¿Es posible que como discípulo de Jesús, llamado a ser agente de Esperanza, termine siendo una “piedra de tropiezo? ¿Cómo puedo convertirme en un obstáculo o piedra de tropiezo para que los “niños” vayan a Jesús?
El texto de hoy dice: “Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron” (Mateo 19:13). Los padres, viendo que Jesús impactaba con sus mensajes a todos, incluso a los niños, querían que Jesús también los bendiga. Sin embargo, tal parece que esa acción causó “desorden” y fue visto como algo “irreverente”, motivo por el cual los discípulos “reprendieron” a los niños y a los padres. Esto sucede con frecuencia en algunos diáconos de nuestras iglesias que, muchas veces tienen que llamar la atención a los niños “irreverentes”. Puedo imaginar a Pedro, Juan, Jacobo y los demás discípulos poniendo su dedo índice a la altura de sus labios y diciendo con “voz de ganso”: “shuuuuu, reverencia por favor”.
Los discípulos se convirtieron en “obstáculos” para que los niños sean bendecidos por Jesús, puesto a que Jesús mismo le dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” (Mateo 19:14). ¡NO IMPIDAN A QUE LOS NIÑOS VAYAN A JESÚS! ¿Cómo puedo impedir a que los niños vayan a Jesús?
1. CUANDO NO PRACTICO EL AMOR. Los discípulos estaba interesado más en la “reverencia”, que el programa esté bien “pauteado”, que se respete las formas y, quizás los horarios, y se olvidaban que Cristo desea que las personas vayan a Él. A veces solemos preocuparnos más en los programas que en el contenido de este. Jesús quiere que las personas gusten de Él, más que de los programas y tristemente, vivimos en donde a la gente le gusta más los programas que Cristo mismo. Los discípulos no tenían empatía con los padres que buscaban la bendición para sus hijos. Fueron capaces de llamar la atención “regañarlos” y así impedir que Jesús los bendiga.
2. CUANDO NO VIVO LO QUE ENSEÑO. Imagino a los discípulos haciendo hablar del amor, la paciencia y tolerancia, pero cuando llegó el momento de poner en práctica lo enseñado, simplemente hago todo lo contrario. Con frecuencia somos más inclinados a enseñar que a practicar. Y ahí, tanto como padres y líderes religiosos somos muy buenos para enseñar, aconsejar y sugerir pero cuando se trata de hacer cambios en nuestras vidas, tomar buenas decisiones somos difíciles y finalmente seguimos en las mismas. Como discípulos de Cristo, debemos ser un buen ejemplo, porque como ya hemos mencionados antes, UN EJEMPLO VALE MÁS QUE MIL PRECEPTOS.
3. CUANDO NO ME PREPARO. Un discípulo debe buscar la excelencia en su labor cómo seguir de Cristo y cómo un agente de Esperanza. Fuimos llamados para ser un canal de bendiciones y eso requiere preparación, no es gratis. Requiere de leer, orar y practicar acciones según la Biblia, requiere de aprender a dirigir a personas según edades, según realidades distintas. ¿Estarían preparaos los discípulos para trabajar con las nuevas generaciones? Pero sin irnos muy lejos, ¿estarían preparados los discípulos en atender a esos niños? Pues bien, no lo estaban, y en la actualidad podemos caer en el riesgo de que tampoco estamos preparados para recibir a una nueva generación que cada día qué pasa se vuelve más lejana a nuestros tiempos. Es por ello que debemos prepararnos como Dios quiere.
Que nuestra oración sea para ser canales de bendiciones. Puentes que conecten a las personas, a las nuevas generaciones con Cristo. Que cada día nos sirva para llevar a niños, nuevas generaciones y a los niños espirituales a Cristo.
¡Feliz día !!!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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