Introducción: Vivimos en una sociedad que va a
un ritmo vertiginoso, las personas corren tras sus sueños, intereses
personales, lo material y secular es lo más importante, los problemas y
enfermedades de la vida nos desconectan de las cosas espirituales y ante todo
esto ¿Dios se continua preocupado por nosotros? ¿le interesa lo que nos sucede?
Hay forma de estar relacionados con Dios en medio del ruido, la desesperanza y
el caos social. La antigua costumbre del ritual judaico es muy hermosa y sugestiva. El fuego tiene que ver con
el altar del holocausto del
tabernáculo, se dan instrucciones precisas para que el fuego arda siempre.
12-13.
Proposición: Dios desea tener una relación
especial con cada uno de sus hijos y depende de nosotros mantener viva esa
relación.
Oración
interrogativa: ¿Cómo
mantenemos de forma constante la presencia de Dios en nuestra vida?
Oración de transición: En esta mañana a la luz de
la experiencia del pueblo de Israel en el desierto aprenderemos como Dios desea
estar presente en nuestra vida
I. EL
ORIGEN DEL FUEGO DEL ALTAR
Después de dar muchas indicaciones con
respecto a los holocausto y a las ofrendas que deberían de practicar los
israelitas dadas a Moisés; había una indicación final con respecto al
holocausto, esta debería permanecer encendida tarde y mañana, consumiéndose en
el fuego del altar (Lev 6:9).
El holocausto era el servicio diario
presentado a Jehová. La palabra holocausto indica que toda la ofrenda seria
quemada. Incluía dos ovejas, una ofrecida en la mañana y la otra en la tarde.
El sacerdote tenia que poner el sacrificio sobre el altar para que la ofrenda
ardiera todo el dia y toda la noche.
Pero notemos que el hombre no interviene
en la preparación del fuego, pues el fuego estaba originada en Dios mismo (Lev 9:24) Es decir se prepara
el altar, leña, la víctima, la sangre de la víctima es derramada sobre el altar
pero Falta fuego. Por perfecta que sea la ofrenda, sin fuego adentro no sería
efectivo el sacrificio. Cuán importante es entonces la intervención divina, la
presencia de Dios, era necesaria para los beneficios
del pueblo de Israel. Recordemos que al llegar el Pentecostés
cayó fuego de Dios. (Hch. 2:3).y
el fuego divino tiene su influencia benéfica en
nuestro ser.
II. LA
CONTINUACION DEL FUEGO DEL ALTAR
Dios
quiso enseñar a su pueblo que debía ser un fuego continuo. Debían de conservar
encendido el altar; este fuego continuo con su sacrificio diario representa el
arrepentimiento y la fe de la nación, ese fuego continuo simbolizaba la
adoración diaria de la nación llamada para servir a Jehová.
Ahora no necesitamos prender holocaustos,
pues todo era figura del verdadero cordero de Dios que quita el pecado del
mundo, hoy en día para tener encendida ese fuego de la presencia de Dios
tenemos que practicar la oración privada, la devoción personal, asistir al Templo, el culto
familiar, que son lugares donde se enciende el fuego. (Sal. 39:1-3)
La devoción privada es la esencia, la
evidencia; es la fe. ¡Qué arda en nosotros el “sebo” de nuestra devoción
íntima! No se trata de prácticas intermitentes sino continuadas.
¿No tienes motivos para orar? Ora por tu iglesia y
por ti mismo. Usemos la Palabra de Dios como combustible. (Luc. 24:32).
III. LA
IMPORTANCIA DEL FUEGO DEL ALTAR
No era el altar el que daba al fuego su carácter
sagrado. Sino al revés. Los principales sacrificios del altar eran tres.
1. HOLOCAUSTO. Simboliza
el perfecto sacrificio de Jesús. Para el cristiano significa completa
consagración a Dios.
2. DEL PRESENTE.
Simboliza la perfecta humanidad de Jesús. (Rom. 12:1). Para el cristiano
significa la devoción diaria dando lo mejor.
3. DE LAS PAZ. Simboliza
al Señor haciendo la paz. (Ef. 2:13-19). Para el cristiano significa nuestro
reconocimiento y gratitud.
IV. LA
CONSTANTE LIMPIEZA DEL ALTAR
Las cenizas del holocausto recuerdan dos cosas:
a) Antes eran leña. Servía de combustible para
el holocausto.
b) Ahora estorbo. Cosas
dañinas deben ser retiradas del corazón. (Ef. 4:21-32).de esa manera nuestro corazón
se transformará. Es por eso que nuestra
comunión con Dios tiene que ser constante, nuestro altar tiene que arder mañana
y tarde. Nuestra vida tiene que ser dirigida por Dios, su presencia es
necesaria en nuestra vida, así como lo era el fuego para el holocausto; nuestro
sacrificio ahora es una entrega total de nuestra vida a Dios.
LLAMADO
Necesitamos la presencia de Dios diariamente en
nuestra vidas, que las circunstancias, o el afán de este mundo no apague el
fuego de la presencia de Dios en nuestros corazones, que permitamos que el
Espíritu Santo mantenga encendido ese fuego que permitirá que nuestra vida sea
inundada por el amor y el perdón de Dios viviendo de esa manera en paz con Dios
y con nuestros semejantes.
¿quieres tu el día de hoy prometerle a Dios mantener encendido
ese fuego de su presencia las 24 horas del día? Porque recuerda que nuestro
Dios es fuego consumidor (Heb. )
Si damos ese continuo sacrificio el fuego no se apaga en nuestro altar que es ahora nuestro corazón, hay que tener un sacrificio de adoración y alabanza continuos para que la ofrenda de nuestros labios sea del todo quemada como holocáusto a Dios en olor fragante !
ResponderEliminarMaravilloso
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