martes, 4 de septiembre de 2012

EL FUEGO SOBRE EL ALTAR DEL HOLOCAUSTO

Introducción: Vivimos en una sociedad que va a un ritmo vertiginoso, las personas corren tras sus sueños, intereses personales, lo material y secular es lo más importante, los problemas y enfermedades de la vida nos desconectan de las cosas espirituales y ante todo esto ¿Dios se continua preocupado por nosotros? ¿le interesa lo que nos sucede? Hay forma de estar relacionados con Dios en medio del ruido, la desesperanza y el caos social. La antigua costumbre del ritual judaico es muy hermosa y sugestiva. El fuego tiene que ver con el altar del holocausto del tabernáculo, se dan instrucciones precisas para que el fuego arda siempre. 12-13.


      Proposición: Dios desea tener una relación especial con cada uno de sus hijos y depende de nosotros mantener viva esa relación.
     
      Oración interrogativa: ¿Cómo mantenemos de forma constante la presencia de Dios en nuestra vida?
    
      Oración de transición: En esta mañana a la luz de la experiencia del pueblo de Israel en el desierto aprenderemos como Dios desea estar presente en nuestra vida

I.     EL ORIGEN DEL FUEGO DEL ALTAR
     Después de dar muchas indicaciones con respecto a los holocausto y a las ofrendas que deberían de practicar los israelitas dadas a Moisés; había una indicación final con respecto al holocausto, esta debería permanecer encendida tarde y mañana, consumiéndose en el fuego del altar (Lev 6:9).
      El holocausto era el servicio diario presentado a Jehová. La palabra holocausto indica que toda la ofrenda seria quemada. Incluía dos ovejas, una ofrecida en la mañana y la otra en la tarde. El sacerdote tenia que poner el sacrificio sobre el altar para que la ofrenda ardiera todo el dia y toda la noche.
      Pero notemos que el hombre no interviene en la preparación del fuego, pues el fuego estaba originada  en Dios mismo (Lev 9:24) Es decir se prepara el altar, leña, la víctima, la sangre de la víctima es derramada sobre el altar pero Falta fuego. Por perfecta que sea la ofrenda, sin fuego adentro no sería efectivo el sacrificio. Cuán importante es entonces la intervención divina, la presencia de Dios, era necesaria para los beneficios
del pueblo de Israel. Recordemos que al llegar el Pentecostés cayó fuego de Dios. (Hch. 2:3).y
el fuego divino tiene su influencia benéfica en nuestro ser.
II.     LA CONTINUACION DEL FUEGO DEL ALTAR
      Dios quiso enseñar a su pueblo que debía ser un fuego continuo. Debían de conservar encendido el altar; este fuego continuo con su sacrificio diario representa el arrepentimiento y la fe de la nación, ese fuego continuo simbolizaba la adoración diaria de la nación llamada para servir a Jehová.
      Ahora no necesitamos prender holocaustos, pues todo era figura del verdadero cordero de Dios que quita el pecado del mundo, hoy en día para tener encendida ese fuego de la presencia de Dios tenemos que practicar la oración privada, la  devoción personal, asistir al Templo, el culto familiar, que son lugares donde se enciende el fuego. (Sal. 39:1-3)
      La devoción privada es la esencia, la evidencia; es la fe. ¡Qué arda en nosotros el “sebo” de nuestra devoción íntima! No se trata de prácticas intermitentes sino continuadas.
¿No tienes motivos para orar? Ora por tu iglesia y por ti mismo. Usemos la Palabra de Dios como combustible. (Luc. 24:32).
III.     LA IMPORTANCIA DEL FUEGO DEL ALTAR
No era el altar el que daba al fuego su carácter sagrado. Sino al revés. Los principales sacrificios del altar eran tres.
1.     HOLOCAUSTO. Simboliza el perfecto sacrificio de Jesús. Para el cristiano significa completa consagración a Dios.
2.     DEL PRESENTE. Simboliza la perfecta humanidad de Jesús. (Rom. 12:1). Para el cristiano significa la devoción diaria dando lo mejor.
3.     DE LAS PAZ. Simboliza al Señor haciendo la paz. (Ef. 2:13-19). Para el cristiano significa nuestro reconocimiento y gratitud.
IV.     LA CONSTANTE LIMPIEZA DEL ALTAR
Las  cenizas del holocausto recuerdan dos cosas:
 a) Antes eran leña. Servía de combustible para el holocausto.
b) Ahora estorbo. Cosas dañinas deben ser retiradas del corazón. (Ef. 4:21-32).de esa manera nuestro corazón  se transformará. Es por eso que nuestra comunión con Dios tiene que ser constante, nuestro altar tiene que arder mañana y tarde. Nuestra vida tiene que ser dirigida por Dios, su presencia es necesaria en nuestra vida, así como lo era el fuego para el holocausto; nuestro sacrificio ahora es una entrega total de nuestra vida a Dios.

LLAMADO

      Necesitamos la presencia de Dios diariamente en nuestra vidas, que las circunstancias, o el afán de este mundo no apague el fuego de la presencia de Dios en nuestros corazones, que permitamos que el Espíritu Santo mantenga encendido ese fuego que permitirá que nuestra vida sea inundada por el amor y el perdón de Dios viviendo de esa manera en paz con Dios y con nuestros semejantes.
      ¿quieres tu el día de hoy prometerle a Dios mantener encendido ese fuego de su presencia las 24 horas del día? Porque recuerda que nuestro Dios es fuego consumidor (Heb. )

2 comentarios:

  1. Si damos ese continuo sacrificio el fuego no se apaga en nuestro altar que es ahora nuestro corazón, hay que tener un sacrificio de adoración y alabanza continuos para que la ofrenda de nuestros labios sea del todo quemada como holocáusto a Dios en olor fragante !

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