“Y Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, hizo todas las cosas que Jehová mandó a Moisés” (Éxodo 38:22).
Había muchos hombres capaces de hacer la obra que Bezaleel hizo, como escultor y artista en el santuario, pero ninguno de ellos fue llamado, sino Bezaleel. ¿Por qué? La razón es simple, podían ser talentosos, capaces, expertos y hasta “mejores” que Bezaleel. No obstante, no eran obedientes. Y es que para ser un obrero, un siervo de Dios hay que ser obediente.
Un siervo de Dios, es un “esclavo”, puede parecer humillante, no lo es. Pablo se presentaba como el δούλος του Ιησού Χριστού “esclavo de Jesucristo” (Rom.1:1). ¿Quién era un esclavo? Alguien que vivía para el servicio de su amo, y Pablo dejó su vida “sauliana” para ser “esclavo de Jesucristo”. Ya no vivía para él sino Cristo (Gal.2:20). Bezaleel era un siervo de Dios porque de él dice la Biblia: “hizo todas las cosas que Jehová mandó” (Éxodo 38:22), esto es realmente inspirador. Para ser siervo de Dios no solo debemos tener talentos, dones, capacidades y aptitudes, sino que debemos estar dispuestos a hacer todo lo que Jehová mandó. Todo lo que Jehová mandó. Puede parecer sencillo, pero es más difícil de lo que parece.
Todo lo que Jehová mandó implica, TODO. Nos encontramos en situaciones donde nos sentimos inclinados a hacer una parte del todo. Decimos, “yo puedo hacer esto y aquello, pero eso…eso lo dejo para otros”. He escuchado algunas veces decir: “Heme aquí, envíame a mí…pero con estas condiciones…”. El siervo de Dios hace TODO lo que Jehová manda, sin buscar lo que le gusta o le conviene. Vivimos en tiempos donde la gente dice llamarse cristianas, hijos de Dios, siervos de Dios y no aceptan TODO lo que Dios dejó en su Palabra; argumentando que no TODO es para hacer ahora, que hay cosas que eran para el Antiguo Testamento, y que hoy, somos siervos light.
Finalmente, somos siervos de Dios, trabajamos para Él, no para hombres. El verdadero y mejor modelo de siervo a seguir es Jesús, el Cristo (Ef. 2:7) y no podía estar tranquilo hasta terminar la obra que le había sido encomendada a cumplir (Jn.4:34). Jesús nos enseña que ser siervo de Dios consiste en hacer la voluntad de Dios cabalmente.
Hoy es un nuevo día, ¿quisieras ser un siervo de Dios? Entonces vayamos y hagamos TODO lo que Jehová nos mandó. Seamos obedientes a todo lo que Él nos dejó en su Palabra.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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