domingo, 8 de septiembre de 2024

DIOS NO NECESITA TU DINERO SINO TU ENTREGA TOTAL - MARCOS 12: 41-44



Según la Biblia de Estudio Andrews, el templo de Jerusalén tenía trece arcas para las ofrendas, al rededor del atrio. Eran una especie de cofres llamadas trompetas porque tenían cuello estrecho y base ancha. Generalmente se formaban largas colas de personas dejando sus ofrendas.

Cada arca o cofre tenía un rótulo con un tipo específico de ofrenda, y los fondos se destinaban a diversos usos. Jesús estaba en el atrio de las mujeres cuando vio a una viuda entre la gente que depositaba sus contribuciones (Lc. 21:1, 2). El cofre número 13 era para las ofrendas voluntarias.

En ese contexto, Jesús ve en la larga fila de gente dando sus ofrendas voluntarias, a muchos ricos dando lo que les sobra, y muy probablemente haciendo alguna cosa que llame la atención para mostrar cuánto están dando. Y en medio de ese show de ofrendas, Jesús nota a una ofrendante diferente. Ella es una viuda pobre. En los tiempos bíblicos, enviudar sin hijos era sinónimo de tragedia. Ella quedaba desprotegida de todo, aún cuando su esposo haya sido rico. Sin hijos no tenía derecho a nada. Normalmente las viudas eran pobres, algunas se dedicaban a la prostitución como un trabajo para poder ganarse la vida. 

La viuda se acerca al arca número 13, y entrega voluntariamente dos blancas. “La blanca era la moneda más pequeña en circulación en la Palestina de la época, con el valor de medio cuadrante, que era la moneda romana de cobre de menor valor. Un denario, jornal típico, equivalía a 64 cuadrantes o 128 blancas” (Biblia de Estudio Andrews, p. 1240), sería el 1% de un denario (jornal diario). En monedas actuales, dos blancas no llegaba ni 1 dólar americano. Sin embargo, Jesús dijo que esa cantidad ínfima de ofrenda, representó más que lo ofrendado por los ricos.

¿Qué quiso enseñarnos Jesús? Que a Dios no le importa la cantidad, es decir cuánto sino cómo damos. ¿Cuál es la motivación? La viuda dio todo lo que tenía, eso pequeño a los ojos de los hombre era grande a los ojos de Dios. A Jesús no le interesa cuánto das sino con qué motivación das. Si a Jesús le hubiera “impactado” la cantidad, habría dicho algo sobre la cantidad, muy por el contrario se enfocó en el fondo del problema, cómo doy.

Es importante destacar una vez más que la ofrenda es por gratitud. La viuda estaba en el arca de ofrendas de gratitud. Ella NO estaba obligada a ofrendar lo que no tenía, pero lo hizo porque estaba agradecida a Dios. Nunca olvides que el diezmo es por obediencia, pero las ofrendas son por gratitud. Dios no necesita de nuestro dinero, Él es dueño de la plata y El oro, pero si espera que su pueblo sea grato.

Seamos gratos, ofrendemos a la causa del Señor. Demos todo lo que tengamos sin esperar a recibir devoluciones o bendiciones. 

Feliz día.

Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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