Los problemas, las aflicciones y el dolor son parte de la vida, aún cuando somos el pueblo de Dios. No es el ideal. Cuánto daríamos porque el solo hecho de ser “hijos e hijas” de Dios nos excluiría de todo dolor, el sufrimiento y las lagrimas de pesar, pero no es así. Aún cuando somos discípulos de Cristo y ovejas de su rebaño, vamos a pasar por “valle de sombra de muerte” (Salmo 23:2), nuestra barca puede estar a punto de naufragar (Marcos 4:35-41). Sin embargo, jamás estaremos solos, lo único que debemos hacer es pedir ayuda, socorro, auxilio… Y Dios responderá de manera clara.
Este Salmo es un cántico de clamor por ayuda, la respuesta de Dios y la gratitud del ser humano:
El pueblo está en aflicción > Dios acude en su ayuda > El pueblo alaba a Dios por sus maravillas.
Esta dinámica se repite hasta en cuatro ocasiones en el Salmo 107:
CRISIS (1)
EL PUEBLO ESTABA PERDIDO EN EL DESIERTO
“Entonces clamaron a Jehová en su angustia,
Y los libró de sus aflicciones” (v.6).
DIOS LOS ENCAMINÓ POR EL CAMINO CORRECTO
“Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres” (v.8.)
CRISIS (2)
EL PUEBLO ESTABA OPRIMIDO Y EN OSCURIDAD
“Luego que clamaron a Jehová en su angustia,
Los libró de sus aflicciones” (v.13).
DIOS ROMPIÓ SUS PRISIONES
“Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres” (v.15).
CRISIS (3)
EL PUBELO ESTABA PASANDO POR ENFERMEDADES
“Pero clamaron a Jehová en su angustia,
Y los libró de sus aflicciones” (v.19).
DIOS LOS SANÓ Y LOS LIBRÓ DE LA RUINA
“Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres” (v.21).
CRISIS (4)
EL PUEBLO ESTABA PASANDO POR TORMENTAS
“Entonces claman a Jehová en su angustia,
Y los libra de sus aflicciones” (v.28).
DIOS CALMA LA TORMENTA Y APACIGUA LAS OLAS
“Alaben la misericordia de Jehová,
Y sus maravillas para con los hijos de los hombres” (v.31).
No hay pierde con Jesús. Puedes tener la seguridad de que en nuestros momentos más difíciles, en las crisis más duras de la vida, podemos tener socorro de Dios. Solo debemos clamar, pedir ayuda y estar dispuestos a seguir su dirección.
Inicia hoy este día con la seguridad de que Dios acudirá en tu ayuda, solo debes arrodillarte, clamar diciendo: “LÍBRAME SEÑOR, AYÚDAME”.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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