La Real Academia Española de la lengua define “Esperanza” como el “Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea”. Sin embargo, bíblicamente hablando podría decirse que es uno de los dones del Espíritu que, juntamente con la fe y el amor, es una característica esencial que permanece en el creyente cuando las profecías, las lenguas y el conocimiento se acaben (1Co 13:8, 1Co 13:13).
El sustantivo griego “elpis” y el verbo “elpizo”, casi siempre traducido esperanza, aparecen 54 y 31 veces respectivamente en el NT. El concepto bíblico de esperanza no es una mera expectación o deseo, como en la literatura griega, sino incluye confianza (Rom 15:13). ¡Eso es fe!
Sin embargo, surge una pregunta de manera natural: ¿Cómo se desarrolla la Esperanza? Pablo responde de la siguiente manera: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” (Rom 15:4). ¡Tremendo!
Pablo es claro en decir que la ESPERANZA se desarrolla por medio de las ESCRITURAS. Aquí la fórmula que produce las emociones necesarias para la integración y mutualidad cristianas: paciencia, consolación, Esperanza. Cuando están en el corazón, las acciones externas serán todos simpáticas y favorables.
Dicho de otro modo, la Biblia fue escrita con el propósito de desarrollar Esperanza en nosotros. Cuando leemos la vida de Abraham, Noé, José, Moisés, entre otros, podemos tener la plena seguridad de que no enseñan lecciones para nuestras vidas, con el objetivo de avanzar en la vida cristiana.
¿Tienes Biblia? Léela todos los días. ¿Puedes leer? No te pierdas las grandes bendiciones que reportan leer la Palabra de Dios. ¡Viva con Esperanza! ¡Estudia la Biblia! ¡Esperanza es Cristo Jesús!
Feliz día.
Pr. Heyssen Cordero Maraví
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