempe ayuno? Es como aquellos que hacen vigilia toda una noche y al día siguiente duermen todo el día. ¿Qué sentido tiene hacer cosas para supuestamente agradar a Dios cuando deberías agradar a tu prójimo que necesita alimentos y ayuda?
Elena G. de White diría: "El espíritu del ayuno y la oración verdaderos es el espíritu que entrega la mente, el corazón la voluntad a Dios" (Consejo sobre régimen alimenticio, p. 224).
Dios no es un Dios "sado". No se delita en el hambre o en el sueño que sus hijos renuncian por horas o días. No. Dios quiere que eso te lleve hacer algo pues ayunar a fin de sentir lástima por uno mismo es pérdida de tiempo y esfuerzo. Es necesario mirar más allá del ayuno, es necesario hacer cambios.
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