viernes, 8 de marzo de 2024

PARA BIEN O PARA MAL, DIOS NOS RECOMPENSARÁ - JEREMÍAS 39




La obediencia y la desobediencia tuvieron, tienen y tendrán su recompensa. Es la ley de la siembra y la cosecha, una ley que es real en la vida del ser humano. 


Nabucodonosor sitió la ciudad de Jerusalén por espacio de dos años, aproximadamente. Antes, y durante ese tiempo, Jeremías había profetizado cómo terminarían las cosas para Sedequías, su familia y sus aliados, a menos que se entreguen (rindan) ante Nabucodonosor. Sin embargo, por más de dos años, Sedequías y compañía se resistieron a la rendición en rebeldía a la Palabra de Dios, y a su “confianza” en reinos aliados que jamás llegaron para ayudarlos.


Durante el tiempo de asedio, es muy probable que Nabucodonosor llegara a escuchar o a saber que Jeremías, profeta de Dios, suplicaba a Sedequías por rendición. El rey caldeo seguramente escuchó que Jeremías predicaba, y clamaba que Judá debía rendirse y entregarse a Nabucodonosor. Esto explicaría el porqué cuando finalmente Nabucodonosor conquistó y devastó la ciudad, Jeremías y unos cuantos pobres, fueron protegidos por el Rey babilonia a diferencia de Sedequías. Tristemente, el rey de Judá y compañía sufrieron trágicamente (Sedequías fue cegado, sus hijos fueron degollados, y todos sus aliados fueron eliminados) con la venganza de Nabucodonosor (v.5-9).


Jeremías y algunos pobres , no solo fueron protegidos del mal, sino que recibieron tierras, plantaciones y más (v.10 - 14). No obstante, no fue Nabucodonosor el “bueno”, sino que fue Dios mismo que usó al rey caldeo como un instrumento para que su voluntad y sus profecías se cumplan al pie de la letra. Al final, todo cuánto había dicho Jeremías se cumplió.


La palabra de Dios se cumplirá al “pie de la letra”. Dios nos ha dicho lo que necesitamos saber, para hacer, la decisión es solo nuestra. Seamos obedientes, hagamos las cosas como Dios quiere. Todas nuestras acciones son evaluadas y serán recompensadas por Dios. Para bien o para mal, todos seremos recompensados o cómo Sedequías (con muerte y desgracia) o como Jeremías (con vida, cuidados, bendiciones, y tierras). Seamos obedientes.


Feliz día.


Pr. Heyssen Cordero Maraví 


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