“Esta es la historia de Noé. Noé fue un varón justo y perfecto entre los de su tiempo. Con Dios caminó Noé” (Gn. 6:9).
Hay muchas historias. Cada vida es una historia. Tu vida es una historia, y a cada instante se tejen las historias por doquier; unas son tristes, felices, traumáticas, indeseables, en fin, tantas historias. Pero ésta es la historia de Noé. Una historia hermosa. Una historia así, es posible únicamente si se camina con Dios.
Pero, podríamos preguntarnos, ¿Por qué fue hermosa? O ¿Por qué le agradó a Dios? La Biblia presenta dos realidades: La primera, Noé era "varón justo". La palabra "justo" no implica una inocencia intachable, sino rectitud, honradez y virtud. Es digno de notar que no es meramente llamado "justo" sino "varón justo", esto es simple, Noé era un varón, es decir un hombre, simple, normal, de carne y hueso, como tú y yo, pero al agrado de Dios. La segunda razón, Noé era “perfecto entre los de su tiempo”. La palabra perfecto no implica impecabilidad, o sin error, sino más bien integridad moral, es decir, era un hombre de Dios en todos los aspectos de la vida. Y se menciona “perfecto entre los de su tiempo”, por una sencilla razón, porque muestra que en otros tiempos puedes ser tú un Noé.
Finalmente, el texto termina diciendo: “Con Dios caminó Noé”, aquí radica la razón de una historia como la de Noé. Y es que él caminaba con Dios. Pero, ¿qué es caminar con Dios? Caminar con Dios es lejano a leer mi Biblia a “vuelo de ave”, es muy diferente a “orar dos o tres minutos diarios”, dista mucho de ir a la iglesia por compromiso, o por costumbre, y en últimas, es muy distinto a ser cristiano o adventista cuando estoy en la iglesia y no fuera de ella.
¿Ya empezaste a caminar con Dios? Olvida ya el ayer, hoy puede ser diferente, tu historia puede ser hermosa, empieza a caminar con Dios.
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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Dios te bendiga mucho!
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