"Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagamos un hombre, por si fuéremos esparcidos sobre a faz de toda la tierra" (Gn. 11:4).
¿Has dudado de las promesas de Dios? ¿Has dudado de la existencia de Dios? La historia de hoy nos muestra lo frágil puede ser el hombre ante las promesas y la existencia de Dios. Y es que con frecuencia, el miedo, la desconfianza, la incredulidad y las cosas que suceden nos hacen dudar de todo, y más aún de Dios.
La Torre de Babel, sin embargo representaba duda en relación a la Palabra de Dios y desafío a su voluntad (CBA, p. 1:297). ¿Cuáles son las torres de tu vida? Esas "torres" de "babel" son de confusión, de duda, de perdición:
Duda en relación a la Palabra de Dios
En primer lugar, a sus promesas.- Dios había prometido que no volvería a destruir la tierra con agua, es decir con otro diluvio (Gn. 9:15). Sin embargo, los hombres desconfiaron en la promesa de Dios y decidieron construir una torre muy alta que sirva de "refugio" ante un nuevo diluvio.
En segundo lugar, a su existencia.- Algunos creían que el cielo que vemos, era la morada de Dios. Ellos pensaban que construyendo una torre muy alta, podrían llegar al cielo y ver con sus propios ojos si Dios existía o no. Locos hombres.
En tercer lugar, a su señorío e intervención.- Muchos creían que el diluvio había ocurrido por causas naturales. En este grupo estaban os científicos de aquellos tiempos, hombres educados y estudiosos que no atribuían a Dios el diluvio sino a un evento natural. Ellos pensaban que a través de la torre podían encontrar explicación científica, tangible y real.
Desafío a la voluntad de Dios
Cuando los habitantes de Sinar, descendientes de Cam hijo de Noé, se apartaron de sus hermanos para morar en las llanuras de Sinar decidieron formar un imperio, una metrópolis poderosa, gigantesca, que fuera la atracción del mundo y donde se mostrara el poder el hombre en unidad. Nimrod fue uno de los que pensaba así. Todo este deseo y proyecto ambicioso sencillamente era un desafío a la voluntad de Dios. Dios le había dicho "Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra" (Gn. 9:1), pero los habitantes de Sinar dijeron que no era un plan que debían de seguir. La unidad, la fama, la gloria y el poder era lago apetecible, y allí la voluntad de Dios estaba fuera de lugar.
Duda en la Palabra de Dios y desafío a Su voluntad. Cuando el ser humano quiere vivir así, dudando en la Palabra de Dios y desafiando así a Dios mismo debe saber que no prosperará. Puede que por algún tiempo "todo" le vaya bien, y esto aparentemente indique que "todo" saldrá bien; debes saber que Dios emitirá juicio tarde o temprano. No hay torre tan fuerte que no se haya caído.
Hoy es un nuevo día. No dudes en la Palabra de Dios. No hay motivos, cree, confía, ten fe. Dios cumplió y lo hará sí o sí. Finalmente, no te atrevas a ir en contra de la voluntad de Dios, Dios no puede ser burlado, jamás.
Feliz día!
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Dios te bendiga mucho!
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