Si existe un ministerio que debe ser imitado, ese es sin duda alguna, el ministerio de Jesús. Y es que el ministerio de Jesús era un ministerio completo, integral, holístico que no solo estaba interesado en el bienestar espiritual a través del evangelio sino que suplía necesidades del hombre. Mateo menciona que Jesús recorría las ciudades y aldeas haciendo tres cosas: enseñando, predicando y sanando. Ese debería ser el ideal de nuestro ministerio. Cada hijo e hija de Dios que sintió el llamado de Dios debe saber que la gente necesita ser atendido integralmente porque Dios no hizo así.
Jesús era un evangelista exitoso. Era un evangelista ganador. Y como evangelista ganador era un ganador de almas. ¿Cómo ganaba almas? ¿Y cómo puedo yo ganar almas como Jesús ganó? El texto de hoy es interesante, "Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas" (Mt.9:36). Podemos encontrar al menos dos lecciones que nos ayudarán a responder la pregunta, ¿cómo ganar almas como Jesús?
Jesús era un evangelista compasivo.- En los tiempos bíblicos la sociedad era muy indolente. Consideraba, por ejemplo, a las mujeres inferiores que los hombres, a los esclavos como objetos en comparación con los libres, a los pobres sin valor en comparación con los ricos... Jesús ve a las personas con otros ojos. Jesús no las mira como lo que son, sino como lo que pueden llegar a ser. Jesús no mira lo externo, Jesús mira el corazón. Mira más allá de lo que nuestros limitados ojos nos pueden mostrar. El secreto del éxito de Jesús como evangelista radicaba en que miraba a Jesús con amor, con cariño... sentía el dolor de las personas. Si deseamos ser evangelistas como Jesús, si queremos tener un ministerio de éxito debemos tener compasión por las personas, por las almas... ¡AMOR POR LAS PERSONAS! ¿Tienes compasión por las almas?
Jesús era un evangelista que hacía .- En tiempos de Jesús existían muchos maestros. Grandes profesores que enseñaban con elocuencia y maestría. Pero sus enseñanzas eran justamente eso, enseñanzas. Información más información... teoría y más teoría. Por eso la gente al ver a Jesús y sus enseñanzas le admiraban porque enseñaba con autoridad y no como los escribas y fariseos (Mt.7:27, 28). No solo decía sino que hacía. Jesús no solo sentía compasión de ellas... su ministerio no se quedaba en la emoción sino que lo motivaba a la acción. Jesús, podríamos decir, era un líder de hechos y no solo de palabras. Las palabras son bonitas, gustan, encantan, emocionan, pero solo con eso no es suficiente. Si deseamos tener un ministerio exitoso como el de Jesús es necesario hacer, no solo tener pena por las personas sino que es necesario ir, buscar y salvar lo que se ha perdido. No solo decir: Jesús te ama, sino, te ama así. Jesús sintió compasión e hizo, fue, caminó, sanó, enseñó, predicó... hay que hacer.
Yo quiero tener un ministerio como el de Jesús. Yo sé que tú no eres Jesús. Pero también sé, que si en verdad eres convertido, sí tendrás a Él como tu modelo, porque Él vino: “dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pe. 2:21). Cristo es nuestro ejemplo. Debemos tratar de seguir a Cristo como nuestro modelo. Debemos tener aun la misma actitud de Cristo. El Apóstol Pablo dijo: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” (Fil. 2:5).
¡Feliz día!
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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