Una de las tantas preguntas, que alguna vez nos hemos hecho, tiene que ver con ¿puede un Dios misericordioso y lleno de amor juzgar a su pueblo con severidad? Y es que para no pocos, la misericordia es contrario a la justicia. ¿Cómo podemos ser misericordiosos y justos a la vez? Claramente esto es difícil entender si tomamos como ejemplos o modelos a los seres humanos. Pero bíblicamente, se puede juzgar con misericordia, y ser puede ser misericordioso y justo a la vez.
David escribe este salmo en su etapa de rey. Él ha tenido que mostrar, muchas veces, misericordia y justicia como líder de una nación, ¿lo habrá hecho bien? Sin embargo, deja en claro que esas son cualidades son divinas, son de Dios. Y son posibles para el ser humano si es que el hombre tiene a Dios en su vida: “Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí” (Salmo 101:2). Cuando tengo a Dios en mi vida, mi corazón y mente, puedo ser misericordioso y justo a la vez.
David hace una lista de una vida con cualidades que solo Dios puede obrar:
- Íntegro en la casa (v.2). Los más adultos siempre aconsejan que la verdadera educación viene de casa. Y sí, la fidelidad empieza en casa en cosas simples que nos preparan a cosas grandes.
- Cuida las avenidas del alma (v.3). Cuidado con lo que miras, oyes, y te relacionas. La mente es como una esponja que se va alimentando con todo lo que le proveemos directa o indirectamente. David sabe que lo que miras y oyes, afecta. Si deseamos ser fieles, apartemos nuestras vistas de las cosas pecaminosas.
- Se aleja de los malvados (v.3). No solo no miro, sino que tampoco debemos relacionarnos de manera estrecha con gente que no suma en la vida cristiana. Alguien dijo: “dime con quién andas y te diré quién eres”. No podemos ser fieles caminando con infieles.
- No se presta al chisme (v.5). Uno de los problemas más grandes en todos los ámbitos de la vida es el chisme. Y el chisme es como un veneno que avanza cual llama consumidora. Mata, hiere, lastima. Un hombre o mujer fiel no se presta a los chismes.
- No acepta a los orgullosos (v.5). El orgullo fue lo que le llevó a Lucifer a enfrentar y desafiar a Dios. ¿Dónde terminó? El orgullo y la arrogancia no son cualidades de un hombre de Dios. Un orgulloso nunca terminará bien. Un hombre fiel, no da lugar al orgullo ni a los orgullosos.
- No acepta a los estafadores (v.7). La mentira, la infamia y demás, son cualidades del enemigo. Es mentiroso desde el principio (Juan 8:44), y fue una de las razones por las que fue echado del cielo (Ezequiel 28:16). Engañar, estafar, prometer y no cumplir. Eso no hace un hijo fiel.
- Camina con los fieles (v.6). Finalmente, se relaciona y camina con fieles. Busca a personas fieles, ellos te darán buenos consejos y jamás te llevarán por caminos escabrosos.
¿Quieres ser un padre misericordioso y justo a la vez? Acepta a Cristo como tu salvador, como tu ayudador. Por sí solos, no podemos, necesitamos a Cristo en nuestras vidas para que eso sea una realidad.
¿Quieres ser un líder misericordioso y justo? Ya sabes la clave, Cristo en tu vida, en tu corazón.
Que Dios te bendiga.
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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